❂ CAPÍTULO IX ❂ El afrodisíaco

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Algunos días pasaron tras dejar atrás el desfiladero que desembocaba en una estepa árida, el clima era tan caluroso que constantemente tenían sed. Aparte de la sierra montañosa que dejaban atrás no había nada más en los alrededores, solo tierra seca con el sol abrazador; Valeska intentaba ayudar convocando el agua para beber un poco y Lecryfhia enviaba ondas de brisa para que el calor no fuera insoportable.

—¿Por qué no podemos usar a Shadow Queen? —masculló Lecryfhia dirigiéndose a Darkmolet.

—Estas personas utilizan a éstos pobres animales para transportarse... ¿Qué ocurriría exactamente si ven un automóvil? Lo más probable es que nos vean como una amenaza por tener esa clase de tecnología —respondió Darkmolet secándose el sudor del cuello con un pañuelo.

—¿Valeska dijo algo sobre los C.Type-Ex? —murmuró.

—Le dije que no abriera la boca con respecto a eso, no sé si entendería.

¿Cuánto tiempo faltaba exactamente para llegar? Se preguntaba Darkmolet frotándose los ojos porque le ardían debido al sol, tuvo que aclarar su garganta porque estaba reseca. El calentamiento global en ése lugar estaba a un nivel insoportable, al observar a Lecryfhia se percató que por el excesivo calor, sus ojos estaban ensombrecidos, efectivamente estar allí les afectaría significativamente en el rendimiento físico. Miró a los chicos que de igual manera denotaban cansancio.

—¡Kaito! —galopó hacia su lado y Valeska observó a Darkmolet sorprendida—. ¿Cuánto falta para llegar? —preguntó Darkmolet.

—Mañana llegaremos si no nos detenemos hoy —respondió Kaito algo dubitativo y tanto Darkmolet como Lecryfhia lo notaron.

—¡Los caballos tienen sed! ¡¿Cómo puedes someterlos a que nos lleven en sus lomos por tantas horas?! —se quejó Lecryfhia y fue Darkmolet quien se bajó de un salto para llevar a su semental sosteniendo sus riendas.

—Llevo diciéndole lo mismo desde hace un rato y me dice que no deberíamos detenernos, en cada momento convoco un poco de agua directamente en las bocas de los caballos —intervino Valeska.

—Valeska estamos hablando con el humano, no contigo —contestó Darkmolet sin mirarla mientras caminaba guiando al caballo y Lecryfhia siguió el ejemplo de Darkmolet con su corcel.

—Chicas... los caballos son nuestros medio de transporte desde hace muchísimo tiempo —objetó Kaito y Darkmolet suspiró.

—Tienes suerte de que el animal te quiera, pero piensa un poco... si montaras largas horas sobre los hombros de Judith ¿tendrías la misma opinión? —Darkmolet lo observó con sus ojos calculadores y ante eso Kaito no supo que responder—. Justo como me imaginé, los humanos son seres egoístas, me equivoqué al pensar que los Blyuzkirn y los Xhyrt éramos los más despreciables en el universo, parece que los humanos nos ganan —añadió de mala gana.

Al poco rato todos se bajaron de los caballos, era como si la opinión de Darkmolet los hubiese herido por completo. Tras unas horas, el sol empezó a ocultarse tiñendo en cielo en varias tonalidades de naranja y rojo, no fue hasta que cayó la noche que se detuvieron para acampar. Valeska les dio agua a todos, pero ya estaba muy cansada como para seguir aportando agua potable para el grupo y tomó asiento frente a la fogata junto a los demás donde Kaito estaba asando la última porción de carne que les había empacado su hermana.

La estepa árida se extendía infinitamente como si el agua no existiera en ese lugar, para Lecryfhia ése tipo de clima era terrible, sentía seca su garganta por más que bebiese agua. En todo el camino que habían recorrido no encontró materiales que pudieran servir para que Darkmolet reparara a Shadow Queen. Por el momento parecía que estaban en un planeta que carecía de tecnología, pero no podían arriesgarse. Cuando observó a su amiga pudo notar que aunque su cuerpo estuviera allí, era muy probable que ella pensara en lo que sucedió en Mystic Night, así que se recostó en su hombro para darle tranquilidad.

La Caída De Absalón Station ©Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon