Capítulo 1.

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Dejarme atraer por la publicidad de una de las agencias más conocidas para Au Pairs en Estados Unidos fue la puerta a mi aventura.

Necesitaba dinero, pero también necesitaba alejarme un poco de casa, de todo lo que había sucedido allí y quizá también necesitaba nuevas experiencias. Fue por lo anterior que la idea de ir a cuidar niños a otro país mientras podía ganar dinero y estudiar se me hizo un perfecto plan. Sabía que como Au Pair no ganaría muchísimo dinero, se podía ahorrar, pero no demasiado. Convencí a papá y mamá diciéndoles que yo ahorraría una parte y quizá la otra parte del dinero que necesitara para mi educación lo lograría con una beca ya fuese por mi condición física o los logros obtenidos a nivel académico.

No creía que las cosas me fuesen a salir bien mientras hacia el proceso, pero entonces, di el paso adelante y pedí la cita con una de las trabajadoras de la agencia. En aquella cita comprobaron mi nivel de inglés, requisito con el que me fue bastante bien dado que poseía un excelente nivel. Le agradezco a la música, a las series, a las entrevistas de artistas y demás que me ayudaron a aprender mucho vocabulario, también gracias a mamá por haberme metido a un curso para mejorar la gramática y pronunciación.

Después de la cita, de cumplir con ciertas horas en cuidado de niños, demostrar una buena salud y mi licencia de conducción, mi perfil para entrevistarme con las familias al fin estaba listo. Podía hablar con tres familias y si alguna no me gustaba podía cambiarla, pero no tuve que esforzarme mucho para encontrar a la indicada.

La pareja de los Rathbone fue mi elección casi que a primera vista y cuando hablé con ellos quise hacer match casi que de forma inmediata. Ellos serían la host family perfecta para mí. Me habían dicho que era su primera vez contratando a una Au Pair y que con las que habían hablado no estaban del todo seguras de aceptar ya que sentían que no era tanto el trabajo de un Au Pair lo que irían a hacer sino el de una niñera casi que durante todo el día por cuatro días a la semana ya que los padres pasarían la mayor parte del tiempo trabajando, incluso habría días dónde no estarían presentes ni a la hora de dormir, pero aquello querían compensarlo, ofrecían más dinero.

No sé si fue lo correcto, pero yo acepté casi que ser la niñera de sus hijos cuando se suponía haría todo a las normas de Au Pairs. Nosotros mismos hicimos nuestro propio contrato con reglas y demás, la agencia solo me servía para que me facilitaran los tramites a la hora de sacar la VISA.

No tenía ningún problema con cuidar de los niños incluso en las noches y es que, al parecer, las pocas con las que se habían entrevistado habían rechazado la oferta porque querían tener sus noches libres ¡Tendrían tres noches libres y les darían más semanas de vacaciones pagas si aceptaban! No quiero quejarme, agradezco a las que rechazaron pues me dieron la oportunidad a mí y aquello me hizo tener mis mejores aventuras.

Un Au Pair normal trabajaría de ocho o diez horas a la semana por cinco días y ganarían un mínimo. Yo trabajaría cuatro días a la semana, durante todo el día —sí, pero es que a este "todo el día" se le descuentan las horas en las que los niños dormirían y estudiarían— Aceptando este horario fue como terminé convirtiéndome en niñera y ganando casi el triple de lo que suponía terminaría ganando.

Los Rathbone me resultaron bastante especiales, tanto por la comunicación abierta y sincera que tuvimos desde un principio como por la manera en la que lograron hacerme sentir que me integrarían calurosamente a la familia aunque aquello no fuese necesario. Tenia claro que yo era una trabajadora más, pero aun así, ellos eran desde nuestras primeras conversaciones se mostraron muy cariñosos.

Una niñera contenta con el trato y unos padres agradecidos fue más que suficiente para hacer match y empezar con los trámites correspondientes para el viaje.

La promesa de AlyWhere stories live. Discover now