Final.

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(MESES DESPUÉS)

Mi mirada viaja entre la ventanilla del coche, mi hijo y JeonGguk.

No puedo evitar desear llegar ya a casa, después de tanto tiempo y esfuerzo para recuperarme lo suficiente. El coche se para y veo mi casa, cubierta de nieve.

Mis ojos se llenan de lágrimas, no me creo que ya esté aquí; en casa.

—Vamos, es hora de volver a casa.— la voz de Jeon es tan amable y está tan llena de cariño, le sonrío y asiento. Le veo salir del coche, igual que Byong, unos minutos después mi cachorro me abre la puerta del coche.

Me cuesta un poco moverme desde el asiento del coche hasta la silla de ruedas que llevo usando algunas semanas, mi hijo lleva algunas bolsas en sus manos, mientras que mi pareja me lleva sin prisa hasta la puerta.

—He estado trayendo mis cosas aquí, espero que no te moleste.— se me escapa una pequeña risa.

—Está bien, al fin y al cabo ahora eres mi alfa.— bromeo y veo su sonrisa adorable. 

Entramos en casa y todo está exactamente como lo recordaba, aunque un poco fría y con algo de polvo en los muebles. 

—Aunque estemos en casa, tengo que seguir con mis ejercicios para volver a caminar correctamente.— después de todo el tiempo que pasé inconsciente y, lo grave que me dejó mi falta de lobo, perdí gran parte de masa muscular y, con ello, fuerza.

—Eso está claro, pero no te sobreesfuerces demasiado, ¿de acuerdo? — que se preocupe tanto por mí me resulta tan extraño, a pesar de que ha estado todo este tiempo cuidándome aún no logro acostumbrarme a que alguien cuide de mi. 

—Lo sé, no lo haré.— mi voz suele titubear cuando se preocupa tanto por mí, me pregunto si algún día lograré acostumbrarme a sus muestras de cariño.

Me besa en la frente al mismo tiempo que entramos los tres al salón, entre Byong y Jeon me ayudan a sentarme en el sofá, a decir verdad me siento un poco inútil, porque aunque me dijeron que el proceso de mi recuperación sería lento y algo doloroso, no me esperaba que cuatro meses después a penas pudiese caminar. 

Estoy deseando volver a estar al cien por ciento para, no sólo disfrutar de mi hijo, también para volver al trabajo. Solo espero que todo esto no haya afectado demasiado a mis amigos.


—Mamá,— Byong se acerca a mí en el sofá.— no pongas esa cara tan triste, ¡por fin estamos en casa!— una pequeña sonrisa se muestra en mis labios, no puedo creerme lo mucho que ha crecido mi cachorro.

—Lo sé, sólo... quiero ir al parque contigo otra vez.— le sonrío aún más y escucho su risilla.

—No pasa nada mamá, mis amigos ya saben que no iré al parque por un tiempo, además, siempre nos vemos en clase, no pasa nada.— ¿porqué parece tan maduro?, a penas va a cumplir nueve años.

Le despeino con cariño y siento el sofá hundirse a mi lado, después el calor corporal de Jeon me abraza regalándome una preciosa sensación de protección y amor que hacía años que no sentía.

Soy tu Gamma. //JungKook\\Where stories live. Discover now