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En la mañana al despertar, Kitty no estaba junto a mi en la cama, lo que me preocupó demasiado. Miré en el baño pero ella no estaba ahí, después salí de la habitación y fui a la de Peter. Llamé a la puerta y esperé una respuesta.

-¿Quien?-. Responde Peter demasiado adormilado.

-Lara Jean-. En unos instantes, Peter ya estaba frente a mí, abriendo la puerta y mirandome extrañado.

-Owen no está-. Dice y luce muy tierno todo despeinado.

-Tampoco Kitty-. Ambos nos quedamos quietos, y finalmente salimos corriendo escaleras abajo en el hotel.

Vamos al restaurante, no está.

a los baños, no está.

a la mesa de futbolito, no está.

incluso salimos y rodeamos el lugar,pero no están.

Vamos al jacussi y no están...

-Demonios Kitty, ¿Dónde te metiste?...-. Digo en un susurro, mientras una punzada de miedo comienza a atacarme en el estómago.

-¿Que nos falta mirar?-. Pregunta Peter mirándome a los ojos.

Pienso durante unos instantes, pienso con todas las ganas y la concentración de la que soy capaz en estos momentos de la mañana, pienso a pesar del miedo...

-¡La chimenea!-. Suelto y ambos corremos de nuevo al interior del hotel.

Cruzo al estancia con enormes zancadas mientras susurro súplicas ininteligibles; la preocupación de que Kitty no esté ahí y haya desaparecido me carcome, pero al llegar al lugar vemos la chimenea encendida y una mata de pelo colgando del reposabrazos del sillón.

Rodeo el sillón y los descubro a ambos, profundamente dormidos y  tendidos sobre el sofá abrazados...

Vaya susto me ha dado, nunca pensé que Kitty pudiera ser tan insensata. Me le quedo mirando unos instantes, primero con cara de pocos amigos, y luego enternecida. Peter también los mira, pero no logro decifrar su expresión.

Entonces Kitty abre los ojos poco a poco, y apenas entiende lo que sucede, me mira algo espantada.

-Lo siento-. Dice imaginando todo lo que tengo que decirle, que para este punto es mucho y no precisamente agradable.-No le digas a papá-. Pide en un susurro.

-Lo harás tú-. Declaro, y ella asiente mientras se incorpora poco a poco. Owen también se despierta y nos mira preocupado.

-Peter, no pensabamos quedarnos aquí-. Comenta, pero Peter ni siquiera asiente.- Hemos caido dormidos-.

-Arriba, ahora-. Suelta Peter molesto señalando la escalera. Los tortolitos se ponen de pie y se van cabisbajos hacia las habitaciones.

-Son un caso aparte-. Dice Peter, y es cierto. A partir de ahora deberemos tenerlos vigilados, aunque de seguro en cuanto Kitty le diga a papá todo lo que sucede, papá empezará "la charla", y Kitty perderá el gusto por los noviazgos durante un rato.

-Ojalá papá estuviera aquí-. Dice Peter, y es la primera vez que admite que su padre le hace falta, y es cierto. Él no puede suplir a su padre, pero si puede ayudarle a Owen a entender las cosas.

-Vayamos para arriba-. Digo y caminamos tomados de la mano escaleras arriba.

Cada uno se dirige a su habitación, y asi poder hablar con su respectivo hermano y hermana.

Margot se despierta justo cuando entramos y nos mira preocupada, kitty se sienta en la cama y nos mira con la cabeza gacha. Asiento y creo que Margot entiende lo que sucede.

Se sienta y mira a Kitty de frente, así como solía hacer mamá para hablar con nosotras.

Le da un discurso sobre los riesgos, la inseguridad, los peligros, incluso sobre la confianza que debe existir entre nosotras. Kitty solo asiente, y cuando llega su turno de hablar nos relata todo lo que sucedió anoche, y fue realmente tierno. Pero el hecho de que desapareciera de la habitación así sin más es lo que más nos preocupa.

Al cabo de un rato nos abrazamos, calmadas y contentas. Kitty está creciendo, y ella lo sabe, ahora no queda más que confiar en ella y orientarla en lo que pueda dudar. Papá hará la otra parte del trabajo, que es cuidarla de tiempo completo y hablarle de muchos otros temas que Margot no ha tocado. A fin de cuentas, Papá es Ginecólogo y además padre de tres hijas... algo debe saber.

-Vayamos a desayunar-. Toca papá a la puerta, diciendo eso para que salgamos.-Hoy nos marchamos, así que aprovechemos-.

Salimos de la habitación y, en grupo, nos dirigimos al restaurante, donde hay un buffet listo para que lo ataquemos.

Comemos hasta el cansancio y nos vamos a cambiar a nuestras habitaciones para esquiar de nuevo. Esta vez incluso siento emoción de hacerlo.

Esta vez Trina también esquía, y Margot camina por ahí, grabandonos y tomándonos fotografías.

Todos estamos muy contentos, reimos, nos abrazamos, hacemos carreritas y festejamos. Esta unión familiar es invaluable, y es fundamental para que me sienta viva, feliz y con ganas de volver a la UNC. Sé que podrá haber momentos difíciles, y situaciones que se me vayan de las manos, se que hay dudas, se que hay incertidumbre y miedo... pero en familia, las cosas se pueden afrontar.







Soy Lara Jean en casaWhere stories live. Discover now