Capítulo diecisiete - Kenma Kozume

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Mini maratón.

Durante el siguiente día dormí hasta tarde, los chicos se fueron antes al entrenamiento y no me despertaron, en el fondo estaba agradecida porque realmente estaba agotada. Me arreglé con tranquilidad y me dispuse a ir al gimnasio al terminar; justo cuando voy llegando, ellos van saliendo a correr. Saludé a todos animada y me devolvieron el saludo. Me asomé en el gimnasio y con un gesto de manos le indiqué al sensei y a Keishin que iría con los demás.

—¡Espérenme! —corrí para alcanzarlos.

Últimamente no he tenido mucho tiempo para entrenar, pero también soy fan del ejercicio. Desde los 8 años hago calistenia, eso me ha permitido estar siempre en forma y alejarme de la depresión, pero para los deportes en equipo prefiero verlos antes que jugarlos.

Cuando alcancé a los demás, estos se sorprendieron con mi rapidez. Todos comenzamos a trotar en un mismo ritmo.

—¡Hinata, si gritas innecesariamente te cansarás más! —le advirtió Daichi a Shouyou, porque este iba gritando mientras competía con Tobio.

—¡Aaaah! —fue la única respuesta del chibi.

—¡Oye, ¿a dónde vas?! —vociferó Azumane.

—Creo que corre con los ojos cerrados —acoté—. ¡No se preocupen, lo alcanzaré!

Comencé a correr a mi ritmo normal, no era por exagerar, pero el ritmo de ellos era apenas un calentamiento para mí, a pesar de tener tiempo sin entrenar, vivir lejos de la secundaria también me había ayudado a ser rápida, sobre todo en las mañanas. Lo observé cuando se detuvo frente a una reja, seguí directo hacia él hasta que vi en que se enfocaba su atención. Había un chico con un uniforme deportivo rojo sentado en un muro y jugaba en su teléfono, tenía el cabello al ras de la quijada y de un color rubio teñido con raíces negras.

Al parecer, teñirse el cabello en Japón es muy común.

—Ey ¿qué haces? —le preguntó Hinata mientras yo por fin llegaba a su altura.

—Oye, Hinata ¿qué estás haciendo? —cuestioné mientras veía al chico. Este nos observó a ambos con una mirada evaluativa, parecía un gato.

—Mm, me perdí —contestó el chico tímidamente a Hinata.

—Oh, hola —saludé.

—¡Taruu-kun! Viniste por mí, que linda —los ojos de Shouyou brillaban, le sonreí.

—¿No eres de por aquí? —le pregunté al rubio y acaricié el cabello del pelinaranja.

—No —contestó aún jugando.

—¿Eso es divertido? —le preguntó Hinata referente al videojuego mientras se agachaba a su altura.

—Realmente no —respondió el chico un poco intimidado—. Solo mato el tiempo.

—Podemos ayudarte —comenté.

—Gracias, pero creo que ya deben venir por mí.

—¿Ah? ¿Estás con alguien más y dejó que te perdieras? Que malo —me crucé de brazos—. Tendré que hablar seriamente con él o ella.

—Él.

—Bueno, con él, debe estar más pendiente si no son de aquí.

—¡Oh! —gritó Hinata sorpresivamente—. ¡¿Juegas vóley?! ¿Eh? ¡Esos zapatos son de vóleibol! —vociferó el chibi señalando un bolso abierto que estaba del lado contrario al chico perdido.

—Oh, sí —contestó el rubio cortamente.

—¡Yo también juego vóley! Soy Hinata Shouyou y ella es nuestra linda reportera Hotaru Hayashi —nos presentó alegremente el de Karasuno.

LUZ DE LUCIÉRNAGA » ʰᵃⁱᵏʸᵘᵘ✔︎Where stories live. Discover now