Capítulo 28

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Dedicado a: @ana17042006 por su cumpleaños, feliz cumpleaños adelantado amiga.

Los días pasaron con aburrimiento, era jueves, el festival estaba a la vuelta de la esquina; la clase de Alice y Eugeo se encontraba terminando la casa embrujada, el rubio estaba algo decaído (aún seguía dándole vueltas a Romeo y Julieta) pero no podía detener sus actividades. Terminó de ensayar algunos diálogos más y salió para ir a casa.
-¿Irás a casa de Kazuto?- le preguntó su amiga animada.
-Me envió un mensaje para que lo ayude a ensayar pero con lo que hizo la última vez estoy algo preocupado-
-Fue muy divertido ver tu cara al explicarme la situación- comenzó a imitarlo- "Alice, Alice, Kirigaya-kun me hizo un chupetón en el cuello, es un demonio. Ayuda"- soltó una carcajada.
-Gracias por decirme como quitarlo- le dijo enojado- La cara que puso Kirigaya-kun cuando se dio cuenta que ya no estaba fue difícil de descifrar- suspiró.
-Nunca te pregunte que habían dicho tus padres- 
-No mucho- volteó la mirada.
-Ocultas algo- se acercó y lo analizó de pies a cabeza- ¿Qué es?-
-Nada- 
-Dime-
-En serio, no es nada- 
-Muy bien- asintió lentamente, vio a un grupo de chicas salir de la escuela, entre ellas estaba Lizbeth- Si no me dices que ocurre le diré a esas chicas que estas en algo con Kazuto-
El rubio miró al grupo señalado, de pronto sintió cierto miedo de que aquella castaña se diera cuenta y se riera de él o peor aún, que se aprovechará de la situación y actuará mejor en la obra. También tuvo miedo de que alguna de ellas le dijera a más personas y tarde o temprano se enteraría su madre. No, eso era algo que no permitiría.
-Muy bien, te lo diré- la jaló del brazo y la llevó a un aula vacía dentro de la escuela- Mi madre piensa que tu me lo hiciste y que en un futuro vamos a tener una relación- la chica lo miró confundida hasta con un poco de asco.
-¿Por qué piensa eso?- 
-Ella siempre ha creído que tu y yo deberíamos ser pareja y como estuviste en casa cuando ocurrió lo mi brazo y nos encontró en situación extrañas cuando planeábamos lo de Kirigaya-kun además que he estado ayudándote en "un proyecto secreto" creo que quizá piensa que tenemos algo o mejor dicho que vamos a tener algo en un futuro no muy lejano- 
-Lo diré una vez y quiero que en serio lo escuches como es debido- tomó aire- Nunca en la vida estaría contigo y no es porque sea mala pero no me gustas de esa manera y se que tampoco te gusto de esa forma así que dile a tu madre que no se haga esa ilusión porque tu, mi querido mejor amigo, eres demasiado gay para este mundo- apoyó su mano en el hombro del chico.
-Ya se que nunca pasará nada pero ella tiene esa idea, de hecho hay algo que no te he contado pero creo que es momento de decirte- suspiró- Hubo un tiempo en el que ella me decía cosas muy raras acerca de Kirigaya-kun, incluso dijo que si me atrevía a dejarte a ti por un chico habría serias consecuencias- bajó la mirada- No se que hacer, quiero estar con él pero no quiero que ella le haga algo-
-Hasta que tengas el valor de decírselo, porque tarde o temprano tendrás que hacerlo, podrías ocultarlo y hablar con él para que este al tanto de la situación- le sugirió la rubia con una sonrisa.
-Si pero creo que habrá un problema con eso- la chica subió una ceja- No puedo decirle ni a mi madre que estoy con él y a él no puedo decirle que se lo oculto a mi madre-
-Eres idiota- le respondió sin más y reanudó su marcha a casa- Muévete, tu chico espera por ti-
Ambos salieron de la escuela una vez más, caminaban en silencio, Alice estaba un poco molesta por las decisiones de su amigo pero sabía que podía volver a interferir si era necesario pero tampoco quería meterse demasiado. Por otro lado el chico reflexionaba sobre el tema, no quería adelantarse al futuro pero tenía que preparar su corazón y su mente para llegar a tener esa conversación con su madre.
Ya había avisado que llegaría tarde así que no se preocupó por el tiempo, fue recibido por Suguha, quien le dijo que su hermano estaba tomando un baño pero podía esperarlo en su habitación.
Una vez en el cuarto se sentó en la silla del escritorio y empezó a husmear un poco aquel mueble; vio los libros que ahí estaban, algunos eran de programación, otros de historia, visualizó el álbum de fotos, cuadernos, estaba bastante organizado. Empezó a imaginárselo ahí sentado, estudiando o jugando, una imagen bastante buena; se sentía orgulloso de tener la oportunidad de estar a su lado aunque lo hubiera dañado, imaginaba una relación con aquel chico, podría besarlo en cualquier momento y pasar un rato agradable, recordó el otro día cuando se estaban besando, verlo sonrojado y con los ojos llenos de lágrimas ¿Qué se sentirá ir más allá? Tocarlo, acariciarlo, tomar todo lo que pudiera de aquel cuerpo. Sin darse cuenta empezó a sentirse caliente. Debía desviar sus pensamientos, pensar en perritos muriendo o aquella caída que tuvo su amiga cuando estaban en primer año pero no podía, su mente se estaba llenado de imágenes un poco explicitas.
