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Killer Queen > Queen
Sultans of swing > Dire Straits
Landslide > Fleetwood Mac

Harry me había llamado hace un momento avisándome que estaría aquí en unos minutos para irnos al anfiteatro pero le propuse invitarlo a cenar a mi casa antes de irnos. Él con gusto aceptó y pocos segundos después de colgar el teléfono me sentí algo nerviosa. Decidí colocar música para relajarme ¿qué demonios me ocurría con Harry, por qué me ponía tan nerviosa?

Killer Queen de Queen se reprodujo en aleatorio en el CD que había hecho con mis canciones favoritas y de inmediato comencé a cantar. Le puse el máximo volumen, mis vecinos eran jóvenes así sabía que no les molestaba, y empecé a cocinar.

Estaba terminando de preparar la cena cuando escuché el timbre sonar. Me dirigí a la puerta a la velocidad de la luz soltando un grito interno pero la abrí pretendiendo parecer relajada, encontrándome con un alto hombre mostrando una sonrisa de millones de dólares en sus labios.

—¿Tienes una fiesta y no me invitas? —Harry bromeó refiriéndose al alto volumen de la música en mi departamento.

—Disculpa, pero no te conozco —alcé una ceja fingiendo nunca haberlo visto y él sonrió divertido tendiéndome una mano para seguir el juego.

—Harry Styles, preciosa.

Rodé los ojos conteniendo la enorme sonrisa que quería formar y le tomé la mano estrechándola. No iba a mentir que me encantaba aprovechar cualquier momento que teníamos el mínimo contacto físico, sus manos eran tan suaves y fuertes que no podía evitar desear e imaginar cómo se sentirían recorriendo todo mi cuerpo.

Gianna, controla tus hormonas.

—Un gusto, Styles. Puedes pasar a mi fiesta —me hice a un lado y el ojiverde carcajeó. Cerré la puerta cuando ambos estábamos adentro y él inspeccionó el lugar.

Sultans of Swing, me encanta esa canción —comentó mientras movía la cabeza al ritmo de la banda Dire Straits que se reproducía en ese momento.

—Lo supuse, son británicos. Honestamente tengo una obsesión por las bandas de rock británicas.

—¿Y por los chicos británicos? —Harry alzó una ceja con picardía y rompió en una carcajada al ver mi expresión.

—Estás muy chistoso hoy —reí para no admitir que ciertamente me parecía muy atractivo los hombres y el acento británico. Y sobre todo él.

Lo observé de pies a cabeza rápidamente, vestía unos pantalones algo sueltos color negro, una franela por dentro de los Rolling Stone y unas Vans negras. Estaba casual y se veía precioso, a Harry absolutamente todo le quedaba bien. Desde lo más sencillo hasta lo más elegante y extravagante.

—Estoy de buen humor —se encogió de hombros y empezó a caminar detrás de mi hacia la cocina.

—¿Te sirvo? —pregunté sacando unos platos y cubiertos. Él asintió en silencio mientras observaba mis movimientos.

—¿Te ayudo en algo?

—Umm, puedes servir el té, yo me encargo de lo demás. Gracias —le sonreí y asintió tomando las tazas.

—¿Hiciste té por mi? —Harry bromeó pero la verdad es que no había mentira en aquello.

—Algo así —confesé sonrojándome un poco. Coloqué nuestros platos de la cena algo improvisada que hice y nos sentamos para empezar a comer.

sparks fly [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora