Secuelas: La Vida después de la Guerra

Nuevos vecinos

El distrito doce está siendo repoblado, se empezaron a construir fábricas y personas de todo Panem están llegando para ocupar nuevos trabajos. Muchos vienen por la oportunidad de nuevos empleos, y otros solo quieren alejarse del lugar al que alguna vez llamaron hogar e intentar olvidar.
 
Aunque el cartel de la aldea de los vencedores fue removido nadie quiere ocupar las casas, tal vez no quieran tenernos de vecinos. De todas maneras,  por el momento, la calle principal frente a nuestros hogares es la única forma de llegar al sitio de construcción, así que el silencio en esta zona se ve interrumpido por trabajadores conversando, autos y máquinas. El nuevo flujo de visitantes en nuestro asolado rincón del distrito doce hace que el humor de Katniss se vuelva cambiante, puede estar contenta y tranquila en un momento y tornarse malhumorada e impaciente en minutos.

—¿De verdad tienes que ir a la panadería?— pregunta algo ansiosa tomando de mí mano para convencerme de no ir

— Será solo por un par de horas, solo para asegurarme que todo sigue en orden—contesto intentando resistir a su tacto.

—Delly se está encargando de eso, con los chicos mayores del orfanato—insiste recordándome el acuerdo que hice con mí amiga para formar una especie de taller vocacional y preparar a los mayores para trabajar.

—Pero se supone que deben tener un guía. Hablamos de esto ayer, entiendo que no quieras salir por ahora pero no podemos encerrarnos de nuevo. Tenemos una vida, tenemos que seguir. Fuiste tu la que me hizo entender eso— contesto intentando no sonar duro

—Lo se—responde bajando la mirada, pero puedo ver en su rostro como empieza a enfadarse, aunque estos días su enojo no es consigo misma, ni conmigo, simplemente es frustración con la a realidad— Es injusto, no quiero que te vean

—¿Quien querría verme?— digo suspirando y tomando asiento frente a ella

—Pasaron meses hasta que por fin dejaron de murmurar o señalarnos en las calles. Ya se había terminado

—Lo se, es por eso que no te presionó para que salgas de cacería, o a caminar por la ciudad. Acepto que quieras refugiarte por un tiempo

—Aun así no quiero que hagan eso contigo tampoco o con nosotros tarde o temprano. Tu eres el muto del Capitolio y yo la desquiciada que mató a Coin. Realmente me enfermaba salir y escuchar los murmullos de gente que no sabe quiénes somos, y ahora que finalmente todo eso acabo llegan más extraños a iniciar nuevamente este circo  ¿Cuántas veces vamos a tener que volver a empezar?— pregunta molesta. Me levanto y tomo asiento a su lado. Tomo su mano y espero a que ella vuelva sus ojos a los míos.

—Esta es nuestra vida ahora. Desearía tener cosas que no tengo, o poder darte otras que no puedo, mientras tu y yo estemos con vida la gente nos señalará y hablará a nuestras espaldas es así como son las cosas. Lamento no poder consolarte, pero si te sirve de algo, es mucho más fácil empezar de nuevo estando contigo— beso fugazmente su mano y emprendo viaje a la panadería pensando cómo poco a poco me permito decir lo que quiero a Katniss, sin cuestionar nuestra relación, nuestro futuro, o incluso saber que ella detesta las sentimentalerias.

Al llegar a la panadería Thom me saluda con expresión de sorpresa.

—Peeta! Pensé que te tomarias unos dias, al menos eso fue lo que dijo Delly— dice al extender su mano para darme la bienvenida

—No, solo dije que reduciría mis horarios por un tiempo. Delly como siempre elige lo que es mejor para los demás, aún sin consultarlo— digo sonriendo y veo que Thom también hace lo mismo mientras mueve su cabeza de un lado a otro

—Esa cabeza dura. Bueno, Arthur y Naya están atrás horneando, ya los conoces  ¿verdad?—comenta mientras asiento confirmando que los conozco—Arthur maneja muy bien la caja, así que yo pondría a Naya en ese puesto para que practique más. Tengo que ir a arreglar unas cuantas cosas en el orfanato, volveré en una hora—afirma algo inseguro.