Capítulo 9

8 5 0
                                    

Gracias por informarme que debía enviar una excusa anoche al correo del profesor por haber faltado a clases 😑🙄 qué amable eres! 😠

En cuanto leo el mensaje de Irma, me paso las manos por el rostro como si ella pudiera verme. Ocurrieron tantas cosas que simplemente lo olvidé por completo, es claro que estoy lejos de querer vengarme por su frío comportamiento que más bien distingo como una pataleta. Decido escribirle inmediatamente.

¡Lo siento! Juro que lo olvidé por completo. 😥

Digamos que te creo, 😒 de casualidad, hay otra cosa de la que deba enterarme?

Hoy no hay clase.

Y no piensas preguntar por qué no fui ayer?! 😠

¿Por qué no querías verme?

Exacto! Y no te quiero ver nunca más a menos que vuelvas a clases de piano 😐

Pues voy a ir esta noche con mi hermano, y no me preguntes el porqué ahora, es una historia un poco larga para contártela por chat. 😶

Transcurre menos de un minuto cuando recibo una llamada de Irma. No me sorprende, de hecho era lo más obvio que podía ocurrir, de todas formas, esperaba que su dignidad fuera lo suficientemente fuerte como para no hacerlo... Evidentemente me equivoqué.

Le respondo al poco tiempo, tarde o temprano iba a tener que contarle y casi resulta tonto que quiera omitir el suceso en este instante.

Hablamos por alrededor de una hora, y no porque me llevara tanto tiempo enterarla de lo ocurrido, sino porque con Irma todo se extiende casi siempre, para ella es importante cada detalle por insignificante que sea.

Suspiro y me dirijo hacia el espejo del baño, recordando lo que ha dicho Tatiana sobre el maquillaje, "Quizá con maquillaje me vea mejor, pero no sería algo que pueda definirme".

Regreso hasta mi habitación y me dejo caer sobre la cama. Adrián trabajando en un bar. ¿Pero no se supone que tiene mucho dinero? Un bar no es un sitio para ganar demasiado dinero, y mucho menos de mesero. Parece que cada vez hay algo nuevo que debo conocer a mí alrededor, situaciones que me hacen conservar la esperanza de entender la vida algún día.

🌎🌎🌎

—Hola, Lena, ¡Bienvenida! —me saluda con entusiasmo la señora Amapola, madre de Irma, en cuanto me ve. Cuando me abraza, puedo casi que sentir el calor que ofrecería una madre a su hija cuando la ama.

—Buenas tardes —sonrío ampliamente. Es una de esas pocas veces en las que lo hago con más cariño, una sonrisa que solo dedico a las personas a quienes aprecio y quienes debo aclarar, son pocas.

—Sigue por favor, Irma te está esperando.

—Muchas gracias.

—Si necesitan algo, por favor no duden en pedírmelo —comenta la señora Amapola con un gesto dulce, dirigiéndose a la cocina.

—Muchas gracias, lo tendré en cuenta —levanto ligeramente la voz mientras camino hacia la habitación de mi amiga, para que pueda escucharme.

La madre de Irma es la señora más hermosa y agradable que conozco. No solo es una experta cocinera, también es inteligente, divertida, habladora, y excelente madre. Su parte social es envidiable, tiene tanto de qué hablar que incluso no le costó demasiado ganarse un poco de mi confianza.

AdriánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora