VC: Capítulo cinco

6.4K 547 86
                                    

Llevaban unas dos horas caminando sin descanso alguno.

-Rubia, estoy cansado -dijo Sting, tirándose al pasto donde se encontraba, respiraba fatigosamente y estaba todo sudado.

-¡Ábrete, puerta de la doncella: Virgo! -gritó Lucy. Virgo apareció con una gigantesca mochila en su espalda.

-¿Qué pasa, princesa?

-Podrías darle a Sting un poco de agua, por favor -pidió Lucy amablemente, Virgo asintió y obedeció, para después desaparecer.

-¿Cómo pudiste llamarla sin la llave? -preguntó Sting.

-Luego de meses de entrenamiento aprendí a llamarlos sin la necesidad de la llave -respondió con orgullo, no sólo podía llamarlos con sólo decir sus nombres, también podía hacer cosas más sorprendentes.

-¿Y por qué fue que empezaste a entrenar?

-Sólo... no quería ser llamada débil -Sting frunció el ceño.

-No eres débil... ¿Tiene que ver con Natsu, cierto? - Lucy suspiró rendida, había entendido que Sting no se cansaría de preguntarle.

-Sí, hace casi un año, hicimos una misión donde fuimos todo el equipo Natsu junto a Levy. No recuerdo bien lo que pasó pero el enemigo me había quitado las llaves y el látigo, y yo en ese tiempo no era para nada buena en el combate cuerpo a cuerpo, por ende no pude proteger a Levy del ataque enemigo, -empezó a contar Lucy, sentándose al lado de Sting, con la mirada perdida-, vale a decir que yo sabía que Levy tenía interés romántico por Natsu.

-¿Por Natsu? Yo pensaba que terminaría con Gajeel, a quien por cierto no he visto en el gremio.

-Yo también lo pensaba, pero después de que Gajeel se reencontrara con una vieja amiga suya y se fuera del gremio las cosas cambiaron mucho, sobre todo Levy.

-Sigue.

-A continuación de ese suceso comenzó a decir que yo permití que la atacaran por celos, todo el equipo le creyó, dejándola malherida allí mismo. Después de quedarme una semana en ese pueblo, curándome, regresé al gremio y apenas abrí las puertas Natsu iba saliendo, donde sin emoción alguna me dijo que mi puesto en el equipo sería entregado a Levy, ya que yo era muy débil y me amenazó, con que si volvía a acercarme a unos de ellos, me mataría. Por suerte, la gran parte del gremio no creyó en las palabras de Levy, ya que sabían que yo no tenía interés alguno en Natsu, al menos que no sea como mejor amigo.

-No puedo creer que Natsu haya creído algo así, se veían tan unidos... ¿Qué pasó luego?

- En ese tiempo empecé a entrenar duramente con Lisanna, la cual se convirtió en mi mejor amiga, después vinieron los exámenes para ascender a maga clase S y juntas nos convertimos en magas de dicho rango, luego de eso nos separamos, y yo fui al consejo a pedir las tierras Heartfilia, y ya que en ese tiempo no había dejado de entrenar, mi magia aumento a tal grado que me ascendieron a maga clase A -terminó Lucy con una sonrisa nostálgica.

La chica se sorprendió al sentir dos enormes brazos rodeándola por la cintura, aún estando sentada.

-Lo siento -murmuro Sting, con la cabeza enterrada en su cuello-, siento mucho que hayas tenido que pasar por algo tan cruel.

-No necesito tu lastima Sting -murmuró Lucy, algo frívola, odiaba que le tuvieran compasión-- te lo conté sólo porque sé que no habrías dado por zanjado el tema si no te lo contaba.

-¿Te dolió mucho la traición de Levy y Natsu, verdad?

-Supongo que sí... supongo que no, no sé en verdad que dolió o duele más, entre la traición o la decepción. Pero, algo que no algún no puedo perdonar es lo que me hicieron, en lo que me convirtieron.

-¿A qué te refieres?

-Ellos me hirieron, y como toda herida, esta sanó hace mucho, pero la cicatriz se quedó allí y no es algo que se pueda borrar, por una parte aunque suene mal decirlo, me duele más lo que me pasó a mí que el hecho.

-Sigo sin entenderte, Lucy.

- No tiene mucha lógica la verdad, ponte en mi lugar, y piensa que ahora tienes una cicatriz en el pecho, grande y visible al público. Pero, el problema es que eres una persona muy... diva y te encanta lucir el cuerpo; ¿me entiendes? El hecho de que me sacaron de mi burbuja y me hicieron ver la realidad de las cosas, que mi amistad con ellos en realidad no era una amistad en sí, que siempre fui la parte sobrante y que a la primera oportunidad de echarla aunque sea de una manera cruel y traidora fue sacada.

-¿Lo que quieres decir es que básicamente te duele más el hecho de que te hayan devuelto a la realidad?

-Sí... es más o menos así. Tendrían que haberme avisado, o preparado para la caída.

-No veas las cosas así, es feo.

-Si es feo o no ya es algo que veré yo luego, ahora sigamos nuestro camino.

Sting se separó, poniéndose de pie y empezando a caminar. Lucy corrió hasta caminar al mismo paso que Sting, una vez estuvo lo suficiente cerca, le dejó un dulce beso en la mejilla y se fue corriendo, dejando a Sting, sonrojado y con el corazón a mil.

¡Maldito Rubio!Where stories live. Discover now