❂ CAPÍTULO XXIX ❂ La Caída A Través Del Abismo

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"Hardenya es una colmena, criaturas extrañas que guardan similitud con las que nos atacó en las minas, rodean los muros de contención del reino. Los pobladores, nos informaron que el Jarl desapareció tras el ataque de los saqueadores de la isla del sur. Hay mucha tensión con respecto a la elección de un nuevo líder, porque no hay señales de Bargghan desde entonces. Me temo que los refuerzos serán difíciles de conseguir por el momento"

Lord Razkiel Sixio


Cuando Judith terminó de leer el informe en compañía del teniente Kersly, Lecryfhia y Lynk, se frotó las sienes, cada día que pasaba, era una tortura para ellos, las noticias de Razkiel, no eran nada positivas. Su informe solo logró angustiarles, debido a que aún no tenían respuestas concretas sobre a qué se enfrentaban exactamente. En la sala de reuniones reinó el silencio por un momento, todos en la mesa, estaban desconcertados y Judith rompió el silencio.

—Creo que las cosas, no harán más que empeorar... Kaito no regresó ni mucho menos Valeska. La que pudo habernos ayudado a entender todo esto, fue capturada por su hermano —Judith apoyó los brazos sobre la mesa entrelazando sus manos—. Sin duda alguna estamos atados de manos.

—Mi señora, lo idóneo sería establecer contacto con el alcalde de Urchok. Juntos podríamos llegar a un acuerdo, la isla comercial dispone de un gremio de mercenarios, tal vez no sea la opción más inteligente, pero es mejor que nada —habló el teniente Kersly.

—El teniente Kersly está en lo correcto. Incluso tienen una sanadora, allá hay una especie de símbolo que aunque la chica no tiene idea de por qué está allí, intuye que podría servir de protección. Yo puedo proveerles el mapa cartográfico —corroboró Lecryfhia y Judith asintió.

—Entendido, entonces debemos ponernos en marcha, si Hardenya fue atacado, es muy probable que seamos los siguientes —les dijo Judith a todos.

—Entonces buscaré el mapa —Lecryfhia se retiró del salón mientras que los demás seguían planeando como actuarían a partir de ahora.

Lecryfhia caminó a grandes zancadas a través de los pasillos de la fortaleza, dirigiéndose al pórtico. Estaba sola y tenía que afrontarlo, la libertad pasó a segundo plano, lo único que realmente deseaba era descubrir el paradero de sus amigas sin importar la magnitud de lo que pudiera implicar tal revelación. Por un momento se detuvo en el jardín alzando la vista hacia el cielo y fue cegada por los rayos del sol. Tomó el collar negro que rodeaba su cuello, el cual emitía una luz en el led, lo que indicaba que había notificaciones. «Debería ir a la playa para activar la nave y revisar las notificaciones», pensó sacando el C.Type-Ex que le pertenecía a Valeska del bolsillo de su chaleco, mientras se ponía en marcha nuevamente y una explosión estremeció Valenstun.

El humo venía de las minas al oeste del corazón de la ciudad, el cual podía verse desde allí. Lecryfhia guardó la tarjeta comunicadora en su bolsillo otra vez y corrió hacia el pórtico, pero nuevamente algo estalló o chocó con la fortaleza estremeciendo la propiedad, ella se tambaleó casi perdiendo el equilibrio. Tras sostenerse de la pared, distinguió a Judith que venía corriendo con Lynk a través del pasillo.

Sin embargo hubo otra explosión que resquebrajó el techo hasta que cedió, Lynk formó un escudo con los rayos para proteger a Judith, quien era la más vulnerable de los tres, al mismo tiempo, Lecryfhia convocó el hielo formando varias columnas para evitar que la estructura cayera sobre ellos y los dos le agradecieron con un asentimiento.

Al momento en que los tres salieron al pórtico, sus miradas se ensombrecieron al ser recibidos por los gritos de la gente desesperada por huir. Todo era un caos, los ciudadanos corrían desesperados, pero no podían distinguir de qué se alejaban exactamente.

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