26

992 71 73
                                    

Harry.

Italia tenía un gran clima con el cual podías disfrutar caminatas y paseos largos por la ciudad. Pero para eso, necesitarías a una persona agradable y de conversas extravagantes para disfrutarlo. Y eso, era algo que yo no estaba teniendo en ese momento. Olivia me había engañado y, por primera vez de lo que llevábamos de conocernos, me había decepcionado.

—Déjame ver si entendí... —me senté en el yate, disimulando tener una sonrisa, tal y como lo había hecho cuando llegamos al lugar—. Hay personas tomándonos fotos mientras estamos aquí. ¿Verdad?

Ella me dio una copa de vino.

—Lo siento... Iba a decirte.

Apreté mis labios.

—¿Qué más deseas hacer con esto? ¿Solo fotos? ¿Ver que somos una pareja de novios teniendo un día espectacular en las aguas de Italia? —lancé las preguntas con algo de molestia—. Creí que eran vacaciones. No trabajo.

Dio un suspiro sentándose a mi lado mientras colocaba sus gafas.

—Ya me disculpé.

—Invité a Heather —le digo de impulso—. Ella debería estar llegando a lo que era su casa antes de que fuera mía... Espero que eso no te moleste —bebí un poco de mi vino a la vez que veía por sobre la copa como se tensaba.

—¿Por qué hiciste eso?

Apoyé la copa sobre mi muslo.

—Quiero pasar tiempo con ella.

—Creí que habían terminado —dijo algo sorprendida—. ¿No estaba saliendo con su amigo? —preguntó un poco incrédula.

Negué.

—Me dijo que no. Y le creo —confesé.

—¿Por qué?

Fruncí mi ceño.

—¿Por qué no creerle a mi novia? —devolví la pregunta.

Olivia frotó su frente con sus dedos, viéndose frustrada. Y al volver a colocarse de pie, me miró con molestia. No parecía ser la misma persona de antes. Se veía más desafiante y competitiva, como si en cualquier momento fuera a decir algo que no me gustaría escuchar. Sin embargo, se quedó en silencio cuando tomó de su libro y caminó hasta la parte trasera del yate para sentarse y leer.

En ese instante, decidí ver mi móvil para ver los mensajes que había dejado Heather, diciendo que ya estaba en casa como lo había predicho hace momentos atrás. La idea siempre había sido mantenerlo en silencio hasta que llegase a Italia.

—Harry... ¿No vendrás? —oí.

Bloqueé mi móvil y lo guardé en una bolsa que llevaba conmigo. Dejé la copa en un lugar firme, quité mi camisa y fui hasta donde se encontraba Olivia leyendo. Cuando vio que me disponía a ingresar al agua, se colocó de pie dejando el libro de lado.

—Sé que es mucho lo que te pediré ahora Harry —me dijo de pronto cuando me coloqué en la orilla del yate para saltar—. Pero... firmaste un contrato, y en esas hojas estipulaba que debíamos parecer una pareja normal frente a las personas.

La miré sobre mi hombro.

—¿Te refieres a besarnos frente a las cámaras?

—Harry, haré lo posible porque todo esto funcione. No quiero que mi trabajo se eche a perder ¿Lo entiendes?

Estaba levemente sorprendido por lo dicho. Nunca habría pensado en llegar a ese momento en donde ella tratara de recordarme lo que había firmado con voz amenazante. Parecía querer ir a por todas, lo que me causó algo de miedo al ver su decisión.

Amor de alquiler [H.S]Where stories live. Discover now