El planeta de Eiden

EIDEN

CAPÍTULO FINAL

1 DE JULIO

Una casa de la calle Hornos arde entre las llamas llevándose la vida de la familia de por medio; no se sabe lo que sucedió con exactitud pero protección civil dice que podría tratarse de una fuga de gas la cual sucedió durante la noche del 30 de Junio tomando en pleno sueño a los integrantes de la familia Price; se desconoce aún cuantas personas pudieron encontrarse en el interior de la casa y cómo sucedieron los hechos pero sin duda esta es una gran tragedia para toda la ciudad.

La casa de la familia Price queda totalmente incinerada llevándose entre las llamas la vida de los padres, y sus dos hijos, una pequeña niña de 8 años de nombre Paulina y el mayor de 18 años cumplidos, Eiden. La casa quedó en tan deplorable estado que les cuesta encontrar rastros de los cuerpos.

RENNAN

— Necesitamos que nos digas todo lo que sabes acerca de él, eres una pieza clave en todo esto y la gente asegura que te vieron a Eiden contigo ese día así que por favor si sabes algo necesitamos que hables ahora— escucho sus palabras fuerte y claras dirigirse hacia mí pero simplemente no puedo hablar, llevo más de una hora sentado aquí dentro de estas cuatro paredes con estos dos sujetos esperando al más mínimo gesto.

Todo lo sucedido horas atrás sigue plasmado en mi mente y no dejo de reproducirlo tratando de asimilar todo; miré en dirección a la ventana encontrando del otro lado a una mujer cuestionando a mi mejor amigo junto a su pareja; no puedo escuchar lo que dicen pero Arian no deja de gritar señalando en mi dirección y podría jurar está por explotar del estrés.

Todo pasó en un parpadeo; mi familia hizo aparición quitando un peso de encima de mí; mis oídos están tan sordos que apenas y comprendo lo que sucede a mi alrededor; solo veo como salen los hombres que me llenan de preguntas y en su lugar dejan entrar a mis padres junto a Gala los cuales dejan en evidencia su preocupación.

— Bebé, por dios, ¿Estás bien? —Mi madre pasa sus manos por mi rostro para examinarme, pues era notorio el golpe en mi cabeza y la sangre que había caído de esta— ¿Quién diablos se creen?

— Ya hablaron a un doctor; no creen que sea grabe—hablé con la voz ronca; eso al parecer les alivió, quizá pensaban que perdí el habla nuevamente, por un segundo pensé que quizás lo haría.

— Rennan; ¿Qué fue lo que pasó ayer? Nos tenías tan preocupados—esa fue Gala quien automáticamente tomó mis manos; los tres me tratan como una oveja herida pero ya no pueden herirme, ya nada puede herirme.

— Hijo esto es grave; tienes que hablar porque...—

— Soy el principal sospechoso—miro a mi padre para comprobar que tengo la razón—Lo supuse...

— Si les dices lo que pasó rápidamente te dejarán salir. ¿No Rennan? —Por primera vez vi a Gala temer, temía por mí. Siento que a este punto podrían estar dudando de mí y no los culpo, hasta yo lo hago.

— No puedo hablar —no podía asimilar lo que yo había hecho; por obviedad mi actitud les causó desconcierto y preocupación. Tal como supuse acudieron a la única persona que podía hacerme entrar en razón y así pasó.

Minutos después Arian estaba frente a mí; nos miramos a los ojos, él sabe la verdad, basta con una mirada para darme cuenta que él lo sabe, aún que claro, después de todo él fue quien me encontró. Tomó mis manos sobre la mesa que nos divide y soltó un suspiro.

— Yo no tengo que decirte que tienes que hacer; pero sabes que tienes mi apoyo—me quedo en silencio durante un rato largo; la idea de tener los ojos de todos en mí me pone los pelos de punta, ahora solo necesito saber algo.