—Esta bien.

—No olvides traer a Luke, quiero conocerlo mejor...

Colgué.

—¿Continuamos?—el chico jugó con los cabellos de mi nuca.

—No—con rapidez me lancé a sus labios, seguro confundiendolo ya que mis acciones no iban acordé a lo que había dicho—. Debes cambiarte, Lucy nos invita a cenar... dice que quiere "conocerte mejor"—alargue el tono de mi voz imitando a mi tía.

—¿Debo preocuparme?

—Un poco—mi voz se tornó seria, quería asustarlo. Mi tía solía ser entrometida, más no era intimidante.

—¡Oye!—me empujó por el pecho soltando una risa—Deberías decirme 'No, no te preocupes por nada'.

—Tranquilo—le sonreí dulce—, si tienes algo de suerte, no te acosara con preguntas. El que debe preocuparse soy yo, tienen en común el gusto de hacerme enojar—soltó una carcajada.

—Entonces no lo pasaré mal... ¿Te pondrás la camiseta que te regalé?—rodé los ojos—. De seguro se te ve muy bien, a tu tía le encantará y ni se hable de Any.

—No intentes manipularme, conozco tus trucos.

—No perdia nada con intentarlo—reí rodando los ojos—, nos harías feliz, a muchas de hecho, si te pones esa camisa aunque sea una sola vez.

—Oh, no lo creo—bese sus labios una vez más antes de salir de su habitación.

Simplemente no podía hacerlo, no sólo el color era un problema, si no que también el diseño; era ese tipo de camisas que el imbécil de Kevin y sus amigos usaban. Me rehusaba a usar algo como eso, no iba conmigo en ninguno de los sentidos.

«Mierda, Michael, dobla un poco tu orgullo por él» mi voz interna me reclamó.

—¡Date prisa, por favor, lindo! ¡Es una cena, no una fiesta de gala!—grité esperando que escuchara hasta su habitación.

—¡Pero no sé qué debo usar!—también grito con un 'leve' toque de molestia.

—¡Con cualquier cosa te ves increíble!—llevaba casi una hora arreglándose.

—Pero ¿Y si no es lo apropiado?—Volvió a gritar—¡No sé si es demasiado o si es muy poco!—Luke estaba al borde de la locura—¡Michael! ¡Estoy nervioso!—si no estuviera tan desesperado porque sabía que llegaríamos tarde, estaría revolcándome en el piso de la risa.

—Tienes cinco segundos para bajar, si no tendré que subir y, aunque sea arrastrando, te voy a subir al auto sin importar cómo estés vestido.

Cinco.

Cuatro.

Tres.

Dos.

Uno.

Subía a grandes zancadas por las escaleras hasta llegar a la puerta blanca, la cual golpeé con algo de fuerza, mientras mi mano libre intentaba girar la perilla.

—¡No! No entres ¡No estoy listo!

—Luke, no estoy bromeando ¡Vámonos ya!—alargue la última vocal, recostándome en la puerta.

—¡Entras y te asesino, Clifford!—me amenazó y por ese simple hecho, entré, desafiandolo.

Un suéter rosa claro ajustado, con brazos anchos y un par de jeans rasgados en las rodillas le lucian a la perfección.

—Michael, te voy a... ¡Aww!—su tono amenazante fue sustituido por uno enternecido—. Te la pusiste—realmente estaba haciendo un gran esfuerzo al vestir de esta manera, se salía completamente de mi zona de confort, ni si quiera con los pantalones negros y botas me sentia cómodo.

Because Bad Boys are Broken Boys - mukeDove le storie prendono vita. Scoprilo ora