Capítulo 3

1.8K 102 16
                                    

Mark seguía con su plan, eso no había terminado ahí. Mía iría al hospital para saber que había pasado con Miranda mientras que Mike le diría a sus padres que Miranda se fue del país que no podía con el cargo y que lo mejor era irse de ahí, no quería que nadie los molestara o que la buscaran.

Mía manejaba al hospital rápidamente, ya habían pasado dos días del accidente, cuando llegó se estacionó y entró al hospital 

—Buenas tardes señorita ¿esta aquí Miranda Downey? —preguntó "amablemente" a la enfermera, aquella mujer la miró y luego buscó en unos papeles el nombre de la chica.

—Sí, esta en la habitación 76 —respondió señalando el fondo.

—Gracias, pero por favor, que no se entere que vine, ella me odia y no le gustaría saber que la visité —respondió con una sonrisa falsa, luego río falsamente para parecer que había sido broma.

La enfermera asintió confundida, Mía caminaba por el pasillo vio como un enfermero se adelantó de ella y se acercó a un doctor que había salido de la habitación de Miranda, ella se escondió detrás de esquina de la pared y escuchó su conversación

—Doctor ¿cómo sigue la señorita? —dijo llegando con él preocupado.

—Hace unos minutos acaba de reaccionar luego de que no lo hiciera por estos días, me acaba de preguntar quien es... al parecer el golpe que tuvo fue muy fuerte y terminó perdiendo la memoria —suspiró con una mirada triste.

Al escuchar eso Mía se llevo las manos a la boca asombrada pero al mismo tiempo feliz, la primera parte de su plan había salido mejor de lo que esperaban, Mike estaría muy feliz con la noticia.

[...]

Mientras tanto Mike se encontraba en casa de sus padres dando una explicación de que Miranda se había ido por su propia cuenta, y que nada malo había pasado.

—Fui a su casa y encontré esta carta que me dio su ayudante —dijo el chico entregando una carta, que por supuesto Mirada nunca escribió si no fue el quien la hizo.

Robert lo miró confundido, le parecía muy extraño aquella explicación, tomó la carta y la comenzó a leer

Carta:

Papá, mamá, Steve, Mike, me voy. Lo pensé bien y me di cuenta que no podré con el cargo, no me siento capaz despues de analizarlo, es una gran responsabilidad que no podre tener, es mejor que se lo des a mi hermano Mike el cuenta con más capacidad y experiencia que yo. Yo estaré bien no se preocupen por mi, me iré del país y no sabrán mi paradero, prefiero estar sola e iniciar una vida nueva, por favor no me busquen, no me llamen no quiero saber nada de Inglaterra. Sean felices no me necesitan, si hago esto es por que los quiero

Atte: Miranda Downey.

Robert arrugó la hoja después de leerla y la botó al piso, Susan trató de tranquilizarlo tomándolo de los hombros y se sentaron en el sofá, Steve recogió la carta y la leyó por su propia cuenta.

—Esto no parece escrito por Miranda —habló el menor frunciendo el  ceño mirando la carta y luego a ellos.

—¿Y entonces por quien estaría escrita? —pregunto Susan confundida.

—A mi me la dio su empleada, quizás se enfadó de nosotros y de su vida aquí en Inglaterra y quiso irse —dijo encogiéndose de hombros.

—Es que Miranda no me abandonaría, no de esta manera —aventó la carta y comenzó a sollozar.

La familia Downey se sentían tristes, sentían un vacío al enterarse que su hija había renunciado a su vida en Londres y a su familia, Mientras Susan abrazaba a Steve para tratarlo de tranquilizar, Robert pensaba mucho sobre eso, pues ella jamás haría eso, o si no mínimo le hubiera hablado con ella o darle a entender que no estaba a gusto con aquella vida.
Steve pensaba que la pudieron haber secuestrado o desaparecido, el lloraba desconsoladamente, el quería que su hermana estuviera bien y a salvo, mientras aquel hombre sin corazón miraba angustiada a su familia, para el apenas aquello estaba empezando.

[...]

—¿Cómo te fue? —preguntó Mía al ver que había llegado su esposo a casa.

—No se que pensar —suspiró y se sentó en el sofá.

—Bueno, yo te tengo buenas noticias amor —dijo acariciándolo.

—¿Cuales? —pregunto mirándola.

—Tu hermanita esta en el hospital y despertó recién, pero escuché que dijo el doctor que perdió la memoria —ella sonrió ampliamente.

—¡Algo bueno del día! —se levantó emocionado. —Finalmente, el puesto sera mío y nadie me lo va a impedir —sonrió con malicia

Mi Corazón Te Encontró [Chris Evans]Where stories live. Discover now