03. Alec Lightwood

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-Estoy harta de los mundanos - dije tirandome en el sillón de Magnus, había cruzado un portal desde Londres, solo para ver a mi viejo amigo.

-Buenas noches, son las 3 p.m, ¿qué tal estás Magnus?, bien gracias por preguntar - entró en el salón con dos copas y haciendo un monólogo.

-Déjate de formalidades, quiero alcohol y a mi brujo favorito - alcé mi mano para tomar la copa que me cedía Magnus, él se sentó en un sillón frente a mí - ¿Cuando harás una fiesta?

-La hice hace dos días, no viniste porque estabas con un mundano, si mal no recuerdo tú lo llamas novio - resoplé por su sarcasmo y me incorporé para beber el líquido rojizo.

-Ya no, vuelve a ser un mundano normal que no recuerda que existe el mundo de las sombras - sonreí con ironía, Magnus por el contrario me miraba intensamente, quería decir te lo dije, pero prefirió callarse cuando lo miré mal -Ni se te ocurra decirlo - él asintió para proseguir bebiendo.

Una vez acabé mi copa, la deposité en el suelo y volví a tumbarme, el sueño provocado por las altas horas, me vencieron, sentí algo calentito envolverme, antes de que ya no fuera consciente de nada más.

-Niños, cállense, por favor, tengo una invitada y no os gustará nada conocerla recién despertada - el particular acento de Magnus resonó en mis oídos, me alivió saber que seguía allí, que no había sido un sueño, siempre amé Brooklyn, pero tonta de mí que decidí irme a Londres, ahora tenía allí una especie de trabajo y una vida casi hecha.

-Magnus, Alec no aparece, ayer vino a verte, ¿no es así? - una voz masculina, nunca antes escuchada me terminó de despertar, aunque no fue eso lo que provocó que me cayera al suelo, si no el grito agudo de mi amigo.

-Magnus me cago en tu padre - sabía lo que estaba diciendo, pero que saliera del infierno ha hacerme algo si tenía huevos, en ese momento, mis ojos morados brillaban, al igual que mi pelo del mismo color, siempre llamé la atención por ello.

-Violet, vuelve a dormir, cariño - Magnus se giró temiendo lo peor, aunque su cara de horror al verme, me pareció tan graciosa que acabé por tranquilizarme entre risas.

-Prácticamente me has criado, ¿como puedes asustarte de mí?

-Eres aterradoramente caliente señorita Violet - me intentó coquetear un rubio, con un movimiento de manos, su cazadora negra se volvió rosa chicle.

-Te queda genial, vuelve a coquetearme shadowhunter y tu pelo hará juego con ella - le guiñe un ojo, él apretó su mandíbula, estaba enfadado, aunque sus acompañantes femeninas les hacía mucha gracia.

-Nena, eres genial, pero me tengo que ir, al parecer ayer asusté a un cazador de sombras - ahora, tras otro movimiento de manos y que una luz morada saliera de ella, tenía en mi mano un bonito chaleco negro, shadowhunters y su obsesión por el negro.

Olí el chaleco, olía bien, a hombre -Se donde está, ¿os suena un famoso instituto?, es de shadowhunters como vosotros.

-Imposible, venimos de allí y no estaba - gruñó el rubio, este niño era un verdadero grano en mis pompis.

-Tú lo has dicho, estaba, pasado, ahora está allí, presente - le volví a guiñar un ojo y le pasé el chaleco a Magnus, que me miraba dubitativo, yo le sonreí y los cuatro se fueron, a los segundos, estaba abriendo un portal que me llevaría al puerto, lo había visitado alguna que otra vez de más pequeña con Magnus.

-¿Alec? - recordé su nombre de cuando lo mencionaron en la casa de Magnus, un moreno alto se giró, había que reconocer que estaba buenísimo, pero volviendo a lo importante -Te están buscando, dos chicas y un rubio bastante fastidioso.

-Jace - pronunció un nombre y se rió - sí, suele ser bastante molesto - asentí dándole la razón y sentandome a su lado - ¿Quien eres bruja de pelo violeta?

-Violet, me lo puso Magnus cuando me encontró, el brujo carece de imaginación para los nombres - Alec sonrió con complicidad - ¿Qué te ha hecho para que huyas?

-Yo no huyo - rebatió, pero seguido me miró - Solo escapo de la realidad, no es lo mismo, no para mí.

-De acuerdo, haz lo que quieras, pero acabo de mandar a tus amigos y al mío al instituto para que tengas tiempo de no huir - me levanté dispuesta a irme, cuando su voz me interrumpió.

-Magnus me quiere, pero yo no sé si sienta lo mismo - volví a mi posición anterior - Anoche se me declaró y yo huí, lo reconozco, huí del gran brujo porque no se si sienta lo mismo.

-¿Eres gay? - se encogió de brazos, una loca idea cruzó mi mente - ¿Puedo hacer una cosa? - volvió a levantar sus hombros, con mi mano giré su mejilla para que me mirará y me acerqué a él - No siempre funciona, pero si no sientes nada con este beso quizás estés enamorado de Magnus - terminé por juntar mis labios con los suyos, nuestros labios se movían en un sensual vaivén, su mano en mi cintura empezaba a hacerme creer que estaba equivocada, dió un leve apretón en ella, un leve suspiro se escapó de mi boca, aunque rápidamente Alec volvió a atrapar mis labios con los suyos.

Ambos disfrutamos del beso, hasta que el aire se acababa en mis pulmones y al parecer en los suyos también - Tu teoría no funciona - dijo agitado sin soltar mi cintura.

-Quizás sí lo haga - acaricié su mejilla antes de levantarme, él analizaba mis movimientos desde el banco - Nos vemos shadowhunter - me giré para giñarle un ojo, después desaparecí por el portal anteriormente abierto por mí misma.

Al llegar a Londres, el teléfono sonaba por toda la casa, lo ignoré, sabía quién era y para qué. Horas más tarde el teléfono volvió a sonar, esta vez sí lo cogí - Magnus... - me esperaba una buena bronca.

-Te has equivocado de persona - la imagen del moreno apareció en mi mente, con ella sus labios rozando los míos, instintivamente llevé mi mano a ellos para tocarlos.

-Hombre, pero si es mi shadowhunter favorito - escuché su risa - ¿Como tienes mi número?

-Se lo pedí a Magnus, es más está aquí conmigo aunque algo mosqueado porque no le contestas las llamadas - podía escuchar al brujo quejarse por detrás.

-Eres importante para el Lightwood, no malgastes tu tiempo conmigo - solo obtuve silencio por su parte.

-Lo sé, él también es importante para mí - habló tras un tenso silencio - Aunque insisto en que tu teoría no funcionó, porque aquí estoy a punto de declararme a Magnus, tras haber sentido cosas por una bruja de pelo y ojos violeta - sonreí con tristeza.

-Adiós Alec - podía sentir un pequeño nudo en mi garganta.

-Adiós Violet, ojalá encuentres otro shadowhunter - sonreí por sus palabras y colgué la llamada, tras conocer al famoso Lightwood, persona del que tanto me había hablado Magnus, voy yo y empiezo a sentir cosas por él.

One Shots ~ ShadowhuntersWhere stories live. Discover now