veintitres

9.3K 645 179
                                    

Todo el mundo está ya en el comedor preparándose su desayuno cuando entramos Niall y yo, los últimos. No soy de los que tardan mucho tiempo ante el espejo para arreglarse cada mañana, pero hoy ha tenido que ser la excepción debido a lo ocurrido anoche. Hasta que no me he visto cara a cara con mi propio reflejo, no he interiorizado que ayer Harry y yo estuvimos besándonos y confesándonos sentimientos gran parte de la noche. El motivo por el que llegamos tan tarde al desayuno es que he estado todo el rato pensando cómo actuar a partir de ahora. Sin nada de éxito, por cierto.

Nos acercamos hacia nuestra ya habitual mesa con los chicos de la cabaña y, a medio camino, veo cómo Harry se levanta de su sitio para dirigirse hacia la ventana de la cocina. Al principio no me ve, pero en cuanto lo hace y nos miramos el uno al otro, los dos nos quedamos completamente inmóviles en nuestra posición. Quiero sonreírle, pero mi mente no me deja hacerlo por estar a la vista de tanta gente. Él tampoco muestra ninguna reacción.

Niall se da cuenta en seguida de que estoy parado a mitad camino, así que él también hace lo mismo y se vuelve para mirarme.

—¿L? —me llama, y en seguida me giro hacia él. Su voz me pilla un poco por sorpresa.

Dirige su mirada hacia el mismo punto donde yo la tenía puesta hasta hace escasos segundos —es decir, hacia Harry— y frunce el ceño antes de volver a fijarla en mí. Ni siquiera tengo tiempo para contestarle, porque en seguida da un paso hacia mí y me agarra del codo para arrastrarme hacia la mesa.

Pasamos por el lado de la mesa donde está sentado Shawn y veo la rápida mirada que le lanza Niall a su novio, como diciéndole solo con los ojos que luego le contaría de qué iba todo esto. Yo sinceramente no sé qué pretende Niall, pero me da que no va a ser nada bueno. Nos sentamos frente a frente en nuestros respectivos sitios y Niall me ataca con la mirada, desafiándome a que la aparte, cosa que no me atrevo a hacer en estos momentos.

—No nos vamos de este comedor hasta que me cuentes qué ha pasado con Harry —dice en un tono firme pero bajo para que no lo escuche todo el mundo—. Sé que pasó algo en el castigo, además de que anoche no volviste con nosotros cuando te fuiste. Encima ahora se ven y se quedan de piedra. ¿Cuál es el problema?

Anoche me dormí pensando qué podría contarles a mis amigos para poder evitar el tema de Harry y yo, pero ahora parece como si todas las ideas a las que llegué se hubieran esfumado. Niall alza las cejas, claramente expectante por oír mi respuesta, así que decido tirar por el camino fácil.

—Harry y yo hemos vuelto a discutir —miento.

—Lo sabía —repone Niall negando de un lado a otro—. Pensaba que por fin habría asentado la cabeza, pero ya veo que está empeñado en fastidiarte. Eso sí, todavía creo que le gustas.

Si hubiera tenido el vaso de leche en la mano, sin duda se me habría caído al escuchar sus palabras y lo habría puesto todo perdido. En vez de eso, abro mucho los ojos y le resto importancia al comentario con un gesto de la mano.

—Nada de eso, Ni —digo intentando mantener el control sobre mi voz.

—Lo que sea —Niall se inclina un poco sobre la mesa para acortar la distancia entre nosotros—. Entonces cuéntame, ¿qué ha pasado para que hicieran las paces y ahora de repente se vuelvan a odiar?

Un beso, eso es lo que ha pasado. Bueno, más de uno, pero el que tuvo lugar durante el castigo de ayer fue el que marcó el principio de este cambio. Aparto la mirada de la suya para que no se dé cuenta de que me estoy sonrojando solo de evocar el recuerdo de los labios de Harry sobre los míos. El ardor en el pecho no es que esté ayudando mucho, a decir verdad. Inspiro profundamente con la intención de ganar tiempo para para improvisar una mentira.

this is our summer | larry stylinsonOnde histórias criam vida. Descubra agora