Capítulo 10: Destello cegador

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Mike

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Mike

La observé con extrañeza, ¿Hace un segundo atrás besaba a mi hermano y ahora quería besarme a mí?

Negué con mi cabeza, definitivamente no estaba dispuesto, -No estoy dispuesto a tanto.

-Es sólo una prueba, sólo es eso, te lo prometo. Ninguno de los dos nos interesamos en tener algo más. Siento curiosidad.

Me lo cuestioné por más de cinco minutos, -Si te beso, no lo haré aquí, en la habitación de mi hermano, mientras está inconsciente. Tal vez entre nosotros no signifique nada, pero si él despierta o alguien más nos ve, significará algo para el resto.

-Tienes razón, puede ser peor.

-Acepto hacerlo, pero debes prometer, que no sentirás nada. Porque soy un excelente besador.

Su expresión se transformó en una mueca de asco, -Iugh, no.

Sonreí, -Cuando finalice la fiesta, nos vemos en mi habitación.

-Pero no significa nada. No te ilusiones. Yo quiero estar con Kyle.

Levanté mis cejas, -¿Estás segura de eso? -reí bajito.

-Muy segura. Además, quiero ver en qué afecta, ¿Qué pasará si nos besamos? ¿Explotamos? -estaba vez ella rio.

-Te juro que te creo, me da hasta miedo besarte.

Ella se hizo la ofendida, y se fue de la habitación.

Yo me limité a observarla, hoy se veía muy bonita, se había puesto un vestido, que se apegaba a su cuerpo y remarcaba sus curvas. No es que me haya fijado realmente.

Observé a mi hermano, inconsciente. No me entraba en la cabeza, él se hacía mierda en cada fiesta, sin excepción. Quizás él sentía que tenía un motivo para hacerlo, pero era el mismo que yo tenía, el mismo que Camille. Debo admitir, que hay unas pocas veces, que tomo más de la cuenta, pero no es apropósito, se me pasan las horas, y con las horas se me pasan los vasos. Pero nunca he sido lo suficientemente estúpido como para drogarme, lo hice tan sólo una vez, con Ethan, para experimentar la sensación. La verdad no me gustó, sentía mucho, mis emociones se triplicaban, y según todos uno debía sentirse más relajado.

Tomé las piernas de Kyle, y las acomodé mejor en su cama. Odio que se haga esto.

Negué con mi cabeza, cerré la puerta de la habitación, Jade, se encontraba afuera.

-¿Necesitas ayuda? -me preguntó, sus ojos castaños brillaban.

-No. Está todo bien.

Ella me extendió un vaso con algo que parecía Coca-Cola, -¿Qué es?

-Es vodka, con Coca-Cola-me sonrió, Jade tomaba de su vaso.

Le di las gracias, bajamos al piso principal, la gente estaba como loca, cada vez peor, la música estaba a tope, mis tímpanos estaban por reventar. A este paso los vecinos llamarán a la policía.

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