Capítulo 5

1.5K 95 13
                                    

Finalmente había llegado el día que Miranda tenía miedo que llegara, la darían de alta, pero, ¿a dónde iría? ¿Tiene hogar? ¿Familia? Días atrás esas preguntas la atormentaban y no sabía que es lo que haría al salir del hospital ya recuperada.

—¿Como te sientes? —preguntó el médico acercándose a ella.

—Bien, supongo —se encogió de hombros.

—Si sientes alguna molestia no dudes en venir, y yo personalmente te atiendo ¿de acuerdo? -dijo poniendo su mano en su hombro.

—Muchas gracias doctor Evans —ella asintió y sonrió.

Miranda bajó las escaleras y caminó hasta la salida del hospital, Evans la observaba desde lejos recargado en la recepción.

—Bien aquí voy —habló a ella misma.

Volteó y vio que ahí estaba su médico, ella movió su mano de un lado a otro despidiéndose de él, el de la misma manera le respondió y se fue caminando de ahí. Chris la observaba como se iba con una mirada de tristeza ¿Por qué? Simplemente no lo sabía, pero se había llevado muy bien con aquella chica.

En el camino no sabía a dónde iba, literalmente era sin rumbo alguno, mientras observaba la ciudad, a las personas caminando apresuradamente, a los turistas tomándose fotos, a los niños jugando, se encontró a un niño llorando

—¿Estás bien? ¿Que pasa? —preguntó preocupada agachándose a su altura.

—Yo... perdí mi papalote —dijo limpiando sus lágrimas.

Ella rió levemente, pero se sintió aliviada, pensaba que le había pasado algo al niño o que se había perdido, ella se quedó pensando en como podía ayudarle, comenzó a buscar por todos lados el papalote del niño y no encontró nada, cuando una chica le regaló un volante

—¿Podrías regalarme otro? —habló tímidamente.

—Claro —la chica asintió.

A Miranda se le había ocurrido una buena idea, tomó los papeles y comenzó a hacer varios dobleces para terminar haciendo dos aviones de papel

—Ten mira —habló agachándose a su altura y entregándole los aviones de papel. —No pude encontrar tu papalote pero te hice esto, te puedes divertir con esto también

—Muchas gracias señorita —el niño sonrió ampliamente.

La chica también sonrió, se levantó muy contenta de ver como el niño jugaba con sus aviones, llegó con su mamá y escuchó como le dijo que alguien le había hecho esos juguetes y estaba muy contento.

Lo que no sabía es que alguien la estaba observando de lejos sonriendo con ternura, pues Chris había salido de su turno y se encontraba camino a casa, al ir distraído no se dio cuenta que siguió avanzando y frenó de repente muy en seco por que se dio cuenta que alguien estaba ahí enfrente de su auto.

—¿Miranda? —frunció el ceño. —Pero si hace unos minutos estabas allá

—¿Doctor Evans? —dijo confundida acercándose a su auto.

—¿Estas bien? Casi te atropelló perdón —dijo apenado.

No se percataron que el semáforo había cambiado a verde y un claxon los interrumpió, voltearon y se dieron cuenta de ello.

—Sube, no puedo dejarte aquí

Ella asintió y se subió a su auto, el camino a lo que sería casa de Chris era tranquilo y ninguno de los dos hablaba mucho, solo dejaban que el radio sonara, mientras Miranda observaba la ciudad por la ventana

—¿A donde me lleva Doctor Evans? —preguntó curiosa volteando a ver.

—A mi casa —sonrió.

Miranda abrió los ojos como platos y el río al ver su reacción

—Te invito a comer no te preocupes —sonrió

—Gracias —ella asintió y volvió a ver por la ventana.

Mi Corazón Te Encontró [Chris Evans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora