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RENNAN

El tiempo parecía ir lento en mi planeta, la noticia con respeto a mi hermana seguía girando en mi mente más mi cuerpo parecía no responder. Volvía a sentirme perdido en el universo tan inmenso a punto de reducirme a nada en cuestión de segundos; el recuerdo del traslado al hospital está nubloso, solo sé que mi novio y mejor amigo discutían sobre quien debía conducir, ni siquiera su pelea pareció importarme en ese momento, la imagen de mi hermana mayor luciendo radiante no podía borrarse y la incertidumbre me quemaba por dentro al no saber que le destinaba la vida.

Fue fácil encontrar a mis padres dentro de esa sala de espera donde mamá exigía hablar con el doctor responsable y papá dialogaba con Julián unos metros más allá, el pobre no podía ocultar el llanto, aunque claro, en su lugar yo tampoco lo haría. Pero esta vez no lloré, ni siquiera solté un pequeño chillido o sollozo ante el dolor de tener a mi hermana internada, simplemente quedé mudo. Eiden se quedó a mi lado, prefería que Arian o quien sea recibiera la noticia antes que yo, así al menos tenía tiempo para mentalizarme.

Observé a mi querido amigo conversar con mamá; ella al notar su presencia no tardó en buscarme con la mirada y en cuanto me encontró correr hacia mí para acobijarme en sus brazos. No sabía si tomar esa señal como algo bueno o malo; mi debate mental se vio resuelto una vez papá se aproximó a nosotros para hablar de lo sucedido.

— Gala está bien; delicada, pero sigue con nosotros y es lo importante— sus palabras trajeron tranquilidad a mi ser; quise preguntar pero no podía hacerlo, dediqué una mirada al ex chico de ropas negras para que él cuestionara por mí, sin embargo, Eiden lucía inquieto o quizá nervioso por intervenir en una situación tan familiar así que fue mi amigo quien habló.

— ¿Qué pasó con ella exactamente? — agradecí internamente a Arian por aquello; mi madre invitó a todos a tomar asiento para así ir digiriendo la idea, Julián se mantenía unas sillas allá de nosotros pero lo suficientemente cerca para responder aquella cuestión.

— Todo pasó demasiado rápido. Ella estaba empeñada en investigar el caso del director y la aparente trata de blancas que tiene; obviamente iba con ella cada día porque no le dejaría ir ahí sola, pero Pamela lucía molesta por eso— lo pude ver apretar los puños, estaba molesto con alguien— la chica se mostró muy insistente en que fuesen sin mí.

— Y tienes instrucciones exactas de no dejarla sola— acentuó papá ganando un pequeño regaño por parte de mi madre; a veces olvido que Julián forma parte de su "pequeño" negocio.

— Tenía cosas que hacer así que le pedí a Gala no ir; habíamos acordado ir otro día pero aun así horas después recibí un mensaje suyo diciendo que Pamela estaba en peligro, que la muy tonta había ido sola— muy internamente me preocupé por la rubia hasta que el moreno prosiguió con su relato.

— Fue sola — susurró Eiden adivinando el pensamiento de todos.

— Si, algo no me daba buena espina; ¿Saben? Hay veces que uno solo lo siente— pude observar como mi novio y mejor amigo se dedicaban una mirada, pero preferí ignorar— Cuando llegué fue demasiado tarde; la policía estaba ahí, ella había sido arrollada y...

— No estoy comprendiendo; ¿La policía? ¿Y Pamela? — mi amigo no parecía ir al hilo y siendo sincero yo tampoco.

— Gala estaba consiente cuando la subieron a la ambulancia; Pamela era parte de— eso sí que me dejó petrificado — era una trampa para llevarse a Gala.

Miles de peleas donde la rubia se molestaba con mi hermana por tener a Julián presente volvían a mi mente; ¿Todo este tiempo ella había intentado que esos tipos de trata de blancas se llevasen a Gala? ¿Cuándo pasó todo eso? ¿Pam? ¿La chica dulce que usa faldas y zapatos que brillan al caminar?

El planeta de EidenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora