Compensaciones

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 “Srta Everdeen y Sr. Mellark

El gobierno de Panem y el distrito 12 se enorgullece de comunicar que las obras de reconstrucción han finalizado oficialmente. Nos encontramos agradecidos y orgullosos por tener entre nosotros a varios personajes que han sido participes claves, entre ellos ustedes, para que esto pudiera suceder.  En ambiente festivo nos dirigimos a ustedes para requerir su asistencia al Edificio de Justicia en horas del mediodía para tratar temas de gran importancia.”

Fue la breve carta que encontré temprano cuando llegue a la casa de Katniss como todas las mañanas. Ella no parecía sorprendida ni curiosa acerca de la reunión, solo se limito a asentir con su cabeza cuando leí la nota, lo cual consideré extraño ¿Por qué solo yo me encontraba sospechando acerca de la reunión y ella lucía tan tranquila? No importa que la guerra haya terminado, ni la fe que tenga para que la historia de los Juegos del Hambre no se repita, no quiero estar asociado con el gobierno ni trabajar para ellos, fue algo que deje en claro en cuanto me dejaron regresar. Sin embargo las cartas para regresar allí siguieron llegando, aun no estoy seguro si realmente quieren seguir fiándose de la imagen que puedo dar al gobierno o solo quiere mantenerme controlado. Todo Panem fue testigo de uno de mis episodios no creo que el gobierno crea que usarme como vocero sea una buena idea, asi que lo mas probable es que quieran mantenerme alejado de Katniss y controlar al muto en el caso de que llegara a emerger nuevamente.

El nuevo edificio sede del gobierno sectorial del distrito 12 es muy distinto al anterior. No solo la fachada antigua y lúgubre ha cambiado a una mas iluminada y renovada, sino también el flujo de personas que tienen acceso a el ha aumentado notablemente. Mujeres y hombres que parecen trabajar allí, ciudadanos comunes, los encargados de seguridad, el flujo de personas es constante. Somos  guiados a un gran salón  en cuanto llegamos. La habitación tiene grandes ventanas y puertas de cristal, un súbito escalofrió recorre mis vertebras al entrar. No se aproxima del todo al cuarto de cristal de torturas en el Capitolio, pero la ligera similitud hace que el recuerdo de los gritos de Johanna, Lavinia y Darius resuene en mi cabeza. Nos sentamos alrededor de una enorme mesa en el centro de la habitación, y el nerviosismo provocado por los malos recuerdos hacen que me cubra el rostro con las manos y frote mi cara al menos tres veces intentando de regresar a la realidad del todo.

—¿Estas bien?—susurra Katniss a mi lado

—Si, estoy bien — respondo de manera cortante y dejo que mis brazos cuelguen al costado de mi cuerpo. Por un momento pienso que estoy imaginando el roce de piel en mis manos, no es hasta que bajo mi mirada y veo mi mano unida con la de Katniss que realmente le creo a mis sentidos.   Cuando mis ojos se encuentran con los de ella una sonrisa reaseguradora se dibuja en sus labios. Esta ahí para mi, a pesar que es imposible que sepa hasta que nivel ha ascendido mi nerviosismo a causa de unas malditas y enormes ventanas de cristal. Esta ahí para mi a pesar que aun no la he dejado entrar, a pesar que no quiero dejar que vea ese momento oscuro que me tocó vivir. Katniss tiene suficiente por su cuenta, no puedo aumentar sus pesares agregando los mios, pero aprecio esa mirada incondicional y su presencia que es mas de lo que podría desear.  Levanto nuestras manos unidas y beso la suya, en ese breve segundo siento una actitud algo tímida en ella, pero seguramente lo estoy imaginando.

Frente a una de las ventanas vemos como Haymitch sale de una puerta opuesta a la sala donde nosotros nos encontramos.

—Al menos ahora sabemos que están llamando a todos los vencedores. Debe estar sucediendo lo mismo en los otros distritos— dice Katniss que parece haber guardado cualquier tipo de conjeturas solo para ella. En casa parecía completamente desinteresada pero en realidad solo estaba reservando su opinión hasta saber algo con seguridad. 

Un hombre de tez oscura y ojos cansados entra apresuradamente después de despedir a Haymitch Abernathy. Él deja una agenda con hojas saliendo desprolijamente por los costados sobre la mesa y extiende su mano hacia nosotros antes de tomar asiento frente a nosotros.

Secuelas: La Vida después de la GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora