08

382 37 73
                                    

My kind of woman > Mac DeMarco
Trouble > Coldplay
Golden > Harry Styles
How to save a life > The fray
Heartbeats > José González

Agosto había llegado. Harry y yo últimamente éramos inseparables. Cuando salía de su trabajo me acompañaba un rato en la plaza mientras yo pintaba o quedábamos para dar un paseo e ir a cualquier sitio. Realmente me estaba divirtiendo mucho este verano gracias a él. Mi nonna me hacía demasiadas preguntas y juraba que Harry y yo éramos algo, pero le insistía en que no, solo nos habíamos convertido en buenos amigos. Pero ella no me creía.

Y aunque sí nos estábamos volviendo buenos amigos también me encontraba muy confundida por dentro. No iba a mentir que Harry me gustaba y que en tan poco tiempo había despertado en mi deseos y sentimientos que jamás había sentido antes. Él era tan único, tan perfecto, alguien que conoces solo una vez en la vida y pone tu mundo de cabeza.

Pero desde aquella vez en el auto después del concierto cuando pensé que iba a besarme y no lo hizo, Harry cambió un poco conmigo, en el sentido que dejó de coquetearme como lo hacía en un principio y solo actuaba amistoso conmigo. Cada vez era mas explendido y especial conmigo, pero las ciertas cosas que me había dicho y como había actuado de forma insinuante en algunas ocasiones que me hizo pensar que me veía distinto, que me deseaba, habían parado. Solo me trataba como a una amiga aún cuando la manera en que me miraba, y que él pensaba que no me daba cuenta, decía lo contrario.

Pero me daba pena y miedo hacer algún movimiento y que me rechazara, honestamente no era de esas mujeres atrevidas o confiadas en lanzarse y dar el primer paso, me daba vergüenza darme cuenta que pude haber malinterpretado la situación. Así que durante este tiempo me mantuve al margen y traté de suprimir los deseos que tenía de saltar y besar esos labios rosados que cada vez que cerraba los ojos por las noches imaginaba con probar y con sus perfectas manos apretando fuertemente mis caderas o mi trasero.

Perdón pero me sentía muy patética, tenía 21 años y estaba ansiosa porque alguien me deseara y tocara de esa manera, la última vez que había tenido algo íntimo con algún chico fue a los 19 y había sido muy penoso. Él besaba bien pero no tenía la experiencia suficiente como un hombre de verdad que busca el placer de la mujer también y no solo el suyo, fue muy egoísta y no sabía hacer las cosas.

Experiencia que estaba segura que Harry tenía. Y no solo porque era mayor, sino porque lo presentía. El era un hombre de verdad, sus caballeros as atenciones y las maravillas que hablaba me dejaba en parte saberlo.

Harry y yo hoy iríamos a ver una ópera, mi nonno me había obsequiado las entradas para la obra de teatro y no dudé en invitar a Harry. Sabía que le gustaban este tipo de cosas como a mí, el arte.

Salí de mi departamento cuando escuché una bocina y me asomé en la ventana para ver que estaba afuera. Me adentré a su bonito auto convertible y le di un beso en la mejilla, admirando a su vez el coche clásico que hasta ahora veía por primera vez.

—Te ves muy bonita —dijo Harry observándome unos largos segundos.

—Gracias, Harry —sonreí luchando por no ruborizarme ante su prenentrante mirada, agradecía que hacía calor y tenía mi rubor natural. Él asintió y puso en marcha el vehículo.

—Nunca he ido a una ópera —admitió riendo.

—¿En serio?

—Solo lo he visto por televisión —carcajeó.

—Pues te vas a quedar maravillado y más que los teatros aquí son espectaculares.

Harry abrió su boca para decir algo pero justo en ese momento su móvil comenzó a sonar. Apartó una mano del volante para sacarlo de su bolsillo y al mirar la pantalla amplió un poco sus ojos para luego colgar y dejar el aparato entre sus piernas. Pero el teléfono volvió a sonar, Harry apretó el volante con algo de fuerza y nuevamente rechazó la llamada.

sparks fly [h.s]Where stories live. Discover now