VC: Capítulo dos

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Una vez que ambos llegaron a la gran mansión, Sting se quedó maravillado al ver las reliquias de familia y lo sofisticado,arreglado y bien pulido qué se encontraba todo, después de admirar cada detalle se quedó esperando a que Lucy le diera las indicaciones de donde debía dormir.

—Dormirás con Sparkie —le informó, borde y sin mirarlo.

—¿Quién es Sparkie? —preguntó algo confuso. ¿Por qué tenía que dormir con otra persona? Estaba seguro que dicha mansión tendría habitaciones suficientes para todo el gremio y a él le tocaba dormir con otra persona.

—Sube esas escaleras, en la primera habitación a mano derecha, ahí lo encontrarás, dormirás con él.

El rubio aún confundido subió las escaleras y siguiendo las indicaciones de la rubia encontró una gran puerta negra. Una vez la abrió, deseó morir.

Un enorme perro de 3 cabezas estaba durmiendo allí adentro.

Esperen, esperen un momento.

¿COMO CARAJOS ENTRÓ UN PERRO EN ESA HABITACIÓN?

Ignorando eso último, trató de dar reversa y hacer como si nada hubiese pasado. Pero, una risa molesta y cargada de burla proveniente del salón despertó al enorme perro, si así se le podía decir. Trató de correr pero ya era muy tarde del enorme perro lo había agarrado con una de sus patas y ¡CARAJOS, SE IBA A COMER A STING!

—Déjalo, Sparkie —dijo Lucy, apoyada en el umbral de la puerta con una sonrisa de lado. El enorme perro obedeció y tiró el pobre muchacho afuera de la habitación, para luego irse a dormir nuevamente.

—Eso te pasa por despertarlo —comentó Lucy limándose las uñas con una tranquilidad absurda, además que solo Dios sabe de dónde sacó la lima, a Sting se le llenó la cara de venas debido al enojo.

—¡MALDITA RUBIA! ¿Qué carajos te pasa? ¿Qué es esa asquerosa cosa gigante ahí adentro? Y además fuiste tú quien lo despertó —se escuchó un fuerte gruñido a lo que Sting se estremeció— ¡Yo no pienso dormir ahí adentro, tú estás completamente loca!

—Que malagradecido, encima que te salvo te pones a gritarme —respondió Lucy, fulminándolo con la mirada— tu habitación es la siguiente a la izquierda, no puedes dormir con Sparkie, tu presencia le molesta.

—Ósea que no lo haces por mí, lo haces por él —repitió verdaderamente indignado.

—Claro —confirmó—, ahora sígueme, no tengo tiempo que perder contigo.

Sting empezó a seguir a Lucy hasta llegar a una habitación en perfectas condiciones, y sin perros enormes.

—Aquí tienes baño propio, una vez que acomodes tus cosas dale un recurrido a la casa, si me necesitas estaré en la habitación al final del pasillo del tercer piso —Sting asintió, mientras que Lucy procedió a irse pero una mano la detuvo, posándose en su hombro, era cálida y grande.

A Lucy le pasaron por la cabeza varios recuerdos doloroso y sin poder evitarlo apartó la mano de Sting de un golpe seco, mirándolo con horror. Lucy se agarró fuertemente de la pared, como si tratase de aferrarse a algo para no caer, pero le fue imposible reprimir esa dolorosa oleada de recuerdos.

¡Traidora! ¡Estas fuera del equipo! una y otra vez se repetían las misma palabras en la cabeza de Lucy, un repetidor continuo.

—Hey rubia ¿qué te pasa? —preguntó entre confuso y asustado Sting al ver a su nueva compañera de casa tan perturbada.

—N-nada —se recuperó rápidamente, para luego salir rápidamente de la habitación.

¿Por qué a mí? se preguntaba Lucy.

¡Maldito Rubio!Where stories live. Discover now