cuarenta y ocho

6.1K 432 379
                                    

—Dale, contame de qué han hablado Zayn y vos durante el castigo —le pido a Harry—. Los he visto muy animados, así que asumo que tus sospechas sobre que podría tener malas intenciones han desaparecido.

Harry y yo estamos en la pequeña isla a la que ya hemos acudido más de una vez cuando hemos querido estar solos. Es bien entrada la noche, así que, en principio, nadie tiene por qué aparecer de repente y pillarnos aquí cuando ni siquiera deberíamos estar fuera de las cabañas.

—¿Tan interesado estás? —pregunta Harry con tono divertido, acercándome más a él con un brazo.

Estamos tumbados en el suelo, con el buzo de Harry como única protección bajo nosotros, lo suficientemente abierto para que quepamos los dos. Lo ha traído en un intento de "hacer esta cita un poco más cómoda", según me ha explicado.

Giro la cabeza para mirarlo, aunque no consigo lo que quiero, ya que estamos tan pegados que mi campo de visión acaba en su hombro. Si miro hacia arriba, lo máximo que llego a alcanzar con la vista es su cuello. Así pues, deposito mis labios sobre su brazo, justo por debajo del borde de la manga de su camiseta. Su piel está cálida, y percibo cómo se estremece cuando nota mi boca sobre él.

—Claro que sí —respondo, todavía pegado a él; mis labios saboreando todo a su paso—. Quiero saber qué le ha contado el chico nuevo a mi novio para que de repente ya no sospeche de él. Y, además, necesito saber por qué dio la cara por ti.

Harry suelta una pequeña risita. Apenas emite un suave sonido, pero su cuerpo se sacude levemente, al igual que su brazo.

—Pues verás —empieza a explicarme, y su tono deja de ser alegre para volverse un tanto más serio—, al igual que yo, Zayn es una persona que no tiene muchos amigos. No ha entrado en detalles sobre su vida familiar o escolar, simplemente me ha dejado claro que siempre se ha sentido un poco solo, fuera de lugar.

Dulcemente, subo una mano hasta el pecho de Harry y la dejo descansar ahí, acariciando con tan solo las puntas de mis dedos la zona que estos llegan a alcanzar. A nadie le gusta hablar de los pocos amigos que tiene, y sé que para Harry es un tema especialmente delicado. Quiero que sepa que, como ya le dije, a mí me va a tener siempre que me necesite.

—Las primeras personas con las que habló Zayn en su primer día de campamento fuimos nosotros, ¿recuerdas? —continúa Harry, y yo asiento—. Acabábamos de volver de casa de mi padre y estábamos yendo hacia las cabañas cuando nos lo encontramos perdido a mitad camino, así que le guiamos hasta la suya. Me ha contado que ya desde aquel primer momento le causamos buena impresión, tanto tú como yo, por lo que pensó que no estaría mal empezar a hablar con nosotros y hacer amigos por una vez en su vida. Luego nos pilló besándonos durante Atrapa la bandera y prometió no contar nada de lo que había visto porque así se lo pedimos. Dice que hacemos buena pareja, por cierto.

—Cada vez me cae mejor, pues —comento, medio en broma, medio en serio—. Bueno, ¿pero cómo es que ha declarado falsamente que ha robado la llave por ti?

—No tiene mucho misterio —repone Harry, volviendo al tono serio de antes—. Simplemente sabía que yo no la había robado, así que, al igual que vos, se arriesgó y confesó. Me ha dicho que no creía que le fueran a expulsar, quizás solo lo pondrían bajo aviso. Por algún extraño motivo, le caigo bien, Lou, y eso es algo que hacía mucho tiempo que no me pasaba. —Harry hace una pequeña pausa—. Supongo que hemos conectado.

Me aparto del cuerpo de Harry y me apoyo sobre los brazos para poder verle bien, al fin. Lo miro desde arriba mientras escojo las palabras para pronunciar lo que quiero decir.

—¿Crees que... crees que Zayn podría ser el mejor amigo? Ese que me dijiste que buscabas.

—Es pronto para decirlo, pero sin duda lo que ha hecho por mí no lo habría hecho cualquiera. Me ha defendido sin apenas conocerme.

this is our summer | larry stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora