13. Jimin

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—¡Taehyung, amor! ¿Podrías abrir la puerta? Estoy bañando a Yoonsoo—gritó Jungkook desde el baño.

El timbre había sonado un par de veces, pero nadie se apresuró en abrirla, pues no esperaban a nadie.

Kim suspiró con pesadez y se levantó regañando del sofá, estaba muy cómodo viendo una de sus películas favoritas y alguien lo había arruinado.
Con una manta cubriendo su cuerpo avanzó hasta la puerta principal y giró el picaporte despacio.

—¿Hobi hyung, qué haces aquí?—inquirió Tae con sorpresa.

Últimamente Hoseok era alguien casi ausente en la vida de todos, como un fantasma. Desde que había sido liberado se hizo a un lado del mundo, siguió trabajando y viendo de vez en cuando a sus amigos, pero no con la frecuencia de antes.

—¿Interrumpo algo?—preguntó con una media sonrisa, viendo el estado en el que Kim se encontraba y este al darse cuenta de lo impresentable que se veía entró en pánico.

—Oh...jaja no, yo sólo—con timidez se deshizo de su mantita amarilla y la tiró por ahí, invitando a Jung a entrar—Estaba viendo una película.

Ambos se sentaron en el sofá, Hoseok tuvo la intención de quedarse, pues había comprado helado junto con un montón de dulces y snacks para pasar la tarde.

Unos pasitos apresurados se escucharon venir corriendo desde el pasillo para luego personificarse en Yoonsoo, quien irradiaba felicidad al ver a Hobi, y éste sin dudar lo recibió con los brazos abiertos.

—¿Porqué dejaste en el suelo a Vainilla?—dijo Jungkook entrando a la sala y recogiendo del piso la manta tirada por Taehyung segundos atrás.

—¿Vainilla?—inquirió Hoseok con curiosidad, haciendo jugar al bebé.

—Eeh...nada—trató de disimular de forma terrible—Jungkook sólo estaba diciendo el sabor del helado que quiere.

—Claro que no—replicó molesto—Yo sólo preguntaba por tu man-jdks—fue interrumpido por una cuchara llena de crema de helado.

Kim Taehyung era alguien que aunque no parezca, a veces podía tener el orgullo bastante alto y no dejaría que su asombrosa reputación se arruine por culpa de Jungkook. No dejaría que nadie se burle de él por tener una mantita, y menos aún por ponerle un nombre.

Eso solo pasaba en sus pesadillas, y no estaba listo para que se vuelvan realidad.


(...)


—¡Jimin!—gritó.

El mencionado no movió ni un músculo. Aún no quería levantarse de la cama, pero la voz proveniente desde algún punto de la casa lo obligaba a pararse.

—¡Voy!—respondió adormilado.

Se sentó un momento en el borde del colchón y mantuvo su mirada pérdida en una pantufla por varios minutos, para luego comenzar a desperezarse.

Caminó como un zombie dormido hasta la sala, pero para su sorpresa estaba vacía, regresó sus pasos hasta la cocina para ver dónde se encontraba Yoongi y para qué lo necesitaba pero su cuerpo se congeló en el instante que puso un pie en la cocina.

Estaba completamente vacía.

Corrió al baño, el último lugar restante, en busca de su novio y al ver que estaba vacío comprobó ahora sí que se encontraba solo en el apartamento.

Sintió un escalofrío recorrer su cuerpo y una sensación extraña lo envolvió por completo. Su piel se encontraba erizada, y no por el frío del ambiente, sino porque podía notar unas manos recorrerla.

Sentía que no estaba solo.

Se dio unos golpes en la mejilla, rogando que si aún no había despertado del sueño lo hiciera ahora porque lo que estaba ocurriendo no le hacía la más mínima gracia.

También pellizcó su brazo pero nada lo hacía reaccionar, y cayó en cuenta de que efectivamente no se encontraba soñando, estaba en la mismísima vida real.

Cuando creyó que estaba a punto de caer en la locura y demencia sus oídos percibieron la puerta principal abrirse. Se apresuró en ir hasta la sala para ver si se trataba de Yoongi, y a pesar de estar enojado con él lo único que atinaron a hacer sus sentidos fue ir corriendo a abrazarlo.

Un confundido Yoongi permaneció inmóvil en la puerta al notar cómo Jimin pasaba sus brazos a través de su cintura y se aferraba a esta como si fuera lo único que tuviese en la vida.

—¿Jimin?—preguntó con asombro, pero el mencionado sólo se acurrucó aún más en el pecho de Min.

Su gorro y abrigo cubiertos con un poco de nieve eran indicadores que había salido. En definitiva no había manera posible de que haya sido él el que llamó a Park.

Jimin comenzó a sentir miedo. Pues no era la primera vez que le pasaba. Hasta ese momento solo había oído voces lejanas en su mente, pero esta había sido demasiado real para que sólo esté en su cabeza.

Yoongi no dudó en abrazar también a Jimin cuando escuchó un sollozo por parte de su novio, y luego lágrimas comenzaron a empapar su ropa.

El llanto de Jimin no se escuchaba bien en absoluto. Con tan sólo escucharlo podías sentir el sufrimiento que este detonaba y ganas de consolarlo no te faltaban al ver lo desgarrador que era.

Yoongi tomó del mentón a Jimin e hizo que lo mirara a los ojos. Esos ojos cafés ya no eran igual que antes, antes podías ver las estrellas brillar en ellos, y ahora mostraba un profundo vacío en ellos, como si algo les estuviera quitando la vida lentamente.

—Jimin...

—Tengo miedo—respondió mientras más lágrimas resbalaban por sus mejillas—¿Y si no vuelvo a ser feliz nunca más?

Al final todo va a estar bien, y si eso no ocurre, quiere decir que aún no es el final.











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mejor tarde que nunca jajs.

ustedes que creen ¿final o no?

"Oye Tú!" | Yoonmin 3° TemporadaWhere stories live. Discover now