VL: Cinco

264 28 0
                                    

El camino al bar se hizo corto a decir verdad, mientras mi cuerpo caminaba, mi mente estaba en otro lugar. Cuando llegué lo primero que encontré fue una gran fila, pero me dirigí directamente hacia el guardia del consejo en la puerta, le enseñe mi marca y me dejó pasar.

Los integrantes de los gremios pueden entrar sin necesidad de hacer la fila. Cuando entré sentí muchas miradas fijadas en mí pero yo buscaba específicamente a alguien.

— ¡Oe Lucy! —al parecer la persona que buscaba me encontró a mi primero. Me dirigí hacia ella, quien estaba con un hermoso vestido largo de color fucsia, sentada en una mesa con un barril de sake a su lado.

— Hola Cana. —saludé con una sonrisa de lado.

— Ten, lo necesitas más que yo esta noche. —me tendió un vaso de Sake, el cual llevé rápidamente a mis labios, sintiendo el amargo sabor colarse por mi garganta. Me lo bebí todo de golpe y me senté a su lado.

Pasee mis ojos por el lugar, el olor a alcohol me llegaba a mis fosas nasales pero el ambiente estaba tranquilo y lleno, en unas de las mesas pude visualizar a unos integrantes de Sabertooth, y más allá también estaba mi viejo equipo reunido festejando animadamente la bienvenida de su nueva integrante.

No voy a negar que algo ardió en mí, era un sentimiento similar a la rabia.

— No le hagas caso, no vale la pena. —habló Cana, mirándome de soslayo mientras se servía otro vaso de cerveza, de paso también me tendió uno a mí.

Más tarde a nuestra mesa se integró Gajeel, su pareja, Mirajane, Lisanna, Laxus y algún que otro metiche. Reíamos sin parar con las ocurrencias que contaba Hinata sobre Gajeel, y podía asegurar que me sentía feliz a pesar de todo; la calidez y el amor momentáneo que el pequeño grupo me brindaba me sanaba y me hacía sentir en paz conmigo misma.

— ¿Pueden creer que el día de la boda tuve que esperar a Gajeel durante una hora? —se quejó con diversión. Al parecer el día de la boda ella y Gajeel intercambiaron roles, y ella tuvo que esperar en el altar mientras él entraba tomado del brazo por Lily. Todos explotamos de risa por innumerable vez en la noche.

— ¡Señores y señoras! —un viejo enano, con aires de superioridad pero sin malas intenciones captó nuestra atención. Se encontraba arriba del palco.

Llevé el decimocuarto vaso de sake a mis labios y lo bajé de un solo golpe. El alcohol estaba empezando a corromper mi mente pero aún no cedía el control, pero no estaba el 100% cuerda, la vista me daba vuelta.

No escuché lo que dijo el enano, pero cuando terminó de hablar al palco subió una mujer rubia con pintas de puta barata y empezó a cantar agudamente. La gente comenzó a abuchear pero ella no cedía, vaya cojones. Así pasaron 3 personas más, el último fue un hombre totalmente ebrio que se saltaba las palabras y cantaba con tono grueso.

Gruñí y en menos de lo esperado ya iba por el trigésimo vaso, mi mente estaba totalmente fundida de esa sustancia peligrosa y se negaba a apartar la vista de la mesa del equipo de Natsu.

— Lucy, ¿estás bien? —preguntó Lisanna acercándose a mí con mirada preocupada. Asentí— ¿Por qué lloras?

Me llevé mis manos a mis mejillas, comprobando efectivamente que estaban mojadas. Me las sequé con rabia y susurré un leve: "Por nada." La cabeza me estaba taladrando, mi respiración era agitada. El enano volvió a aparecer, pero no entendía su palabras, solo entendí a Lisanna gritando "¡Mi amiga quiere intentarlo!"

Poco después me encontraba arriba del palco, el alcohol se apiadó de mí y me permitió ser consciente de lo que debía hacer, sin embargo no sabía ninguna melodía a memoria en ese instante, mi mente estaba en blanco. Todos me miraban exasperado, esperando que empezaran a cantar, pero mi voz no salía.

¡Maldito Rubio!Where stories live. Discover now