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____ continuaba hablando con el rubio hasta que Kiyo, una de las tres niñas Mariposa, entro.
—____-san, ¿Cuándo regresó? —pregunto con ilusión la niña de cabello corto.
—Acabo de llegar, —saludo la mayor acariciando suavemente su cabeza— ¿A que has venido?
—¡Vine a ver que Zenitsu tome su medicina!
—Ah. —soltó de pronto viendo como el de ojos miel se retorcía en su camilla.
—¡¡Pero sabe horrible!! —dijo él entre sollozos.
—Tiene que beberla cinco veces al día, si no, Aoi-chan se molestará. —hablo con el ceño levemente fruncido.
—¿Cinco veces? ¿Cinco veces al día? ¿Hasta cuando tengo que tomar esta medicina? —grito escondiéndose más si era posible— ¡¡Es muy amarga, sabe horrible!!!
La cazadora mayor solo estaba recostada en la camilla de Inosuke, sonriendo ladina y piñizcando las costillas del chico jabalí, que se retorcía y soltaba sonidos extraños haciendo reír a ____.
—Baja la voz por favor... —soltó la menor con sutileza.
Solo pasaron pocos minutos hasta que Aoi entro junto a un chico del Saneamiento Kakushi, este en su espalda llevaba a Tanjiro. La pelinegra no demoro mucho en empezar a regañar al rubio que sollozaba sin darse cuenta de la presencia de su amigo.
—¡Zenitsu! —saludo Tanjiro primero con una sonrisa.
El rubio al darse cuenta de su amigo, empezó a llorar más si era posible, abrazando al trabajador del Saneamiento en lugar de Tanjiro, manchando el traje de este gracias a su llanto. Ambos hablaban animadamente, el de orbes miel le explicaba a detalle lo sucedido en el Monte, siendo escuchado con atención por el de cabellos borgoña que asentía con amabilidad.
Cuando el de orbes rojizas se dio cuenta de ____ e Inosuke se sorprendió y los saludo con una sonrisa rápidamente.
—¡____, Inosuke! —Tanjiro se bajo de la espalda del chico, arrastrándose hasta la camilla del pelinegro.
—Tanjiro, no creo que arrastrarte por el piso te haga bien. —añadió la chica con una sonrisa.
—_____, le agradezco mucho que protegiera a Nezuko... realmente no se como podría agradecerle.
____ miro al chico por unos segundos. —Con que hagas tu trabajo esta bien. —pensó en decirle eso, es algo que diría Tomioka claramente, no pudo evitar reír al imaginarlo con su típico rostro neutral y frio.
—Descuida... creo que este chico necesita ser agradecido, más que yo. —respondió la cazadora, apoyando su rostro en su mano.
—¡Inosuke, me alegró que estés bien! —lo apoyo cálidamente, acercándose un poco al chico jabalí. Aunque después de verlo tan herido empezó a llorar— ¡¡Siento no haber podido ir a ayudarte!!
