Capítulo 42

2.7K 417 151
                                    

El dolor no tiene comparación con algún otro,  pero se siente como si me tuvieran clavando puñaladas por la espalda y vientre bajo.  Por un momento cesa,  pero luego aumenta,  me ataca,  me tensa y me hace sudar.  Siento ganas de hacer pis,  de hacer lo otro tambien.  Tengo calambres o escalofríos,  realmente no sé cómo llamarle a la sensación tan dolorosa que estoy padeciendo. 

Blaise me sostiene y los paramédicos me sientan en una silla de ruedas.  Pero no quiero que Blaise me deje de nuevo,  no quiero hacerlo. 

—¡Blaise no me deje!  —grito.

Él me sigue pero lo detienen. 

—Debe llenar un formulario,  joven.  ¿Usted la va acompañar en el parto?  ¿Es usted su esposo?  —le pregunta un doctor que no conozco,  yo quiero que mi parto lo atienda mi doctora. 

respiro profundo y pido que se detengan,  no quiero seguir. 

Él no sabe que responder pero yo si: 

—Si, es el padre de mi hija, llamen a mi doctora Miranda McKinney.  Por favor.  Y que el pase conmigo...  Yo...  Tengo mi seguro ahí... —señalé el bulto y enseguida Blaise revisa el bulto pero se queda sorprendido con mi respuesta. 

El dolor ha pasado un poco,  bueno las contracciones,  pero cada tres minutos regresa.  Miro su vestimenta,  tiene un abrigo de tela negro,  y bastante largo,  como los que siempre usa.  El abrigo cubre parte de su pantalón que no puedo observar.  Su cabello ahora es diferente,  está corto  y negro,  peinado hacia atrás perfectamente.  Me mira y me sonríe,  eso me provoca una ligera sensación de calidez.  Pero nuevamente regresan las contracciones y ésta vez más fuerte.

—¡Oh cielo,  me duele!  —grito—. ¡Duele mucho!  ¡Blaise llama a los chicos! 

Empiezo a sudar más fuerte y apretar mis manos a puño cerrado y jadear fuertemente.  Siento que está a punto de salirse,  me presiona la pelvis como si quisiera romperme en dos,  se mueve dentro de mi de un lado a otro y eso me hace pensar que no tendré una bebé normal. 

—¡Blaise!  —grito.

—La doctora McKinney está de camino,  revisaremos los centímetros que tienes para saber si ya está lista para el parto,  esto tarda un poco a veces. 

Asiento y me acomodan en la cama,  no veo a Blaise y eso me desespera.  Las enfermeras me retiran el vestido y me ponen una bata que cubre mi pecho pero que la parte trasera es desnuda.  Me ayudan para retirar mi boxer y lo colocan apartado en un bolso.  Ahora me colocan algo que desconozco en el vientre y una de ellas de se pone un guante me pide que separe las piernas y cuando lo hago mete su dedo profundamente y eso me hace doler más,  porque las contracciones han regresado y me hace querer pujar. 

Ella sigue revisando y el dolor no me permite ver nada de lo que hacen conmigo,  lloro y muerdo mi dedo. 

—Wow,  esto va para rápido,  ya tiene seis centímetros e irá aumentando. Llama a la doctora e iremos preparando todo. 

Veo que se mueven de un lado a otro y yo lloro más fuerte.  De pronto lo veo a él,   a mi salvador entrando por esa puerta y la calma regresa a mi.  Se planta a mi lado tomando mi mano y dejando la huella de un beso en mi piel. 

—Ya estoy aquí,  preciosa.  Tranquila —susurra acariciando mi cabello y manteniendo mi mano sostenida. 

—No te vayas —suplico—. Me duele mucho,  no aguanto —empiezo a llorar.  Él limpia mis lágrimas y su mano viaja a mi vientre,  se acerca lentamente a él y me mira sonriendo. 

—Princesa Naisha, sé que deseas salir y conocer el mundo,  pero no patees tanto a tu mamita que le duele,  ella está sufriendo mucho.  Sé una buena niña —susurra y me hace reír,  ella deja de patear por un segundo pero luego se descontrola y lanzo un grito con el aumento del dolor. 

La Bruja Y El Guerrero De Hielo (Terminada)Where stories live. Discover now