Capítulo 20

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Legamos al centro comercial de la ciudad, es grande y las variedades de tiendas giran alrededor de 200 tipos. Lo suficiente para que una niña se perdiera o una mujer como yo, se despistara por cualquier cosa.

−Emma te veo muy feliz. – Apuntalo Chris, arqueando sus comisuras.

−Sí, me alegra escuchar que se casara, espero que él sea un buen chico.

−Estás tan feliz que me has llevado jalando de la mano todo este momento.

−Upss.... – Lo suelto de golpe.

No tengo la menor idea cuánto tiempo llevamos tomados de las manos, tampoco e que era desagradable, era ...¿cómo decirlo? Lindo. Hermoso. Fascinante.

−No me sueltes. – Vuelve a coger mi mano, pero esta vez entrelaza sus dedos −. Si no te perderás y no quiero buscarte.

−Entonces me perderé. – Bromeé.

−No juegues Emma, si lo haces lo pagaras en la cama.

Eso hace que ponga los ojos en blanco. Enserio que este hombre tenía todo en su lugar; guapo, alto, fuerte, inteligente, pero...pero...pero sus pensamientos pervertidos sobrepasaban a todos.

−Eres un pervertido de los más pervertidos que pueden existir, incluso te has metido a mi cama sin permiso. – Concluí.

−Solo contigo lo soy, y no me gusta dormir solo. – Me lanzo una sonrisa pícara.

−Acaso tienes tres años.

−No, pero no llámenos la atención de las personas, pueden escucharte.

−Tú comenzaste. – Chille −. Mejor voy a pensar en que comprar.

−Lo que le gusta a ella. −Sugirió lo más obvio.

−Hay muchas cosas que le gustan.

−Una en específico.

−Cámaras. – Concluí −. Ella ama las cámaras.

−Entonces vamos por una.

Pasamos por varios locales de cámaras, algunas no me convencen otras sí, pero no eran del gusto de Jhoana, después de recorrer todo el lugar la encontré. Una Canon EOS 90D, con resolución ultra HD, equipado con sensor CMOS (APS-C) de 32,5 MP y un procesador de imagen de (DIGIC8). No entiendo nada de eso, solo estoy segura de que le va a gustar.

−Es perfecta, ¿verdad? – Pregunte mientras manipulaba la caja.

−Por supuesto señorita, esta cámara capta muy bien las bellezas como usted. – Lazo el hombre que estaba detrás de la vitrina.

−Gracias, supongo.

−No agradezca, usted es muy linda y esa cámara....

Aquel hombre que supongo rondaba por los treinta años tenía aires de joven acalorado en busca no solo de vender cámaras....

−Gracias por la explicación innecesaria, vamos Emma. – Chris toma la caja y mi mano. − Odio a los viejos que ponen cara de pervertidos.

−De ese modo te comportas, de qué te quejas.

−¿Qué dijiste?... −Bufo enojado.

−Yo nada, ¿qué te parece? – alzo la caja.

−Seguro que le gustara, lo escogiste tú.

−Es verdad, de hecho, lo escogimos los dos. No olvides que me has ayudado – sonrió y él también lo hace.

Esa sonrisa es tan amable que hace mi corazón latir y estremecerme por dentro. Cada vez que sonríe me saca fuera de mis casillas, destruye toda mi seriedad, me pone nerviosa a tal punto que mi cuerpo se calienta.

Matrimonio PredestinadoWhere stories live. Discover now