30.

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Y el momento llego.
Debo decirle a Ryan que me iré a Miami, debo decírselo antes de que siga diciéndome sus planes para noche buena, es tan lindo que tenga tantos planes para esa noche que me da más tristeza decírselo, quisiera que mamá y Octavio cambiarán de decisión, pero ya lo pensé bien y tienen un poco de razón, quiero pasar noche buena con Ryan, sin embargo, no quiero ser una molestia para él y para su familia, probablemente sólo sea un estorbo, será mejor que vaya a Miami, es lo mejor.
- Ryan.. -lo llamo. Él al escucharme me mira.
Sus lindos ojos cafés brillan con ternura, él tiene ese aula de chico malo, pero realmente es muy tierno, de verdad me gusta este chico.
- Victoria.. -murmura acariciando mis manos.
Estamos en la cama, habíamos estado hablando de su día y del mío, ayer después de estar en su casa ya no volvimos a vernos.
- Debemos hablar sobre algo. -digo en voz baja.
Siento como si se fuera a molestar, aunque lo entendería, no sería para menos, teníamos planeado hacer muchas cosas y ahora salirle con esto sería como un golpe bajo para él.
- Habla. -suelta mis manos y me mira a los ojos. Su cara muestra seriedad, eso me hace sentir un poco intimidada.
Suspire y decidí hablar.
- Recuerdas que Octavio y mamá quedaron en que pasaríamos noche buena en tu casa contigo y tus hermanos. ¿No? -comienzo haciendo caminos por encima de su pantalón, pero igual no me relaja. Él asiente.--Bueno, cuando llegamos a casa me dijeron algo más. -agregue bajando la voz.
- Prosigue. -Ryan se tensa a simple vista.
- Recibieron una llamada de la empresa. -trago grueso y entrecierro los ojos.- Deben organizar un evento para los accionistas, entonces no podrán estar conmigo esa noche y..
- ¿Y? -me interrumpe de malas.
- Me enviaran a Miami. -solté.
Con tan sólo decirlo, Ryan se puso rojo de puro enojo, rápidamente se alejo de mí y se puso de pie en un dos por tres. Imite su acción y trate de buscar su mirada, pero no la encontraba, estaba caminando en círculos por la habitación, no sabía si realmente estaba molesto o que, no entendía muy bien su reacción.
- Eso no puede ser cierto, Victoria. -murmura sin darme la cara.- Debiste decírmelo antes. ¿Por qué hasta ahora? -pregunta elevando su tono de voz.
Sentía la tensión en el aire, pero no veía la cara de Ryan, él estaba dándome la espalda, no sabía que iba a hacer, pero su voz era dura, comenzaba a asustarme.
- No te lo dije antes porque no sabía cuál sería tu reacción. -digo como explicación.- Ya he tratado de hablar con mamá sobre eso, pero ella insiste en que no puedo quedarme sola en casa.
- No estarás sola. -musita con cierta frialdad.- Te quedarás conmigo. -habla con tanta firmeza que me pone los pelos de punta.
- Sabes que soy menor de edad, por dios. -alego en mi defensa.- No puedo decidir por mí misma como tú, aún debo obedecer a mamá.
- Sólo quiero que me digas una cosa. -dice girándose hacia mí. Su rostro muestra enojo, mucho enojo, pero en sus ojos hay un toque de tristeza que me hace sentir mal.- ¿Me dejarás solo? -su pregunta lo empeora.
Me quedé en silencio.
No sé que responderle, no quiero dejarlo, pero no está en mi quedarme, había pensado en que no iría a Miami, pero lo pensé mejor y debo obedecer a mamá, ella y Octavio son quiénes me mantienen, les debo respecto, aún así no estén conmigo el resto del tiempo.
- Ryan, por favor.. yo..
- No digas nada. -me interrumpe.- Lo entiendo, entiendo lo que dices. -dice mientras se acerca a mi. Estando frente a mí, toma mi rostro entre sus manos.- Pero no quiero que te vayas, no sabes cuánto te extrañé todos esos días que estuviste molesta conmigo. Victoria, te necesito.. de verdad. -susurró acercando mi cara a la suya.
Pude sentir su aliento chocar contra mí y sus labios rosando los míos mientras hablaba.
Me dolía ver a Ryan así, él que es tan duro y tan firme, me cuesta trabajo verlo de esta manera, nunca antes había pensado en que él me fuera a decir todas estas cosas. Son palabras que no imaginé salir de sus labios, pero ahora que las escuche, me siento mal, mal porque aunque quiera quedarme con él, no puedo contradecir a mamá y Octavio, si por mí fuera me quedo, pero eso no está en mis manos.
- Enserio lo siento. -susurro cerrando los ojos.- Quisiera quedarme, pero no puedo.
Entonces fue cuando pasó.
Se separó de mí de una manera brusca y me hizo abrir los ojos de golpe por su acción, Ryan parecía estar más que molesto, su rostro reflejaba enojo, estaba tomándose muy a pecho este asunto, pensándolo bien, sólo serían unos días sin vernos, podríamos hablar por teléfono, por mensaje de texto o videollamadas.
- Ahora veo que no te importo. -lo dice con tanto coraje que pude sentir un golpe en el pecho.
- ¿De que hablas? -me apresuro a preguntar.
- Digo que si te importará te quedarías conmigo. -aclara con dureza.- Pero ya veo que no, no te importa si me siento mal, sólo te importa irte y dejarme solo, nada más eso. -dice elevando la voz.
- Oye, tranquilízate. -digo sintiendo el coraje llegar a mi cuerpo.- Sólo serán unos días, tampoco exageres. -trato de calmarlo, pero eso parece alterarlo más.
- Tú aura demandante y duro no es como parece. -habla haciendo comillas.- Según tú haces lo que quieres, cuando quieres y dónde quieres, pero ya veo que no es así. Te dejas mandar por los demás.
Sus palabras me hicieron enfurecer, odio que los hombres traten así a una mujer, odio que me hagan sentir menos o crean que soy una maldita dejada por los demás. Yo no soy ese tipo de chica.
- Fíjate bien lo que estás diciéndome, Ryanair. -lo encaro de malas y él sólo me mira a los ojos cayendo en cuenta de sus palabras.- Será mejor que te vayas, es tarde y debo empacar mis cosas para largarme de aquí. -digo con enojo.- Así que vete haciendo menos.
- No, esper..
- Por favor, vete. -ordene señalando la puerta.
Ryan suspiro cansado y negó.
- No, de verdad. Quiero que hablemos bien las cosas. -dice un poco más tranquilo.- Me exalte, lo sé, pero es qu..
- Es que nada, Ryan. -lo interrumpo cansada de discutir.- Vete. -repetí.
Volvió a suspirar y se encamino hacia mi, quise retroceder para alejarme de él, pero me tomo por la cintura impidiéndomelo.
Sentí sus labios rosar los míos, parecía como si fuera a decirme algo, pero no salió ni una sola palabra de su boca. Tragué saliva esperando otro reclamo, sin embargo, nunca llegó, fue todo lo contrario a eso, Ryan unió sus labios a los míos, con tan sólo sentir su suavidad me derretí, pero mi enojo estaba siendo más grande que mi deseo por besarlo, no hice ningún movimiento, deje que él besara mis labios. Hasta después de unos segundos, se separó de mí y sonrió levemente.
- Supongo que no quieres besarme en este momento. -murmuro relamiéndose los labios.- Buenas noches, preciosa. -susurro antes de depositar un beso corto en mi frente.
Ryan camino hasta la puerta y salió de la habitación dejándome hecha todo un lío.

La Chica Indicada ✔️ [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora