05. Alec Lightwood*

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(ONE SHOT INSPIRADO EN LA ESCENA MALEC DEL CAP 12.3)

@beepbeepwolfhard, te lo dedico.

Paseaba por la sala de entrenamientos esperando que apareciera Alec, quien me había prometido entrenar en la mañana, era muy temprano por lo que mi atención se reducía a la columna frente a mí. Una gran columna blanca, me parecía lo más importante en aquel momento.

-Ey, Emma, ¿entrenamos o prefieres mirar la columna? - me giré soñolienta y le sonreí en forma de saludo. Me fije en su vestimenta una camiseta de mangas cortas gris, algo gastada, se pegaba a su torso resaltando la exquisita figura de mi acompañante -Deja de mirarme y centrate.

-Que autoritario - tomé la vara de madera que me pasó y la moví entre mis manos - No uses tu modo Shadowhunter conmigo - le guiñe un ojo.

-No coquetees mientras entrenamos - sonreí por la posibilidad de coquetear con él en otro momento, aunque claro está que él y yo, no solo nos tirabamos los tejos, al menos ya no.

Con su vara chocó la mía y empezamos a golpearlas simultáneamente en un vaivén de ataque y contraataque. Tras notar como su palo estaba a centímetros de mi cara páramos - Concentrate - me regañó y volvió al ataque, me defendía como podía teniendo en cuenta que el shadowhunter frente a mi medía un metro noventa. Alec agarró mi vara impidiendo que me alejara de él, salté esquivando su ataque por el suelo y él me arrebató la madera - A ver que tal se te dan las dagas - sacó una de su bota de entrenamiento y yo una de mi espalda.

-Cuidado que esto corta - moví el objeto metálico en mi mano, me gustaba esa sensación de peso, la forma de empuñarla... mi arma probablemente sería esa.

-No más que tu silencio después de una buena noche - me guiñó él ahora el ojo y empezamos a pelear, esquivaba con rapidez sus ataques, pero en uno de mis giros arañó mi brazo que se encontraba al descubierto.

-Dije que cortaban - busqué en mi bolsillo mi estela, más no se hallaba allí -

¿Puedo coger tu estela? - no fue hasta que las palabras salieron de mi boca que una sonrisa pervertida apareció en mis labios, el doble sentido en la frase se hizo presente en Alec qué gruñó en desacuerdo.

-He dicho que nada de coqueteos - frunció su ceño y se acercó a revisar la poco profunda herida - No es nada, aguantaras sin la iratze - fue mi turno de gruñir en desacuerdo, aunque era verdad que a penas dolía me molestaba peleando.

-Estoy en desventaja - hice un puchero, a la vez que soltaba la daga en el suelo, él imitó mi acción.

-Te lo mereces - empecé a golpear, él se defendía con sus brazos, podía notar como ambos cuerpos sudaban ya, lo notaba cada vez que su piel y la mía chocaban, esquivé un golpe y le dí en la espalda, se quejó.

Seguimos golpeando y esquivando los ataques del contrario, el aire se había vuelto denso y había tensión - No sabía que estábamos compitiendo - le dije cuando en un ataque, él me hizo una llave y me quedé atrapada entre sus brazos, uno de ellos rodeando mi cuello.

-¿Debo dejarte ganar entonces? - negué con suficiencia y me liberó de su agarre, alejándome de él, me centre en su cuerpo, su camiseta estaba todavía más pegada, podía imaginar con esa imagen su torso desnudo, y por un momento creí sentirlo bajo mis manos, como noches atrás había estado.

-Estas muy sexy cuando te enfadas - sonrió levemente pero negó rápido para volver a centrarse. Respiro agitadamente y nuestros movimientos en círculo cesaron.

-Te he dicho que no coquetees conmigo - se quejó, pero al contrario que las otras veces, esta se acercó a mí, me tomó de la cintura y me empujó hacia atrás, intentaba descifrar qué estaba haciendo el Lightwood, pero mi duda fue resuelta en cuanto choqué contra la columno que tiempo atrás había admirado. En cuanto sentí el frío de la piedra, Alec estampó sus labios contra los míos, subí mis manos acariciando su piel, en ese momento caliente, desprendía un calor al que me podía volver adicta.

Las manos de Alec apretaban mi cintura, debido a nuestras agitadas respiraciones nuestros cuerpos se movían rítmicos el uno junto al otro. La prenda superior me molestaba, quería y necesitaba estar piel con piel con él, bajé mi mano y empecé a tirar de la camiseta hacia arriba, Alec se alejó rápidamente, extrañé el contacto de nuestros labios.

