Capítulo 35

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Martes, segundo día de la semana mejor conocido como día del examen de matemáticas, el bendito final de matemáticas y justamente no podía concentrarse en nada, lo único que le pasaba por la mente era ese Eiji Nochizawa y su pasado con Kirito; era cierto que su pareja le había dicho la historia pero nadie cambia ese tipo de actitud de la noche a la mañana, era un comportamiento un tanto psicópata a su parecer. No quería comportarse como un novio celoso pero se sentía incómodo con la idea de que esa persona estuviera rondando por ahí, algo le molestaba respecto ese individuo, el hecho de que el lenguaje corporal de su pareja cambiará tan abrupta mente lo tenía preocupado. 
El horrible examen por fin llegó a su fin, si sumaba sus calificaciones podría pasar con una nota baja pero le preocupaba no poder concentrarse, su mente corría a mil por hora entre terminar de grabar, decirle a su madre la verdad y el pasado de Kazuto. Se sentía tan agotado que lo único que quería era dormirse un rato y descansar de todas sus preocupaciones.
Durante el descanso quería hablar con su vecino pero no le salían las palabras, así que se dedicó a comer en silencio.
-¿Estás bien?- preguntó el pelinegro.
-Solo algo cansado- suspiró- Estoy seguro que no pasaré mi examen- 
-Me pudiste pedir ayuda para estudiar, con gusto te hubiera ayudado- le tomó la mano- Además siento que no hemos pasado mucho tiempo juntos- esto llamó la atención del rubio.
-¿Te sientes solo?- se le acercó con aire juguetón.
-Un poco- se sonrojó y se volteo- Pero hoy es el último que ayudarás a Alice- 
-No hoy, mañana- se le recargó en el hombro- Hoy tengo el día libre y mañana será el último día, y luego pasaremos juntos todas las vacaciones- 
Se quedaron recargados, era reconfortante estar así, solo existiendo pero una oleada de preocupación volvió a invadirlo, algo malo iba a pasar de eso estaba seguro.
El resto de las clases fue similar, no podía concentrarse en algo en específico pero lo intentaba, quería creer que el regreso a casa sería fácil, bonito y sin contratiempos pero no todo podía ser perfecto.
A la salida caminaban juntos, el cielo tenía nubes muy hermosas pero parecía que en cualquier momento empezaría a llover. Pasaron por un parque, se detuvieron a jugar un poco en los columpios. El aire era un poco fresco y la temperatura bajaba lentamente.
-Hace mucho que no venía a un parque- comentó el ojinegro- Es muy tranquilo estar aquí-
-Tienes razón- suspiró- ¿No sientes qué algo malo va a pasar pronto?- 
-No- lo miró- Quizá estás preocupado por los exámenes, un poco estresado también- se encogió de hombros- ¿Quieres ir a casa? Sugu irá al karaoke con sus amigas- 
-Suena tentador- le sonrió- ¿Te molestaría caminar raro mañana?-
-No digas esas cosas en público- se sonrojó y se puso de pie.
Se pusieron en marcha, empezó a llover un poco pero no lo suficiente para acelerar el paso, a medio camino escucharon pasos detrás de ellos.
-Hola chicos- los alcanzó alguien- ¿No llevan paraguas?- 
-Nochizawa-san, que sorpresa- comentó algo enojado el rubio- ¿Qué te trae por aquí?- usó su cuerpo para cubrir un poco a su amigo.
-Estoy pasando unos días en casa de mis padres y pensé en dar un paseo- pasó su vista al joven de cabello negro- ¿Van a casa?-
-Si- le tomó la mano su acompañante y lo jaló- Será mejor que nos vayamos antes de que empiece a llover más- empezó a andar- Hasta luego-
-Con cuidado- les dijo con una sonrisa y se despidió con la mano, Kazuto se despidió con la mano también.
Llegaron a la casa, comieron algo que cocinó el ojiverde, subieron al cuarto para charlar un rato de cosas triviales. Eugeo se sentía cómodo pero también quería ir un poco más lejos sin embargo no quería presionarlo.
Kirito se levantó del suelo y se sentó en el regazo de su pareja, estaba totalmente rojo pero le pareció un lindo gesto que tomará un poco la iniciativa. Sujetó la cadera del chico y lo acercó un poco más, le sonrió y provocó que su amigo se sonrojará más.
-Es raro que tu lo empieces- le comentó el rubio.
-Tu fuiste el que dijo que quería hacer esto- se volteó.
Empezaron a besarse, aumentaban el ritmo, estaban dispuesto a seguir adelante pero el insistente ruido de un celular los estaba fastidiando; al principio decidieron ignorarlo y continuar pero estaba sonando demasiado, les cortaba la inspiración. Decidieron separarse para averiguar de quien era el celular. Eugeo miró sus mensajes, solo tenía uno de su mejor amiga que decía que lo habían extrañado en la grabación.
Por otro lado Kirigaya tenía como cuarenta mensajes de un número desconocido:

Enamorando al gamerWhere stories live. Discover now