XXVIII. Descontrol

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—¿Cómo es que no sabías que Renee era alérgica a la nuez? —Aprell comenzó a reclamarle. Al parecer todos sabían que Renee era alérgica a la nuez, menos Eliott.

Ese no era un buen momento para intentar entablar una conversación con él. Eliott ya sabía que tenía la culpa por no saber lo suficiente de Renee. Debió haberle preguntado más sobre ella. Pasaron días juntos y a Eliott nunca se le ocurrió que el mayor peligro que podría sufrir Renee sería una alergia. Le enfurecía saber que podía haber evitado todo eso.

Renee, en ese momento, podía morir por su culpa.

—Mocreil. Yo no sabía que Renee era alérgica a la nuez porque nadie se molestó en decirme —Eliott mantuvo el tono calmado aunque estaba sintiendo todo menos calma.

Aprell le lanzó una mirada a Renee antes de girarse ante Eliott con el ceño fruncido. Se soltó de su agarre con un movimiento brusco, acercándose hasta quedar a centímetros de distancia de Eliott. Colocó su dedo justo al centro del pecho de Eliott.

—Renee está muriendo por tu culpa, Eliott. —Aprell no gritó esa vez, solo habló entre dientes—. Se supone que era tu maldito trabajo cuidarla. ¿Qué estabas haciendo mientras ella comía ese postre, eh? ¡Seguramente en la habitación de Hazz!

Eliott no se movió ni se alteró. Claro, estaba furioso en el interior, pero no lo demostró.

—Yo estaba con Renee en ese momento. —Eliott apartó el dedo de Aprell con lentitud. —En cambio, ¿tú qué estabas haciendo, Mocreil? Es decir, mi trabajo era cuidarla y por eso está ahora con Wivenn... pero se supone que ustedes son pareja. Eres su novio. Eso habían quedado la otra noche, ¿no? Que lo intentarían. Yo no te veía en la habitación con ella. ¿Sabes quién sí estaba en la habitación con ella? Yo. ¿Sabes quién se encargo de traerla con Wivenn? Yo. ¿Y sabes quién ha estado con ella las veinticuatro horas del día, los diez días que llevamos en esta isla? Yo. Si vas a reclamarle alguien por no atender lo que le corresponde, mejor ve por un espejo.

Notó cómo Aprell se molestó por sus palabras. No era para menos. Eliott ya tenía suficientes problemas en sus hombros como para añadirle un novio idiota a la lista. No iba a permitir que nadie, sobre todo Aprell, le hablase de ese modo.

—¡Wivenn! —Kybett entró a la habitación.

Nuevamente, Kybett empujó a Aprell para quitarlo del camino. Ya se estaba haciendo costumbre. Hazz iba tras ella con el ceño fruncido. Nadie estaba contento en ese momento.

Eliott dejó de ver qué era lo que Wivenn hacía al salir de la habitación. Le abrumaba la gente, y la habitación no era muy grande.

Para él eran obvias las razones por las que todo el mundo estaba saliéndose de control con Renee en ese estado. Al seguirla a todos lados, Eliott notó cómo formaba un lazo de amistad con Wivenn, Kybett y Priss. También sabía que Aprell la quería, quizás no como merecía, pero la quería. Para Hazz, Renee era la esperanza de encontrar la cura. Eliott, aunque no le gustara admitirlo, ya se había encariñado con la pequeña espía. Si bien no lo demostraba, él se conocía a sí mismo lo suficiente para saber que le agradaba pasar tiempo con Renee y le costaba más de lo normal poder esconder su expresiones como solía hacerlo con cualquiera.

La única persona con la que no temía sonreír era Kybett. No lo hacía a menudo. Sin embargo, con Kybett se sentía seguro de poder ser él mismo.

La mala noticia para Eliott era que comenzaba a sentirse de esa manera con Renee. Eso no había estado contemplado en sus planes originales. Podría cambiar toda la situación por la que Eliott siempre escuchaba a Renee hablar aunque de vez en cuando no pareciera que fuese así. A él le gustaba prestarle atención y fingir que no lo hacía porque prefería que Renee lo odiara por eso y no por las razones que él mismo se odiaba, las cuales eran mucho peores. Por ello estaba tan decidido a darle a Renee lo que merecía. Tan solo estaba esperando el momento adecuado para contarle la verdad, el secreto que Eliott recordaba cada que veía el rostro de Renee.

Expediente 512 (I)Where stories live. Discover now