38.

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- Cuéntame como es que lo de ustedes se dió. -Renzo actúa como el hermano mayor que quiero tener todo el tiempo.
No es que no sea un buen hermano. Lo que digo es que no siempre tiene su tiempo para escuchar mis problemas o los de mis hermanos, que tenga un espacio para escucharme me hace sentir su apoyo como hermano mayor.
- Realmente no somos nada aún. -me dolió decirlo, pero en realidad es así. Renzo capto con atención mis palabras y me dejó proseguir.- De hecho, no sé cómo sabes esto.
- Eres tan obvio, Ryan. -murmuró dejando caer sus ojos de mi cara hasta el mismo suelo.- No hace falta ser adivino para darse cuenta de que Victoria y tú tienen algo más que una simple amistad forzada.
Todo esté tiempo había creído que lo que tengo con Victoria era algo sumamente secreto, creía que nadie sabía nada de esto, pero que Renzo lo sepa me deja mucho que pensar.
- En otro momento pude haberte hecho preguntas. -digo desentendido.- Pero ahora no estoy para eso, tengo muchas cosas en la cabeza.
- ¿Por qué no la llamas? -su pregunta hizo qué una molestia recorriera mi cuerpo.
- Ni siquiera puedo hacer eso.
- Quisiera ayudarte, enserio quisiera hacerlo. -Renzo se acerca a mí y me mira directo a los ojos.- Pero así como soy difícil de leer, lo eres tú.
- Tus palabras no me están ayudando en nada. ¿Y sabes? -retrocedo tomando distancia.- Este es un asunto personal que no quiero tratar contigo.
Ni siquiera deje que me dijera algo, me dirigí directamente a mi habitación y tome mi teléfono, con desesperación marqué el número de Victoria, que por mala suerte no atendió mi llamada.
Soy una persona de poca paciencia, pero esta situación me está matando, es la primera vez que necesito oir la voz de una persona para estar bien conmigo mismo. Victoria se ha convertido en alguien especial para mí, sé que he hecho cosas que la han herido, pero tiene un algo que me atrae y ahora que está lejos de mí no puedo estar sin hablarle.
Necesito oír su voz, necesito verla aunque sea a través del teléfono, no sé en qué momento Victoria se convirtió en algo indispensable para mí vida.
Mi teléfono vibró en mis manos, era una llamada de un número desconocido. Pensé en no contestar, realmente no estoy de humor para hablar con alguien que no conozco, pero el teléfono siguió vibrando que me obligó a responder.
- ¿Quién habla? -apenas respondí me apresuré a decir.
- Ryanair.. -esa voz hizo qué toda angustia y malhumor que sentía abandonaran mi cuerpo.
Era Victoria.
Mi Victoria.
- ¡Oh, Victoria! -no pude evitar sonreír como un tonto. Su dulce voz hizo incluso que mis ojos se iluminarán, con tan solo escucharla estaba feliz. La felicidad había vuelto a mi gracias a ella.- Estaba preocupado por ti. ¿Te hizo algo malo tu hermano?
Con tan sólo pensar en que su hermano pudo haberle hecho algo me dan ganas de casi hacerlo pedazos con mis propias manos.
- Ya no quiero estar aquí, Ryan. No sabes lo mal que la estoy pasando. -sus palabras hicieron que sintiera lástima por ella.- Quiero tenerte conmigo, desde que llegué aquí ha sido pelea tras pelea con mi hermano, enserio te necesito a mi lado..
Tras sus palabras escuché sollozos. Victoria estaba llorando y no podía consolarla estando tan lejos de ella, escucharla hablar de esa manera me hacía sentir de lo peor; por no poder hacer algo para hacerla sentir mejor.
- No llores, hermosa. -me esforcé por escucharme fuerte.- Todo estará bien, tienes que aguantar estar allá, recuerda que así lo quiso tu mamá.
Mis palabras no eran las mejores, pero en realidad no sabía que decirle.
- Lo sé, pero enserio ya no quiero estar aquí. -su voz era tan débil y delgada que me partía el corazón.- Me siento muy sola, quiero que vengas por mí y me lleves contigo, por favor..
Oír de esa manera a Victoria me llena de impotencia, quisiera que todo fuera fácil. Quisiera ir por ella a Miami y traerla de regreso conmigo, pero esta claro que las cosas no son así de fáciles.
- Tienes que ser fuerte. Sé que no te llevas nada bien con tu hermano, pero por tu bien debes aprender a hacerlo. -al hablar lo único que escucho es sollozo tras sollozo.- Créeme que si pudiera y estuviera en mis manos ir por ti, lo haría sin pensarlo dos veces, pero tú sabes que eso es algo que no se puede hacer a la ligera.
- Lo sé, perdóname por haberte hablado estando así.. -esta vez no se escucha tan mal, parece que comienza a recoomponerse.- Pero me sentía tan mal que al único que pude hablarle fue a ti..
- No tienes porqué pedirme perdón, hermosa. -inconscientemente mis labios formaron una sonrisa.- Sabes que cuentas conmigo por más lejos que estemos.
- Muchas gracias, Ryan. -por alguna razón sentí como si ella también estuviera sonriendo.- De verdad, muchas gracias.
Hablar con Victoria había elevado mi estado de ánimo. Sé perfectamente que no la está pasando nada bien con su hermano, daría lo que fuera para que estuviera a mi lado, pero ahora que al menos sé que ya está un poco mejor también estoy mejor yo.
Esto es lo que necesitaba, necesitaba oír su voz, sigo necesitandola a ella, pero ahora con esto, estoy mucho mejor

La Chica Indicada ✔️ [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora