BEAT DROP. klance

1. el arboreto y floristería de allura

De todo lo que odiaba Keith, despertarse demasiado temprano estaba, probablemente, en el top diez. Mientras su alarma le chillaba desde su mesilla de noche, intentó razonar con los dioses y rezar para obtener cinco minutos más de bendito e inconsciente descanso. A su alarma no podría importarle menos, aparentemente, ya que continuó alejando su mente más y más lejos del mundo de los sueños.

Dándose por vencido, Keith rodó sobre su cama y le pegó un bofetón a su móvil con su mano dormida, gruñendo ruidosamente mientras bostezaba. Al mirar al exterior, frunció el ceño hacia el cielo azulado vagamente iluminado, preguntándose por centésima vez por qué se hacía esto a sí mismo.

Dinero, Keith. Eres un estudiante universitario pobre, necesitas dinero.

Escabulléndose en la pequeña cocina de su apartamento, virtió aturdidamente una cucharada de Café Bustelo en su Bialetti, dejándolo sobre la vitrocerámica para que se preparase mientras él se arreglaba. Normalmente, Keith se hubiese puesto una sudadera básica y pantalones cargo para trabajar, pero, como se acercaban los últimos días de junio y el calor no se avergonzaba al hacerse notar en el termómetro, Keith optó por vaqueros rotos y una camiseta, los cuales eran, evidentemente, más frescos que sudaderas, etc.

Mientras el café comenzaba a filtrarse, el joven veinteañero hurgó entre los armarios de su apartamento, buscando algo para desayunar. Cuando no encontró nada excepto una caja medio-vacía de Kellogg's y una magdalena de Starbucks de hace una semana, Keith decidió que probablemente sería mejor comprar algo en Hugs 'n Mugs, la cafetería de su amigo Hunk que estaba convenientemente justo al otro lado de la calle en la que estaba el establecimiento en el que trabajaba Keith: El Arboreto y Floristería de Allura.

Mientras conducía por las silenciosas calles de la ciudad en su motocicleta, su mente se inundó con los recuerdos de su primer verano en la costa de Washington. Estaba muy nervioso e incómodo en la entrevista de trabajo, pero Allura le había visto algo especial, por lo cual él le estaba eternamente agradecido, ya que no sabía dónde más podría haber trabajado.

La dueña del arboreto, Allura Altea, era una mujer inteligente y hermosa con un gusto por la ecología y un par de ojos grandes y brillantes que podían hechizarte con facilidad. Al principio, no pensaba que la tienda le fuese a gustar del todo, pero terminó gustándole más de lo que pensaba. Siempre había un solo empleado trabajando al mismo tiempo, así que no había ningún compañero de trabajo ruidoso ni molesto, la tienda siempre olía bien y las propinas solían ser generosas. Era la pequeña tienda turística perfecta y se había ganado un lugar permanente en primera línea de playa, convirtiéndose en un próspero negocio de verano.

A medida que la estación cambiaba de verano a otoño, los negocios disminuían y Keith regresaba a la universidad, dejando a Allura de encargada hasta que Keith llegase al trabajo por la tarde o cuando no tuviera clases. Su familia no era pobre, pero tampoco era rica, por lo que estaba tratando de pagar la mayor parte de su deuda como podía mientras aún estaba en la universidad.

Keith suspiró, abriendo las puertas de la floristería y alejando los pensamientos del futuro. Eso estaba muy lejos, quería disfrutar este verano al máximo y no preocuparse por lo que sucedería después.

Entró a Hugs 'n Mugs para desayunar y tomarse su segunda taza de café, pero no tardó mucho, ya que la cafetería estaba más concurrida de lo habitual. Sin embargo, Hunk le deseó un buen día, regalándole aquella sonrisa suya casi tan permanente como la creciente popularidad de su cafetería.

Cuando Keith se llevó la taza a la nariz, el fuerte aroma del famoso Americano de Hunk alejó los últimos restos de recuerdos y sueño que aún permanecían en su mente y hacían que le pesaran las extremidades. Apreció la cafeína como si fuera su soporte vital (en realidad lo era, se zombificaba si pasaba demasiado tiempo sin ella por la mañana) y guardó en su mochila la magdalena fresca y la manzana que había comprado para desayunar.