De un momento a otro se abrió la puerta y dejo ver a un relajado Kirito con una toalla alrededor del cuello, el agua caía de su cabello, tenía puesta una camiseta blanca y una pantalonera negra, miró hacía la dirección del rubio y lo miró extrañado.
-¿Qué haces?- preguntó curioso.
-Te estaba esperando y Kirigaya-chan dijo que podía subir-
-Entiendo- cerró la puerta a su espalda y caminó hasta el escritorio, se detuvo a unos treinta centímetros de su amigo- ¿Te sientes bien? Te ves algo rojo- se le acercó más y puso su mano sobre la frente del chico- Estas un poco caliente- 
-Kirito-kun- lo tomó por la cintura y abrió su piernas para que el pelinegro quedará entre estas- Tienes el cabello mojado- susurró mientras miraba a otro lado.
-No importa- apoyó sus brazos en los hombros del rubio y se acercó un poco más- ¿Vas a ayudarme a ensayar?- 
-Creo que hoy hay cosas más importantes que ensayar- lo miró y le sonrió- Estoy ansioso por verte mañana- 
-Yo quisiera que nunca llegará- se le acercó más, cuidando no lastimarle el brazo- Pero si tu vas consideraré hacerlo bien- se agachó un poco para que sus narices rozaran.
-Ahí estaré- con dificultad quitó su brazo roto de en medio y lo puso en el brazo de la silla, con su brazo bueno acercó más a su acompañante- De momento podemos hacer otras cosas- aún tenía nublada su mente.
-¿Qué tipo de cosas?- preguntó el ojinegro con un tono atrevido pero el sonrojo en sus mejillas le hacía lucir adorable.
-¿Qué quieres hacer?- 
Kazuto se separó con cuidado, rompiendo un poco el ambiente, haciendo que cierto rubio se enojará un poco; colgó la toalla que tenía en sus hombros y volvió a caminar al escritorio pero mantenía su distancia.
-Juguemos un poco y el que gané puede pedirle al otro lo que quiera- sonrió con falsa inocencia.
¿Qué pasó con aquel chico tímido que le molestaba el contacto? No sabía pero este nuevo Kirito no le molestaba, en realidad era lindo ver como actuaba como si tuviera todo bajo control pero su sonrojo y su ligero temblor en la voz lo delataban. Sabía de ante mano que no podría ganarle en ningún juego pero valía la pena dejarse engañar por ese chico.
-De acuerdo- 
Jugaban algo de carreras y no sabía si era porque estaba indudablemente excitado pero estaba bastante igualado a su amigo y si consideramos que solo tenía un brazo disponible era un gran logro, el pelinegro estaba perdiendo la paciencia, no quería perder, quizá por orgullo o porque tenía algo de miedo sobre la petición que le haría su vecino. Estaban en la recta final, el ojiverde tenía la delantera pero de la nada el auto del contrario pasó como un rayo y ganó aquella carrera.
-Gané- lo miró con la cabeza ladeada-
-No me sorprende- le sonrió- ¿Qué quieres como premio?- al pronunciar esa frase pudo notar como el ojinegro se sonrojaba intensamente y bajó su cabeza, a la vez jugaba con sus manos. Ahora se portaba como antes, sonrió con la escena.
-Yo... yo...em- se levantó del suelo y respiró profundo- ¿Podrías sentarte otra vez?- le señaló el escritorio.
-Claro que si- también se levantó e hizo lo que le pidieron- ¿Ahora qué?- 
-Recarga tu cabeza en el respaldo y cierra los ojos- se volteó. 
Eugeo sonrió, acomodó su cabeza y espero un par de segundos a que algo sucediera. Mientras tanto Kirito se acercó hacía el respaldo y lo besó. Por alguna razón quería intentar un beso tipo Spider-man. Movían sus labios con suavidad, la posición impedía que fueran un poco más íntimos pero siguieron. El rubio estaba llegando a su límite, si no salía de esa casa iba a terminar desnudando a su vecino. 
Ninguno escuchó cuando se abrió la puerta de la habitación, Suguha había entrado con un plato lleno de aperitivos para que no murieran de hambre, al ver aquella escena sacó su celular y tomó una fotografía, cerró la puerta, esperó un par de segundos y volvió a abrirla pero con más ruido (la empujó). Ambos se separaron de inmediato, Kazuto se alejó demasiado y Eugeo se enderezó y fingió ver algo en el escritorio.
-Les traje comida- dijo feliz.
-Sugu, la próxima vez toca la puerta antes de entrar- la regañó.
-¿Por qué? ¿A caso estaban haciendo algo malo?- preguntó divertida.
-No- contestó nervioso.
-Será mejor que me vaya, Romeo debe descansar- caminó a la puerta- Buenas noches, nos vemos mañana, con permiso- salió huyendo, si hubiera estado más tiempo en esa casa podría haberse descontrolado, definitivamente tomaría una ducha de agua fría en cuanto llegará.
-¿Algo qué quieras contarme, hermano?- sonrió.
-No realmente- se sentó en su cama y respiró con normalidad.
-Yo te apoyo en lo que sea- dejo la comida en el buro y se dio la vuelta.
-¿De qué hablas?- se oía preocupado.
-De la obra escolar y el festival- disimuló- No te duermas muy tarde- se fue.
Una vez solo se tiró en su cama, su cara estaba roja y sentía que su corazón iba a salirse de su pecho, ¿A eso se refería Klain con "efectos de la pubertad"? Le preguntaría otro día, lo importante ahora era dormir, al día siguiente debía hacer muchas cosas, entre ellas dejar de jugar.

Enamorando al gamerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora