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Tírala.

Eran las 9:00 pm del viernes 17, todos se encontraban en casa pensando en un lugar ideal para pasar el resto de la noche después de un día pesado de trabajo, o bueno, no todos. Emilio Marcos se encontraba en el piso 6 de aquel edificio en el centro de la ciudad. Su secretaria se había marchado hace apenas veinte minutos, después de que el rizado le dijera que dejara el resto de sus pendientes para el lunes. Ella tenía dos hijos, él sabía que en ese día, después de que por un error de ambos, la empresa perdiera a los inversionistas franceses, ella lo que más quería era llegar a casa y ver a sus pequeños. 

"Usted también debería marcharse a casa, es un poco tarde" había dicho Airam. 

Pero a él nadie lo esperaba en casa, solo su pequeño y lindo gatito. Así que decidió quedarse un poco más. Revisó un par de documentos, el lunes se enfrentaría a su jefe y estaba seguro de que le pediría una solución para el brutal error que había cometido ese día.
Estaba por beber un sorbo de su café cuando su móvil comenzó a emitir ese sonido tan conocido.

-¿Sí?- dijo al contestar, colocando el altavoz para poder seguir con los documentos en mano.

-¿Dónde estás?- contestó Saúl, su gran amigo.

-Trabajando.

-¿Por qué no me sorprende tu respuesta?- ambos rieron- hay que salir Mailo.

-¿Y dejar mi trabajo tirado? Sabes perfectamente que es mi vida.

-Pues tírala antes de que "tu vida" te tire a ti- podía jurar que Saúl hizo comillas cuando dijo tu vida y no pudo evitar rodar los ojos.

-¿Algo más? Si no te molesta, aún tengo cosas que hacer así que...

-Estaré en "Noche amarga", por si decides alcanzarme ahí. 

-Que te diviertas.

La llamada terminó. Dejó su celular de vuelta en el cajón a su derecha y la vio, una pequeña sonrisa asomó por su rostro cuando tomó en sus manos aquella fotografía. Su madre y él estaban en una pequeña cafetería mientras ambos sonreían. 

"Vive la vida Emilio, quiero que seas feliz" esas fueron las últimas palabras de su madre.

¿Estaba cumpliendo lo que había prometido aquella noche sobre el cuerpo sin vida de su madre? Miró la hora en el pequeño reloj sobre su escritorio 9:30 pm. Había sido un día largo y bastante pesado, frustrante y muy tenso, pero quizá aún no era tarde para mejorarlo. 
Cerró las carpetas frente a él, las metió dentro del cajón central del escritorio y después de tomar su saco, salió de la oficina. 

Danzón|Emiliaco|Where stories live. Discover now