diez

9.2K 758 788
                                    

Después de cenar y de contarles a Niall y Shawn que Harry se había quedado un rato conmigo en la enfermería, nos levantamos de la mesa y nos dirigimos hacia la zona de las cabañas. Ahora que ha pasado un rato y que lo he estado pensando un poco con los chicos, veo las cosas un tanto distintas. Cuando he visto a Harry al lado de mi cama me sentí bien. Cuando me he enterado de que no había sido un sueño, pensé que las cosas entre nosotros no tenían por qué ser tan desastrosas. Cuando lo he estado analizando detenidamente, llegué a la conclusión de que hay piezas que claramente no encajan.

¿Por qué iba Harry a portarse como un verdadero capullo conmigo y luego demostrar que posee una faceta que no es para nada como parenta? Si lleva haciéndome la vida imposible desde el primer día de campamento, dudo mucho que ahora de repente quiera ser mi amigo. Y, sobre todo, no me trago ni a la fuerza que se haya preocupado por mí.

Le he preguntado a Niall si entiende algo, ya que es su hermano —o hermanastro—, pero como Harry va a un internado, tampoco es que se conozcan tanto, como ya me explicó aquel primer día. Él lo aprecia porque entre ellos se llevan extrañamente bien, pero tampoco logra entender la mentalidad de Harry, así que resulta que Niall no me es de ayuda para comprender por qué se comporta como lo hace.

La única explicación medio razonable que se me ocurre es que Harry se sintiera mal consigo mismo por haber cruzado la raya con el tema del laxante y justamente por eso haya querido quedarse conmigo. No por mí, sino por él. La verdad es que, cuanto más lo pienso, más sentido le veo a esa teoría. A él no le importo; solo quería hacer una buena acción para compensar haber sido el causante de que me diera un golpe de calor por falta de líquidos.

Llego a la zona común de chicos y chicas, el último trozo de trayecto donde estamos todos juntos antes de girar nosotros hacia la derecha y ellas hacia la izquierda, cada cual a sus respectivas cabañas. Voy a adentrarme en nuestro camino cuando escucho su voz en mi espalda, haciéndose más audible conforme se acerca. Me detengo de golpe y me volteo para mirarlo. Va hablando con dos amigos, riendo con ellos sin una pizca de preocupación en el rostro. Claro, ¿por qué iba a estar el señorito preocupado?

No lo tenía planeado de antemano, pero al verlo tan relajado y libre de carga me digo que no pienso dejarle ir a dormir sin haberle dicho cuatro cosas antes. Despego los pies del suelo y ne acerco a grandes zancadas hasta donde está Harry. No sé ni qué voy a decirle; parece ser que voy a tener que improvisar.
Me planto delante de Harry, obligándolo a detenerse en seco, y él me mira desde arriba, un poco sorprendido.

—¿Ocurre algo? —me pregunta con el ceño fruncido.

—Quiero hablar contigo.

Harry mueve un poco la cabeza, sorprendido, pero mira a sus amigos y les hace una señal para que se vayan adelantando y nos dejen solos.

—¿Y bien? —insiste Harry para que empiece a hablar.

No tengo mucha idea de qué decir o si quiero decirle algo en concreto, así que suelto lo primero que me viene a la cabeza.

—Te conozco, Harry —él aprieta los labios y me mira extrañado—. No te conozco a ti personalmente, pero conozco a la gente como tú. Eres de ese tipo de chicos que se cree que con una gran sonrisa puede conseguir que el mundo caiga rendido a sus pies. Vas confiado por la vida pensando que nada te afecta, los problemas te resvalan y haces oídos sordos cuando algo no sale como te gustaría. Los tienes a todos comiendo de tu mano y no piensas en las consecuencias de tus actos porque para ti lo más importante es disfrutar el momento. Por eso te acostaste con la monitora el año pasado, ¿me equivoco? Porque te daba exactamente igual lo que pudiera pasar si lo hacías.

this is our summer | larry stylinsonUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum