Capítulo 46

563 78 58
                                    

Miércoles.
Se sentía demasiado frustrado y es que desde que vio donde vivía Eiji debía esperar a que se fuera para poder ir y no lo había hecho; durante el domingo hasta la fecha el auto seguía estacionado frente a esos apartamentos. Al principio no se desanimo y empezó a idear planes, rutas, de todo para solo llegar y sacar de ahí a Kirito.
También había una idea que no se le separaba del cerebro desde hace un tiempo: Su hermano había dicho que el chico había tenido una novia llamada Yuuna y tras pensarlo con mucha calma recordó que conocía a una chica llamada así cuando estuvo en Tokio con su pareja; lo único que quería ahora mismo era ir y preguntarle si sabía algo del tema que pudiera ser de utilidad pero estaba bajo el ala protectora de su hermano.
Ese día contacto a Alice por medio de una videollamada para que le hiciera un favor, aún era temprano, tenía tiempo de sobra.
-¿Por qué no contestas los mensajes?- preguntó la chica en cuanto contestó la llamada- Es de mala educación ignorar a la gente- 
-Mi celular esta teniendo algunas fallas- inventó- Necesito que me hagas un favor- 
-¿Qué?- 
-Cubreme, hay un lugar al que debo ir pero nunca me dejaran salir solo así que quiero que vengas y luego te acompaño a tu casa- 
-¿A qué lugar debes ir?- 
-Al centro comercial- 
-De acuerdo- 
Espero algunos minutos, escuchó llegar a su amiga y bajó rápidamente, su madre se notó comprensiva y hasta un poco feliz de que las cosas con la rubia no fueran tensas. 
-¿Quieres que los lleve?- preguntó Eolyne apareciendo la nada.
-No, creo que Alice quiere contarme algo- mintió- Volveré temprano, lo prometo- 
Salió, caminaba con su amiga mientras hablaban de cosas triviales, sobre el avance que tenía con Eldrie, sobre el vídeo juego; por fin llegaron a casa de la rubia.
-Gracias por ayudarme- le sonrió- Debo irme-
-¿No quieres que te acompañe?- preguntó intranquila- Siento que harás una estupidez- 
-Solo iré al centro comercial- le restó importancia- Te prometo que estaré bien- 
-De acuerdo pero cuídate- 
-Claro, nos vemos luego- se despidió y se puso en marcha.
No había mentido cuando dijo que iría al centro comercial pero nunca especifico a cual iría, así que se encontraba de camino a Tokio rezando para que Eiji se quedará en casa en lo que él revisaba algunas cosas. 
Actualmente solo contaba con su reloj para medir el tiempo, las cinco horas de trayecto fueron eternas y le preocupaba estar equivocado pero ahora que conocía un poco más al castaño sabía que era probable que fuera la misma chica que conoció ese día. No podía ser casualidad que se encontrará tan cerca el día que lo conoció, su hipótesis era que el universitario acosaba a su ex novia para que volvieran pero como encontró a Kazuto decidió llevárselo. A simple vista era una propuesta demasiado fuerte, es decir, estaba acusando a un chico casi sin pruebas, guiado por sus instintos pero estaba seguro; ese imbécil podía engañar a la policía pero gracias a Asuna descubrió que mentía, puede que no hubiera nada sospechoso en la casa de sus padres pero él vivía solo en Tokio; tenía buenos argumentos para creer que él estaba involucrado y si así era quería se el primero en darle su merecido. 
Por fin llegó a la estación y cuando bajó lo primero que hizo fue correr hasta el centro comercial, eran como las 2 de la tarde, su plan era volver antes de las 8 para no preocupar a nadie. Entró a la enorme tienda de juegos y buscó a alguien que pudiera ayudarlo a localizar a la de cabello blanco platinado. Se acercó a la caja registradora.
-Hola, disculpa estoy buscando a una chica llamada Yuuna- 
-Claro, ¿Quién la busca?- preguntó el joven de la caja.
-Eugeo- 
Se fue unos instantes que para el rubio fueron como horas, golpeaba con algo de impaciencia el escritorio de la caja; volvió acompañado de la chica.
-Hola, ¿En qué pudo ayudarte?- habló con amabilidad.
-¿Está ocupada?- 
-No mucho, ¿Qué necesitas?- insistió.
-Hablar con usted acerca de Eiji Nochizawa- observó como la joven se tensó y desvió la mirada- Es muy importante, por favor- 
-Voy a tomar mi descanso- le anunció al chico de la caja y luego miró a Eugeo- Vamos a la cafetería de a lado, tiene muy buen café- 
Caminaron en silencio, se sentaron al fondo y solo la peliblanca ordenó un café y galletas.
-¿De qué querías hablar? Mmmm... 
-Eugeo, me llamó Eugeo- respondió algo nervioso- Seré directo ¿Salía con Eiji Nochizawa durante la preparatoria?- 
-Si y te recomiendo que te mantengas alejado de él- trató de sonar neutral pero no le salió.
-Lo estoy buscando- declaró y se ganó una mirada escéptica de la mayor- Estoy seguro que tiene secuestrada a una persona- 
