capítulo 1

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"Aisha 'La extraña' "

06 de junio del 2006

Desde la corta distancia en que me encuentro ocultada,  puedo reflejar una vez más que los años corren ante mis  ojos  y que esta  ha sido la octava vez en que una familia no me adopta. 

En este momento veo como Lia con diez años está siendo adoptada por la pareja que antes de verla  a ella me habían visto a mi.  Aquella mujer me dijo que yo sería su hija si así yo lo quería,  pero no entiendo porque ella después no me quiso. Hoy se supone que es mi cumpleaños número ocho y no tengo un pastel como a los demás niños y tampoco tengo una madre o un padre que me brinde amor.  Me siento sola y quisiera tener una amiga o una hermana en quién confiar.  Pero aquí todo me tratan como "la extraña".  Me obligaron a vestir con una túnica negra desde pequeña y no me permiten quitarme este extraño collar con un amuleto de corazón.  Las iniciales dice mi nombre,  pero también he descubierto que cambia de color cuando tengo cierto tipos de sentimientos.  Una vez me enojé con un niño porque me quitó mi osito y el amuleto se puso rojo.  No sé de donde saqué fuerza pero empujé al niño y terminé rompiéndole una costilla. El niño fue ingresado y al poco tiempo lo adoptaron.  Desde ahí todos me evitan y a veces me lanzan huevos diciendo que soy una niña muy loca. 

He vivido parte de mi vida sola y la única madre superiora que me había cuidado hasta los seis años,  ya murió,  ahora las demás me trataban como el bicho raro. 

Una lágrima se escapa con agilidad de mis ojos y es por que me duele que ya aquella niña se haya marchado con sus nuevos padres,  en cambio yo seguiré siendo la niña extraña que se quedará sola por el resto de su vida. 

En el orfanato pude aprender tres idiomas:  latín, inglés y francés

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En el orfanato pude aprender tres idiomas:  latín, inglés y francés. Sobresalgo bastante en el ámbito escolar, pero seguía siendo la niña solitaria. Si ser extraña para mi era raro,  el siguiente apodo era mucho peor. 

—Madre,  ¿está usted enferma?  Es que la he visto muy triste —le dije a mi profesora de religión que igual era una monja.  Ella es una señora de algunos 40 años y aunque al principio se veía llena de vida,  en ella sentía que su claridad se opacaba. 

—No niña,  yo estoy bien —respondió forzando una sonrisa.  Puso su mano en el pupitre y la miro,  siento la necesidad de tocarla.  Así que lo hago,  toco su mano y siento un profundo dolor en mi cabeza,  se llena de humo  mi visión,  todo es entraño. 
Veo un ataúd y yo me encuentro sola.  Me acerco a esa caja muy lentamente y cada vez que me acerco el miedo me azota y hace que mi corazón no deje de latir. 

Y estando más cerca me doy cuenta de que es ella,  es ella quién está en el ataúd. 

—Usted se va a morir —le digo llorando y ella me quita la mano mostrándose nerviosa. 

La Bruja Y El Guerrero De Hielo (Terminada)Kde žijí příběhy. Začni objevovat