-Espera un momento - me asusté pensando que habíamos llegado demasiado lejos, él y yo no manteníamos una relación normal y casi nadie conocía de nuestros encuentros - A la habitación - y sin esperarme anduvo rápido en esa dirección, me quedé mirando cómo se iba, hasta que caí en que quería en la habitación que corrí tras él.

Llegue a su habitación agitada, me había tenido que parar a hablar con mi hermano que decía requerir mi ayuda, le di largas, pero cuando llegué a la habitación, la tensión que había antes en mi cuerpo ya no estaba.

-Mi hermano me ha parado por el camino - cerré la puerta y eché el seguro pasara lo que pasase a continuación no quería ser interrumpida, aunque solo fuera una inocente sesión de besos, necesitaba el tacto de Alec de nuevo sobre mi piel - ¿Alexander? - pregunté al ver que no había nadie en la habitación, el nombrado apareció, su camiseta había desaparecido, por un momento mis piernas flaquearon, ese hombre me mataría, su torso totalmente desnudo, decorado con una fina capa de vello y pequeñas gotas que suponía era sudor, era y es la imagen más erótica que jamás habre visto - Lo siento, me he descontrolado en el entrenamiento - se rascó la nuca, Alexander era caracterizado por su poca confianza al contrario que su parabatai.

-Lo que ha pasado ahí fuera lo queríamos ambos, ¿o no? - me acerqué a él empezando a tocar su torso, mi respiración se entrecortó al igual que la de él, podía sentir cómo sus músculos reaccionaban bajo mi tacto.

-Emma, me gustas mucho, pero si tu hermano se llega a enterar - agarró mi mano alejándola de él. Lleve la que me quedaba libre junto a la otra para tomar la mano del moreno.

-Suerte que a mi hermano le gustan las pelirrojas - rió negando - Alec, después de luchar contra mis sentimientos y negarme ante el hecho de que se me corta la respiración cuando estás cerca, el corazón se me acelera cuando me tocas, la piel se me eriza con solo escuchar tu voz, sin mencionar los efectos que causa tu cuerpo en mí...

Alec no me dejó terminar - ¿Qué efecto? - Alexander estaba al igual que yo nublado por el deseo y su desconfianza había sido sustituida, su voz era más grave y segura y sus ojos verdosos estaban más oscuros que de lo normal.

-Averigualo por ti mismo - liberó mis manos para cogerme por los mulos y hacerme enrollar mis piernas en su torso, gemí cuando sentí algo en mi intimidad - Veo que tambien causo pequeñas cosas en tí.

-Causas mucho más que pequeñas cosas - junto nuestros labios, su sabor único era tan placentero, mezclado con la erótica postura y el calor de nuestros cuerpos, me encontraba entre delirios.

-Alec te necesito - susurré entre besos, sin prisas me depositó en la cama, agarró el borde de mi camiseta y la quitó, pude ver como la lanzaba lejos, se quitó las botas de entrenar y se metió en la cama conmigo, una vez tuve su cuerpo a mi lado, le besé, no quería separarme de él, mientras lo besaba acaricié su torso, quería memorizarlo, cuando solté sus labios empecé a hacer recorridos de besos por su torso y cuello, dejé pequeñas marcas junto a sus runas, especialmente junto a la de su cuello, siempre me pareció terriblemente caliente.

Alexander agarró mi cintura y me alzó, colocándome sobre él, hice fricción con nuestros sexos, podía escucharlo gruñir, nos molestaba la ropa que había entre nosotros - No quiero que sea solo sexo - se incorporó de la cama, agarrando mi espalda y dejando besos por mi cuello - No quiero que sea sexo nunca más - agarré su rostro y le obligue a mirarme - Pienso hacerte el amor el resto de nuestras vidas - sonreí enamorada de aquel aparentemente frío shadowhunter, me acerque para volver a hacer contacto con sus labios, a los segundos, la ropa que antes molestaba estaba esparcida por la habitación.

-Te amo Alec - susurré cuando se introdujo en mí despacio, acariciando cada parte de mi cuerpo transmitiendo el amor que había entre nosotros.

Tras varias estocadas, aumentó la velocidad, haciéndonos a ambos gemir, cosa que prevenía que el final apoteósico estaba cerca, un cosquilleo en mi vientre seguido de un gemido más fuerte y un gruñido de Alec nos llevó a ambos al cielo.

-Yo tambien te amo Emma - dijo una vez nos recuperamos, nos tapó a ambos con las mantas - Descansa un rato, luego seguiremos entrenando - reí por el doble sentido que le dí y tal y como él me dijo me eché en su pecho y mientras repasaba sus runas me dormí.

One Shots ~ ShadowhuntersWhere stories live. Discover now