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- ¿Quieres darte una ducha? -Anthony pregunta mostrándose más atento que nunca.
Desde que salí de mi antigua casa no he vuelto a hablar con Brayan, no lo he visto. Ni siquiera me ha llamado para saber dónde estoy o si estoy bien, anoche hablé con Ryanair y aunque la pasé bien hablando con él, sigo sintiéndome sin ánimos de nada, quiero que todos estos días pasen de una vez por todas.
Estoy harta de estar aquí, estoy harta de sentirme así, ya quiere regresar a New Jersey y estar con Ryan, en este momento el único apoyo que tengo aquí es Anthony, pase la noche en su casa y bueno, él termino durmiendo en el sofá, sus padres me ofrecieron quedarme con ellos todo el tiempo que quisiera, pero la verdad es que no quiero ser una molestia para ellos que son tan buenas personas conmigo.
- No tengo ropa para ponerme, tonto. -respondo con notable pereza. Hasta hablar me cuesta.
- Mamá dijo que podías utilizar algunas cosas de ella si las necesitabas. -me recordó. Ya lo sabía, me lo dijo anoche la señora Ruby, sin embargo, siento que no debería hacerlo.
- Si, pero no está bien. -con lentitud, me levanté de la cama y me senté justo en el borde de esta.- Será mejor que regrese a casa de mi hermano, tota..
- ¡Claro que no! -me interrumpió elevando su tono de voz.- No quiero que te vuelva a tratar mal, es mejor que te quedes y hagas lo que te digo, no seas terca. -alego él rodando los ojos.
- Necesito mi teléfono. -lo necesito para hacer mis cosas. Lo necesito para hablar con Ryan, no puedo estar atenida a que Anthony me presté el suyo.
La cara de Anthony cambio a una pensativa, con tan sólo verlo a los ojos supe que no estaba pensando nada bueno.

- ¿En qué piensas? -no dudé en preguntar.

- Debemos entrar a tu antigua casa sin que Bryan se dé cuenta. -sus palabras muy en el fondo, me alegraron.- Ese tipo me odia, literalmente. ¿Recuerdas aquella vez qu..

- ¡Oh, claro que lo recuerdo! -lo interrumpí con tremenda carcajada que por algunos momentos me hizo olvidar mi mal estado emocional.

Entonces recordé cada escena de aquella vez..

Era mi fiesta de cumpleaños número XV, no era nada grande, pero aún así estaba muy feliz por tener a mis amigos conmigo, así como también a mí familia. Todos estaban en sus lugares, algunos reían, otros estaban cambiándole a la música, mientras que otros simplemente hablaban de otros asuntos.

- ¿Donde diablos está Anthony? -la voz exaltada de mi hermano me hizo respingar de un susto.- Lo envié por una botella hace más de una hora. Él si que está bueno para mandarlo a traer la muerte. -esas últimas palabras me hicieron reír.

- ¿Fue solo? -pregunte después de detener mi risa.

- No. -contesto mientras se pasa la mano por la cabeza.- Lo acompañó una de las chicas, esa que traía el maquillaje bien exagerado.. la que traía zapatillas de medio metro. -aunque Bryan estaba molesto, lo que decía me hacía gracia.

- ¿Lo acompañó Wendy? -recordé el nombre de la chica que le gusta a Anthony.

- Ándale, ella.

- Podemos ir a afuera, tal vez no tarden en llegar. -propuse.

Bryan ni siquiera respondió, comenzó a caminar en dirección hacia afuera. Lo seguí hasta llegar al pequeño camino de concreto, él se detuvo en seco.

- ¡Genial, no ha llegado! -exclamo con sarcasmo.

No dije nada.

Me dediqué a observar mi alrededor, después de observar todo el vecindario mis ojos captaron el auto azulado del padre de Anthony. No estaba muy lejos de casa, estaba como a media cuadra, muy cerca de dos árboles grandes.

- ¡Bingo! -exclamé y lo señalé.

Bryan se apresuro hacia donde estaba el auto a paso rápido, fui detrás de él como estúpida a tratar de defender a mi amigo si era necesario.

Los vidrios del auto estaban arriba, rodeé este y me asomé con ayuda de mis manos. Lo siguiente que hice fue arrugar mis cejas en tremenda confusión.

Bryan había dicho que Wendy acompañó a Anthony, pero quién estaba ahí aparte de él, no era ella. Sino, la hermana de la esposa de mi hermano, Citlali.

Volví a rodear el auto y me acerque a mi hermano, cuando quise hablarle para que no hiciera nada, se adelantó y abrió la puerta de la parte de atrás. Mis ojos cayeron en aquellos dos que estaban más que.. despidiéndose, Citlali estaba encima de Anthony, no entendía como, pero ella estaba chupando sus pezones.

- ¡Eres un desgraciado! -mi hermano exclamó más que molesto.

Seguí riendo hasta el final del recuerdo, Anthony estaba frente a mí con cara de amargado, sabía que hablar de ese tema lo hacia enojar, pero bueno. Esta vez él tuvo la culpa por haberlo recordado.

- Deja de reírte. -ordeno, su tono era serio. Pero no lo suficiente como para obligarme a quedarme callada.

- Oyee. ¿Y como es que ella estaba chupándote los pezones? -pregunté entre risas.- ¿No se supone que es al revés? -la cara seria de Anthony me causaba aún más risa que recordar aquella vez.

- Eres una tonta.
-

Aún así me amas.
- Ahora no vamos por tu teléfono.

Auch, eso si dolió.

La Chica Indicada ✔️ [En Edición]Where stories live. Discover now