29º

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—¡Este juicio no tiene el más mínimo sentido, Juez!— el abogado del hospital no sólo mira con desdeño a Sook, también nos mira a todos sus conocidos.—¡La sentencio fue clara y justa!— suspiro, agradezco infinitamente que, en esta ocasión, el juez sea un Beta, que parece mucho más interesado en conocer ambos puntos de vista.

—Con su permiso, Juez, — TaeHyung interrumpe al otro hombre.— fue un veredicto sin la aprobación del jurado, sin saber su opinión, fue, simplemente, un acto racista contra una mujer como cualquier otra.— el silencio que provocan las palabras de TaeHyung a penas dura unos segundos.— De igual manera, ya que la Señora Jung no pudo defenderse de nada en el anterior juicio, me gustaría llamar a declarar a la misma enfermera que se negó a indicarle la habitación del paciente.

Una mujer pequeña y con cara seria camina hacia el estrado con un movimiento de caderas demasiado exagerado y descarado, se sienta en la silla y, tras hacer el juramento, su mirada no se despega de mi persona.

—Bien, señorita...— deja que ella misma se presente.

—Mía.— TaeHyung asiente.

—¿Por qué no permitió entrar a Sook desde un primer momento?

—El hospital tiene prohibida la entrada a cualquier híbrido que sea Gamma o Delta.— la chica se encoje de hombros.— Tampoco me pregunte por qué, yo sólo sigo las reglas.

—De acuerdo, Señoría, — el Alfa se dirige al juez.— me gustaría que quedase en acta que un hospital público, con el deber de ayudar a cualquier híbrido, rompe su palabra mediante actos y reglas contra los derechos humanos y de temática racista.— puedo asegurar que casi se me cae la mandíbula, nunca me había parado a pensar en ello.

—Petición aceptada.

—Puede volver con sus compañeros, el siguiente en salir a declarar será el mismo enfermero que sacó a Sook del hospital e intentó separarla de su cachorro.— Mía desaparece del asiento en menos de un segundo, el enfermero, que en el anterior juicio se jactaba de su seguridad respecto al resultado, ahora está tenso y, si la situación no fuese grave, ya estaría riéndome.— ¿Vio en algún momento a la Señora Jung haciendo algo que pudiese dañar la integridad de algún paciente o compañero suyo?

 Puedo ver la mirada del hombre bailar entre su abogado, los que supongo son sus jefes y mi persona, si me concentro lo suficiente puedo jurar que escucho el latido acelerado de su corazón.

—S-sí.— su voz tiembla, frunzo el ceño, sabiendo perfectamente que está mintiendo de forma descarada y maldiciéndome por no haber sido capaz de imaginar que algo así podría pasar.

—¿Está seguro?, le estoy dando la oportunidad de retractarse y de no romper el juramento.— escucho levemente la voz de TaeHyung, el enfermero asiente, de forma titubeante.— Señoría, tengo pruebas de que, absolutamente todas las escusas y todo aquello de lo que se la acusa.

—Muéstremelas entonces.— TaeHyung se acerca a la mesa en la que estamos Sook y yo, coge su maletín de cuero del suelo y lo abre, puedo ver una pequeña sonrisa en su rostro.

Le veo sacar un sobre de poca anchura y con forma de cuadrado, no me es muy difícil adivinar que ahí dentro se encuentra un DVD.

Siento a Sook moverse un poco, a penas una pata, aunque ha sido más bien un movimiento involuntario, del músculo intentando no atrofiarse. Acaricio levemente su pelaje, las lágrimas apareciendo una vez más en mis ojos.

Soy tu Gamma. //JungKook\\Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt