All Of Me [ Cristiano Ronaldo ]

No Eres Para Mi

Me separe de él. Al parecer nadie de había dado cuenta de lo ocurrido porque todos estaban bailando. No sabía que decir, creo que las ganas de besarlo y sentirlo me ganaron, no sabía que decir. Cristiano se quedo callado y supuse que no había sentido nada de lo que yo había sentido, me di la media vuelta y casi salí corriendo al baño. Cerré la puerta, y me mire en el espejo. no sabía porque había reaccionado de esa manera, yo era una persona ajena a lo que acababa de hacer pero no puedo estar cerca de él y que no me den ganas de quebrantar mis reglas internas.

Salí del baño y me dirigí directo donde se encontraba el resto de los chicos. Todos platicaban animadamente. Me senté junto a James, el frío me estaba llegando. Me puse mi gabardina negra que hacia juego con mis zapatillas, mire a todos lados buscando a Cristiano pero no lo veía por ningún lado.

- voy a tomar aire - le avise a James. Él asintió, en realidad no iría a tomar aire iría a buscar a Cristiano.

Mire las escaleras, quizás podría estar en la azotea. Eran más de treinta escalones pero aun así me atreví a subirlas. Me detuve un poco para tomar aire, después de descansar un rato continúe mu camino. Al llegar a la azote ahí estaba él, tal y como lo había supuesto. Me senté a su lado con mis pies colgando a la nada.

- Cristiano, lo siento - fue lo primero que salió de mis labios. Me sentía culpable por haberlo besado.

- cuando te vi por primera vez y tus ojos me miraron, me hiciste sentir amor y no odio. Pero simplemente no puedo amarte - sentí que mi corazón se hacía pequeño.

- ¿porque no puedes amarme? - pregunté. Él me miro y sonrió.

- no eres para mi - al oír eso una lágrima rodó por mi mejilla. Y ahí me di cuenta que estaba enamorada de él, nadie llora cuando una persona te dice que no te ama y no estas enamorada de ésta.

- pero Cristiano yo te quiero y me enamore de ti desde aquel momento en que sentí el toque de tu piel, tu cambiaste mi mundo y mi forma de ser e incluso de pensar - mire hacia la nada.

- claro que no Alexa, tu no me quieres. Todo esto es un capricho tuyo y tu necedad de tenerme junto a ti para satisfacer tus antojos y lujos - me levante de donde estaba al igual que Cristiano. Camine a las escaleras para bajar e ir a casa.

- ¿la sigues amando no? - Cristiano negó amargamente - No me compares con ella, - me molesto que me haya comparado con Irina. - lo sé todo Cristiano, se que estas dolido por lo que ella te dijo pero YO soy yo y no soy la estúpida de Irina - Cristiano me miro y su cara reflejaba sorpresa. Lo sabía todo, la vez que noche anterior entre a Internet para buscar noticias sobre él y lo primero que encontré era "Irina uso a Cristiano para ganar fama y sacar dinero ¿habrá otra persona mas ignorante que Cristiano?" Ese encabezado me molesto mucho.

- yo no la amo - grito haciendo que me asustará y pisará mal el escalón, solo sentía los golpes en mi cuerpo conforme iba cayendo sobre las escaleras.

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Me desperté y quise mover mi pierna derecha pero la sentí pesada. Mire a mi alrededor y estava rodeada de aparatos, y un sonido imposible de olvidar Bip Bip Bip cada cinco segundos.

- James - estava asustada ¿que hacía en un hospital? Mire a James quien se acercó conforme lo llame. - ¿que hago aquí? ¿porque no puedo mover mi pie? - pregunté. Él me miro y sonrió.

- ayer por la noche te caíste de las escaleras y desafortunadamente te rompiste el pie. Tienes un yeso por eso no lo puedes mover - trato de sonreír.

- llévame a casa por favor - suplique. James asintió.

Salió de la recámara dejándome sola. Me cambie con una short deportivo y una playera olgada. Me coloque mi zapatos deportivo en el pie izquierdo ya que el derecho lo tenia envuelto en un yeso. James regreso con el doctor, el doctor me miro y sonrió.

- necesitas reposo y trata de correr por las escaleras - le sonreí. El doctor me alcanzó las muletas y salimos del hospital.

James me ayudó a subir al auto. El auto estaba en total silencio, nadie hablaba. Yo solo miraba por la ventanilla y las palabras de Cristiano reproduciéndose en mi cabeza hacían querer regresar a Mexico y aceptar a mi una opción. Ignacio.

no eres para mi, no eres para mi, no eres para mi

Limpie mi lágrima antes de que rodará por mi mejilla. Ahora sólo me quedaba entender que Cristiano jamás me amara. Llegamos a casa y yo baje sin ayuda de James, me adentré en la casa para después subir lo más rápido a mi recámara.

- Ale, dime lo que realmente paso. Por favor - pidió James mientras yo me acomodaba en mi cama.

- no tiene casi hablar de eso James, al menos hoy no - me dije y me tape la cara con mi edredón.

Solo oí a James suspirar y cerrar la puerta. Cristiano si me tenia como una tonta, estaba enamorada de él y no había duda alguna. Tome mi iphone iphone y busque entre mis contactos a mi papá, lo extrañaba mucho. Las ganas de que ne abrazara y me dijera que todo estaría bien eran inmensas y solo me quedaba abrazarme a mi misma.

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La puerta de mi recámara se abrió. James estaba vestido con su uniforme de entrenamiento, lo mire y apague el televisor para voltearme.

- Alexa, mueve ese trasero de la cama ahora - quito la sábana de mi cuerpo - hoy me acompañaras al partido - me miro y puso sus manos en su cintura.

- yo no iré a ningún lado James, necesito descansar - me queje.

- llevas dos semanas aquí encerrada mira la cara que traes, así jamás serás diseñadora y menos con esas fachas de mujer sin casa - me regaño. Bufé y me dirigí al baño.

Dos semanas encerrada en mi recámara y todo por la culpa de Cristiano, no podía hacer nada con este estúpido yeso en mi pie. Me metí al baño y me despoje de mi ropa para después entrar a la ducha, después de bañarme me vestí con un short jean negro. La playera del Real Madrid con el numero 23 y el nombre de Isco, peine mi cabello en una cola y la amarre con un listón blanco. Use sólo mi converse izquierda ya que no podía usar el derecho.

Nos montamos en la range rover y emprendimos viaje al Santiago Bernabeu. Estaba entretenida escuchando música en mis audífonos que ni siquiera me di cuenta cuánto tiempo nos hicimos. James me ayudó ayudó a bajar y lo demás lo hice yo con mis muletas, nos adentramos al estadio. Llegue un poco cansada a los vestidores, todos me saludaron excepto él. ¿me dolía? Claro que ne dolía y mucho, lo único que pude hacer fue bajar la mirada, como siempre lo había hecho antes.