Capítulo 8

8 5 0
                                    

El lugar está abarrotado a pesar de ser un día entre semana, quizá porque es algo más grande de lo que imaginaba. Tiene dos pisos, donde el segundo parece más bien un balcón grande en el que se encuentran la mayoría de las personas.

En todo el centro del primer piso, reposa una tarima triangular en la que una banda de rock (seguramente no muy conocida), canta algo. En el fondo se halla la barra y en los alrededores, se ven las mesas para las personas. Los colores rojo y negro destacan visiblemente en pintura y adornos del sitio; cabe destacar que lo más colorido son las dos Bola disco que iluminan desde el techo.

La banda en el escenario toca una especie de rock francés, lo digo por la letra.

Toi mon amour, mon ami 
Quand je rêve c'est de toi 
Mon amour, mon ami 
Quand je chante c'est pour toi

Mon amour, mon ami 
Je ne peux vivre sans toi 
Mon amour, mon ami 
Et je ne sais pas pourquoi...

—Suena bien —comento mientras coloco mi atención en el chico rubio de cabello largo que canta en la banda—. ¿Ellos la compusieron?

—No —responde Adrián con una pequeña risita—, ellos solo tocan canciones ya compuestas por bandas o cantantes reconocidos. Esa canción por ejemplo, se llama Mon Amour, Mon Ami de Marie Laforet, sin embargo, la versión que están tocando la hace una banda llamada Therion. Es una buena canción.

—¿Sobre qué habla?

—Averígualo —me hace un guiño mientras veo como mi atención decae un poco ante su respuesta.

Cuando llegamos hasta la barra, una joven de cabello rojo teñido, saluda a Adrián con un gesto que al parecer, solo las mujeres sabemos identificar: coquetería. Ruedo la mirada hacia la izquierda y evito cuanto puedo colocar mala cara, no debería estar celosa por un simple saludo, ¿verdad? Ni siquiera podría decir que Adrián es mi amigo, lo conozco hace tan solo un par de semanas.

—Y bien, guapura —ronronea la chica, mostrando una sonrisa gatuna—, ¿me vas a decir quién es la afortunada?

—Por supuesto, ¿dónde están mis modales? —se disculpa Adrián con esa dulzura tan característica en él—. Tatiana, te presento a Selena, la chica de Programación de la que te hablé, Selena ella es Tatiana, mi compañera de trabajo aquí en la barra.

—Vaya, vaya, Selena en persona —ríe quedamente la pelirroja, mirándome con inquisición. Me doy cuenta de que sus ojos azules son lentes de contacto—. ¿Te molesta si te digo Lena? Tienes unos lindos ojos, deberías maquillarte.

Intento decir algo pero las palabras se niegan a salir de mi boca. Sonrío como contestación, sin saber exactamente cuál es la respuesta que estoy dando. Cuando Tatiana no me mira, analizo su aspecto físico hasta retenerlo en mi memoria; maquillaje oscuro, piel clara, ropa negra, tatuajes... Es muy bonita, debo reconocerlo, el labial carmesí que usa le da una sensualidad que jamás he visto y probablemente no veré en mí.

A pesar de que la banda toca fuerte y aquel lugar es de todo menos silencioso, el ambiente se vuelve demasiado sosegado entre los tres. Mis ganas de salir huyendo incrementan con cada segundo, y sin previo aviso, me encuentro pensando que tal vez, la compañía de Adrián es demasiado para mí. ¿Qué es lo que pretendo estando a su lado? ¿que seamos amigos, que sienta por mí lo que yo siento por él y cada día crece como la espuma?

—¿Selena? —la voz de Adrián me trae de regreso a la realidad justo cuando mis pensamientos se aventuraban a atosigarme.

—Lo siento —al ver en derredor, noto que la pelirroja no se haya por ningún lado—. ¿Y Tatiana?

AdriánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora