Soy Lara Jean en casa

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-¿Cómo estás, Lara Jean?-. Pregunta la madre de Peter con una sonrisa que siento está un poco forzada. Aunque tal vez solo sea idea mía.

-Muy bien, gracias.- respondo sintiendo el calor subirme a la cara.-¿ y usted?-.

-Excelente, gracias por preguntar-. Comenta dándole un trago a la copa que tiene en mano.

La cena comenzó hace unos momentos y la incomodidad entre ambas es bastante notable. Peter ha optado por levantarse de la mesa para poner villancicos, mientras que Owen pasa la mirada de mi a su madre y de vuelta, como esperando ver quien se altera primero.

Comienza a sonar All I Want For Christmas Is You y empiezo a menearme un poco para aliviar la tensión mientras bailo. Peter comienza a cantar y me señala con la mano, esbozo una sonrisa del tamaño del mundo y cuando se sienta junto a mi me toma una mano y la besa.

Ambos nos miramos y sonreimos, mientras la madre de Peter esboza una sonrisa incómoda, pero se rie. Y al cabo de un rato, la convivencia entre todos se ha tornado más natural, y es buena señal, porque mañana seran ellos los que vayan a mi casa a cenar, y no quiero que todos pasemos un momento desagradable.

-Hoy me topé a Gen en el supermercado-. Comento y todos me miran soprendidos.

-¿Enserio? Y ¿como está?-. Añade Peter.

Les cuento la historia y todos reímos, es cierto que fue un momento sumamente incómodo, pero al contárselos y reir con ellos, todo se vuelve más ameno.

-Yo vi a McClaren hoy en la mañana-. Explica Peter, y su madre asiente.

-Vaya que todos ustedes han crecido-. Añade sorprendida y estira una de sus manos por encima de la mesa y le hace una caricia a una de las mías.- Recuerdo cuando eras una pequeña, Lara Jean...-.

-Siempre has sido muy hermosa-. Me dice Peter sin ningún tono de duda en la voz.

-Gracias-. Digo mientras siento el calor subir a la cara, mientras imagino como me estoy poniendo como un jitomate y me pongo del todo roja.

-Siempre le has gustado a Peter-. Dice su madre y Owen asiente divertido.

-Es más, a veces decía tu nombre en sueños-. Dice Owen que por primera vez en la noche se atreve a hablar.

Peter me sigue mirando, y no se pone siquiera rojo con el comentario de Owen. Realmente me encanta Kavinsky.

Sale de pronto de su aturdimiento y dice:

-Tengo algo para tí-. Se pone de pie y se pone en marcha hacia el árbol de navidad. Toma uno de los regalos y vuelve a la mesa.

-Estuvo haciéndolo desde hace meses-. Me dice su mamá en un susurro como para que Peter no escuche, pero está tan cerca que la mira y le sonríe. Owen da una risilla y yo sonrío aún más de lo que ya lo hacía.

-Es para tí, preciosa Lara Jean-. Se hinca teatralmente frente a mi, y me tiende el regalo. Yo me sonrojo de nuevo y acepto el regalo, y así como me llega, comienzo a abrirlo.

Rompo la envoltura y poco a poco abro la caja dentro.

-¡Peter!, ¡Está increible!-. Digo cuando extiendo ante mí un sueter navideño tejido por él, y es idéntico al que tiene puesto.- ¡Muchas gracias!-.

Nos abrazamos y le robo un beso. Es un momento muy cálido y lleno de cariño, sorpresas y magia.

Cenamos algo de pavo y pasta que preparó la madre de Peter, todo sabe delicioso y luce también. Sin embargo en toda la cena no puedo dejar de mirar a Peter, y el no me deja de mirar a mí, me pongo el sueter encima del vestido y ahora ambos estamos a juego.

-¡Ahora se ven aún mas lindos juntos!-. Añade la madre de Peter con gran sinceridad... y se lo agradezco infinitamente, porque alivia cualquier signo de duda y miedo que tuviera sobre la relación entre ella y yo.

Sin duda esta noche es magica, y la de mañana lo será aún más.

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