VC: Capítulo uno

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Una rubia de ojos chocolate caminaba por las calles de Magnolia, de hecho, llamaba mucho la atención, y no por su corta vestimenta o sus deliciosas curvas, tampoco por su amplio escote el cual sin duda alguna también captaba varias miradas, sino por el enorme oso muerto que llevaba a rastras.

Una vez llegó a las puertas del gremio, alzó el oso y de un golpe seco lo lanzó, rompiendo las puertas de paso. Todos los presentes miraron por varios segundos al oso que acababa de entrar abruptamente, después fijaron la vista hacia la rubia que sonreía con satisfacción para luego suspirar aburridos.

—¡Traje comida, chicos! —gritó, haciendo que a todos se les cayera una gota de sudor. Al parecer, Lucy nunca entendería que nadie se comerá esos enormes animales que trae consigo cada vez que regresa de una misión, la vez pasada llevó un perro de 3 cabezas, vivo.

—¡Bienvenida a casa, Lucy! —respondieron todos entusiasmados olvidando el oso por unos minutos, hace 3 meses que no veían a su compañera.

La rubia se fijó que la miraban con intensidad desde una esquina del gremio, volteó y se encontró con la sorpresa de ver algunos miembros del antiguo gremio de Sabertooth.Se dirigió hacia allí y olvidando a los demás, se puso a examinar minuciosamente a Sting con la mirada, como si este tuviese algún bicho raro en la cabeza.

—Maldito rubio —murmuró molesta sin explicación alguna, luego volteó e lo ignoró, a Sting se le marcó una venita en la frente—, Minerva, Yukino, Rogue, que grata sorpresa verlos aquí, ¿Cuándo llegaron?

—Nos unimos al gremio hace 2 meses Lucy, preguntamos por usted y nos dijeron que se encontraba en una misión y volvería en algunos meses —contestó Yukino.

—Sí, últimamente tomo misiones de largo tiempo ya que son las que tienen recompensas más altas, y digamos que necesito dinero debido a un trato con el consejo mágico, todos los meses tengo que darle la cifra de 10,000 jewels.

—¿Por qué? —preguntó Rogue, curioso.

—A cambio de los terrenos Heartfilia.

—Maldita rubia... —susurró Sting para sí mismo, provocando que a Lucy se le marcara una vena en frente, pero esta siguió ignorándolo.

—Minerva, ¿por qué no hablas? —preguntó la maga de espíritus celestiales.

—Siento lo que te hice en los Grandes Juegos Mágicos del año pasado —a Lucy se le llenaron los ojos de lágrimas -también de mocos-, todos los presentes se asustaron pero se calmaron en cuanto se le tiró encima a Minerva.

—Claro, que te perdono, ahora seremos amigas. No, mentira, seremos mejores amigas.

—Lucy, perdone que le pregunte, pero ¿qué ha pasado con su viejo equipo? Hace un tiempo que los veo llegar al gremio sin dirigirle la mirada a los demás y viceversa —todos se asombraron al ver el repentino cambio de humor de Lucy, además no le pasó a nadie desapercibido el brillo carente en sus ojos.

—No quiero hablar de ello —a los chicos se les pusieron los pelos de punta al escuchar el frío tono de voz que había usado la rubia.

—¡Mocosos! —llamó la atención el maestro—,hay dos personas del gremio que quieren darles un aviso.

Yukino y Rogue, ambos sonrojados, se levantaron y se encaminaron hacia el maestro.

—Yukino y yo somos pareja —a todos se le cayó la mandíbula al piso—, y seremos padres —finalizó Rogue, abrazando por la cintura a Yukino.

Ahora sí, todos estaban más que sorprendidos, la mayoría pensaba que Rogue era gay, incluso que era asexual.

—Y por ende —llamó la atención nuevamente el maestro— Sting ya no podrá vivir con ellos, y bueno... iré al punto, Sting vivirá con Lucy en la mansión Heartfilia por unos meses. —Y con eso todo volvió a la normalidad, dejando a dos rubios con 5 -o quizás más- venas marcadas en la frente a la vez que un aura oscura empezaba a surgir desde ello.

Ambos se apuntaron con el dedo.

—¡Maldito rubio asqueroso, me niego a vivir contigo. Seguramente eres uno de esos hombres holgazanes a los cuales le gusta que las mujeres hagan todo por ellos, encima debes ser un mujeriego, iugh, el solo pensar que viviré contigo y que compartiré el mismo aire privado que tú me hace querer vomitar.

—¡¿Que?! —gritó de vuelta un Sting, indignado— ¡No soy así! De todos modos tú eres la rarita que se pone a examinar a la gente con la mirada y luego los insulta, y si no te has dado cuenta tú también eres rubia. Y además de que yo tampoco quiero vivir contigo, antes de eso prefiero vivir bajo un puente.

—Ya verás maldito oxigenado. —Lucy en su mano izquierda empezó a acumular poder, formando una pequeña pero potente luz blanca, al igual que Sting se preparaba para lanzar su rugido, sin embargo, fueron interrumpidos por un mano que los aplastó a ambos.

—¿Acaso piensan destruir el gremio? Tendrán que compartir casa, es una orden sin el derecho a queja. Ahora vayan a casa de Rogue a buscar las cosas de Sting.

Ambos rubios se levantaron del suelo y con mala cara salieron del gremio en busca de las pertenencias del chico.

¡Maldito Rubio!Where stories live. Discover now