-Si tienes pruebas es mejor ir con la policía- 
-No, pero lo presiento, le mintió a la policía y ahora esta libre de sospecha- 
-Suena a algo que él haría- puso cara de tristeza- Lo más probable que es no vuelvas a ver a esa persona nunca-
-¿Sabe algo que pueda ser de utilidad?¿ En los años que estuvieron juntos notó algún comportamiento extraño?-
-Es obvio Eugeo-kun que tu sabes más que yo ¿Por qué no preguntas directamente?- 
-La persona que desapareció se llama Kazuto Kirigaya, estuvieron juntos en la secundaría donde le tomó fotos comprometedoras que usaba para extorsionarlo, Eiji se graduó y mudó a Tokio con un amigo de su padre así que perdieron contacto. Años después se lo topó por accidente en este centro comercial cerca de la tienda donde trabaja y días después empieza a frecuentarlo y luego desaparece sin mencionar que su comportamiento empezó a ser extraño- hizo una pausa para tomar aire- Le mintió a la policía diciendo que llevaba sin ver al menor de edad pero me di cuenta de su engaño porque una chica los vio juntos el día de la desaparición. Eso me hace sospechar fuertemente de él-  
-De acuerdo, salí con él durante toda la preparatoria, al principio era una relación llena de amor como un cuento de hadas pero al pasar del tiempo empezó a presionarme para que tuviéramos relaciones sexuales a lo que accedí- suspiró- Sus gustos en ese sentido eran muy rudos así que naturalmente empecé a negarme, comenzamos a pelear por cada detalle insignificante y me golpeaba, una vez me violó y lo grabó, me amenazó con enviar el vídeo a todos mis conocidos si lo dejaba o desobedecía alguna orden que me diera. Quería que fuéramos juntos a la universidad pero no resistí, le dije a mi padre e íbamos a demandarlo, de alguna u otra manera llegamos a un acuerdo: Yo no procedía con la demanda si él borraba todo el material- dio un sorbo a su café- Pero el problema no terminó ahí, tuvimos que mudarnos y ponerle una orden de restricción, me pinté el cabello a modo de terapia y usó pupilentes para que combinen. Hay veces que sentía su mirada cuando trabajaba pero hace días que no lo veo. Supongo que encontró un nuevo juguete- 
-No puedo aceptarlo- el rubio golpeó la mesa- ¿Esta diciendo que no puedo hacer? ¿Qué basta con una pequeña amenaza para que él se alejé? ¿Qué pasa entonces con Kirito? ¿No puedo traerlo de regreso?- 
-La cosa con Eiji es que no acepta un no por respuesta, es un niño mimado que siempre consigue lo que quiere sin importarle el resto del mundo. Si él se llevó a tu amigo no creo que quiera dejarlo ir- relajó los hombros- Lo lamento mucho pero a mi me tomó tres años salir de su red y eso que "me amaba" si a este chico lo ve como un simple objeto dudo mucho que hay algo que puedas hacer- 
-Yuuna-san- susurró- ¿Debo renunciar al amor solo por qué un loco quiere satisfacer sus deseos? ¿Mi amor es tan débil qué no puedo hacer nada?- 
-¿Eh? ¿Quieres decir que secuestró a tu pareja?- preguntó un tanto incrédula- Si él te conoce y sabe que lo buscas es muy probable que empiece a jugar contigo también- sollozó- Perdón, todos los días me digo a mi misma que debía proceder con la demanda y así ese loco estaría tras las rejas y yo podría haber ido a la universidad- empezó a llorar un poco- Ahora tiene a un pobre chico haciéndole Dios sabe que cosas mientras la persona que lo ama sufre en silencio- 
-Yo no quería hacerla llorar- le tomó la mano para tranquilizarla- Hay algo que puede hacer por mi-
-Lo que sea- 
-Cuando encuentre a Kirito y le de su merecido estoy seguro que lo denunciaremos, si eso pasa necesito que testifique en su contra para que le den el castigo que merece por tanto daño que le hizo- le sonrió, estaba seguro de que eso pasaría- Cuento con usted Yuuna-san- 
-Si- dijo sonriendo también.
La acompaño de vuelta al trabajo y volvió a la estación, eran las 3:30 así que llegaría después de las 8 a casa, seguramente iban a castigarlo. Ahora no tenía duda alguna, debía ir a ese lugar y traerlo de vuelta; no tenía otra opción, lo haría solo.
Una vez en casa trató de excusarse y sorprendentemente solo le dieron una pequeña advertencia, subió a su cuarto y monitoreo su celular, el auto seguía en el mismo lugar; se sentía aliviado pero a la vez desesperado. Sacó de un cajón la llave maestra de su hermano y se sentía feliz de que aún no lo hubiera descubierto.
Se tiró en cama a pensar en Yuuna, esa pobre chica había resistido tres años de abusos y en algunos casos podía decir que no; se imaginaba a Kirito siendo usado por Eiji y la sangre le comenzaba a hervir, quería encontrarlo pronto. 

Enamorando al gamerWhere stories live. Discover now