Mi Corazón Te Encontró [Chris Evans]

Capítulo 4

Miranda abrió poco a poco sus ojos, vio una luz Blanca, despertó y se dio cuenta que estaba en una habitación Blanca, se incorporó mirando al rededor y se dio cuenta que estaba en el hospital. Pero no lograba recordar que había pasado ni tampoco quien era ella.

—¿Que pasó? —preguntó muy confundida.

A los pocos segundos se abre la puerta dejando ver a el doctor, un chico alto, de tez blanca, con ojos azules y un rostro muy atractivo.

—¿Como te sientes? —preguntó revisándola.

—Muy confundida, no sé como llegué aquí, no recuerdo nada ni siquiera quien soy —dijo tocando su cabeza.

—Eres Miranda lo que si no se es tu apellido, solo se que ese es tu nombre y llegaste aquí luego de un accidente de auto —susurró mirándola aquel doctor.

Ella asintió asimilando lo que le había dicho aquel chico o mejor dicho doctor.

—Vas mejorando en estos dos días, el haber estado inconsciente hizo que sanaras de manera más rápida —mencionó el médico.

—¿Usted me atenderá hasta que me recupere? —preguntó un poco sorprendida la chica.

—Así es Miranda —respondió con una sonrisa.

—¿Cual es su nombre doctor? —preguntó la chica con una leve sonrisa.

—Soy Chris Evans, todo mundo me dice doctor Evans —respondió amablemente.

—Bueno, espero recuperarme muy bien en sus manos doctor Evans —Miranda sonrió.

Para ella era una nueva vida por comenzar, no conocía a nadie solo a su doctor, aún no se preguntaba quién era, si tenía familia o no, no era considerable pues podría ser peor para ella el abrumarse de preguntas. Por ahora su prioridad era recuperarse y después, averiguar quien era en realidad.

Chris se sentía un poco mal por ella, claro que es feo tener un paciente que pierda la memoria y que veas los estudios y te des cuenta que no hay mucha oportunidad de que regresen sus recuerdos, para Chris era triste. Pero su labor era cuidar de ella y hacer que mejore, así fue como pasaron los días, cada vez Chris y ella junto a la enfermera se familiarizaron

—Hola enfermera —Miranda sonrió.

—Hola Miranda —la enfermera le regresó la sonrisa.

—¿Lo mismo de ayer? —preguntó acomodándose para poder comer mejor.

—No, está vez es sopa de verduras

—Aiish, no me gusta la sopa de verduras —dijo cruzándose de brazos y haciendo un puchero.

Chris rió levemente negando, parecía una niña de 6 años, el entró y dijo:

—Tienes que comer, lo que damos de comer aquí es para beneficio y recuperación de los pacientes, no es para complacerlos

—Cuando salga de aquí iré a comer deliciosa comida que nunca me dieron aquí —bufó la chica.

—Eso será cuando salgas, mientras tienes que comer tu sopa

—Aish —renegó, tomó la cuchara y la probó. —Bueno, no está tan mal

Todos rieron y Miranda terminó comiendo su sopa de verduras, su enfermera era muy amable con ella al igual que Chris. La chica se sentía cómoda recuperándose en ese hospital.

—¿Aún nadie?— preguntó Miranda seria.

—Aún no, lo siento Miranda —dijo cabizbajo. —Pero nadie ha venido a preguntar por ti.

Ella solo asintió con tristeza, quizás no tenía familia y tuvo un accidente terminando aquí, regresaría a donde ella creía que era, la calle.