Capítulo 18

5 5 0
                                    

—¿Puedo confiar en que todo estará bien? —pregunto.

—¡Que sí! —chilla mi hermano saltando, al borde del estrés.

—Debes entender que hacer de papá y mamá tan repentinamente no sé me da bien y mucho menos se me facilita —me excuso por mi insistencia.

—¿Entonces cuántas veces tengo que decirte que no hay ningún peligro? —se queja Cris, halándose el cabello—. ¡William y yo nos conocemos desde el jardín! Mi mamá nunca me decía que no podía ir a su casa. Solo que con los insultos de papá, ya no me daban ganas de ir.

—Ya, está bien —suspiro, agotada—. Por favor llámame cuando puedas y contesta el celular si te llamo, ese aparato no sirve solo para jugar.

—No hay problema—sonríe complacido—. Los padres de Willian me traerán mañana en la tarde.

—Entonces solo me queda decirte que te cuides.

—¡Eso haré!

Beso su frente y Cristóbal sale a toda prisa hacia el exterior. Afuera, lo esperan una pareja de padres jóvenes y un niño de la edad de mi hermano. Se despiden con la mano de mí antes de marcharse caminando. Seguramente estará bien, solo que aún no sé cómo lidiar con este tipo de situaciones. Emito un quejido débil mientras cierro la puerta, cuando escucho el timbre de mi celular.

—Hola, cariño —respondo contenta al ver de quién se trata.

Ma chère, ¿Cómo amaneces?

—Un poco nerviosa. Mi hermano acaba de ir a quedarse en casa de un amigo y aún sigo pensando si realmente debí dejarlo ir.

—Tranquila, no tienes que sobreprotegerlo. Confía en él, todo estará bien.

No sé cómo lo hace pero siempre logra tranquilizarme. Sonrío en lo que vuelo mentalmente en una nube de algodón.

—Me gustaría invitarte a salir —su voz me trae de vuelta a la realidad—, ya sabes, tener por fin nuestra primera cita de noviazgo.

Es cierto. Hace aproximadamente dos semanas que nos hicimos novios, pero parece que el tiempo no ha sido suficiente para que lograramos concretar una cita.

—Claro —río con timidez—. Cualquier lugar estará fantástico si es contigo.

—Qué tierna —el tono de su voz se hace más dulce—. Realmente eres tú quien es capaz de hacer que algo simple parezca novedoso y llamativo. Muy interesante...

Me derrito como una niña enamorada. Nunca fui seguidora de las telenovelas, pero justo ahora, me siento protagonizando una de ellas; solo me falta levantar el pie ridículamente mientras me besa como hacen en las películas.

—Paso por ti en una hora —me informa—. Eso de planear cosas a último momento no es algo que me caracterice, pero me parece llamativo porque aquí le hacen casi todo el tiempo.

—En este lado del planeta, verás de todo un poco —explico, refiriéndome a Colombia específicamente, aunque seguro hay muchos países desordenados en cualquier continente.

En un par de minutos más, cuelgo la llamada y corro hasta el baño, emocionada. Por fin tendré mi primera cita de noviazgo, ¿Puede haber algo que cause más emoción y nerviosismo que eso? En mi caso, no es así.

Cuando salgo de la ducha y corro hacia el armario, me decepciono con lo que veo. Toda mi ropa luce tan vieja y pasada de moda, que baja mi ánimo un poco. Busco hasta en los rincones más recónditos del clóset y nada de lo que poseo me convence del todo, de todas formas, logro encontrar un pantalón negro de cuerina y una blusa gris cuello tortuga de manga sisa, que no se ven del todo mal.

AdriánМесто, где живут истории. Откройте их для себя