03.¿Qué haces aquí?

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—¿Podemos sentarnos unos minutos?—dijo YoonGi casi sin aire—Necesito respirar, y mis piernas están a punto de empezar a caminar solas—sin recibir respuesta por parte de sus amigos se sentó en una de las bancas del centro comercial.

—Jimin-ah, Taehyung-ssi—los llamó JungKook—Hyung tiene razón ¡Se van a quedar en banca rota!

—Está bien—habló Kim con tristeza—Iré por Yeontan, esperen aquí.

—¡Yo voy contigo!—Park entrelazó su brazo con el Tae, y comenzaron a caminar hacia la veterinaria.

Jeon y YoonGi permanecieron sentados, hablando de la vida y vigilando las bolsas con ropa de sus novios. No le prestaban demasiada atención a lo que ocurría alrededor, de todas formas eran personas caminando.

—Disculpen ¿Me podrían decir la hora por favor?—los interrumpió un extraño.

Ambos chicos voltearon la vista a la persona que los interrumpió. Era un señor común y corriente, y llevaba un cubrebocas negro en la mitad de su rostro. JungKook inclinó su cabeza para poder verlo mejor y frunció el ceño. En cambio YoonGi no le dio la más mínima importancia, sacó su teléfono y le dijo la hora a aquél hombre.

Agradeció con una pequeña reverencia y continuó su camino. Min estaba dispuesto a seguir hablando con el menor, pero éste cambió de tema.

—¿Viste a ese hombre?—inquirió con sorpresa. El castaño negó confundido—Era papá...

La expresión de YoonGi cambió drásticamente al oír la última palabra de Jeon. Y estiró su cabeza para ver si aún podía localizar a ese hombre, pero sin éxito. Jeon sintió una vibra rara cuando la persona se acercó. Juraba lo que sea que ese era el señor Park, pero por otro lado también lo dudaba.

—¿Porqué no me dijiste antes? Le hubiera partido la cara a ese imbécil—habló enfadado.

—Claro ¿para que lo mates en pleno centro comercial? Ya hemos sufrido demasiado ¿No crees? No quiero pasar por algo más.

YoonGi no dijo nada. JungKook tenía razón. Ninguno se merecía tener que volver a los malos momentos, y menos JiMin. Si él ya había olvidado todo eso era mejor no traerlos a la luz de nuevo.

Desde lejos veían a TaeHyung y JiMin acercarse a ellos. Cada uno con su mascota en mano. Ambos se levantaron para por fin ir al auto y dirigirse a casa.

Cada pareja entró en su respectivo departamento y comenzaron a ordenar sus nuevas cosas. Park organizaba su armario mientras que YoonGi se encargaba de las cosas de Holly.

El cachorro estaba recostado sobre una alfombra, ya que el piso estaba frío. Al oír que Min abría los paquetes con su comida levantó su pequeño cuerpo y corrió hasta la cocina. Y efectivamente, su nuevo dueño estaba llenando su plato.

Comenzó a dar saltitos de alegría mientras corría por toda la casa. Iba de la cocina a la habitación y viceversa.

Una vez el pote estuvo lleno, YoonGi lo dejó en el suelo junto a un recipiente con agua. Holly no esperó mucho y se abalanzó sobre estos a comer torpemente.

—¿Adoptamos a un perro o a un gorila?—bromeó Min, mirando a la pequeña criatura.

El cielo produjo un sonido estruendoso, indicador de una futura tormenta en unos pocos minutos.

—Espero que no le temas a los truenos, Min Holly debe ser un cachorro fuerte—rió.

El castaño salió de la cocina con rumbo a la habitación que compartía con Park. Desde el pasillo le pareció extraño no oír la voz de su novio, ya que a veces acostumbraba a hablar sólo cuando hacía cosas.

Cuando entró al cuarto no habían señales de JiMin. La ropa que hace unos momentos estaba ordenando aún seguía sobre la cama. Y el armario estaba abierto. Se introdujo en él para asegurarse de que Park no le estuviera haciendo algún tipo de broma. Pero se encontraba totalmente vacío.

También revisó el baño, la sala principal y por último la cocina. Pero sólo tenía la compañía de Holly. JiMin no estaba en ningún sitio.

YoonGi buscó rápidamente su teléfono y le marcó al menor. No funcionó del todo ya que el celular del peliazul timbraba en la habitación. Lo había dejado ahí.

—¡¿Jiminie?!—gritó en voz alta, pero nadie respondió.

Llamó a JungKook para ver si de casualidad JiMin había ido al piso de arriba sin avisar, pero eso no ocurría, siempre solía hacerlo. Tampoco estaba con Jeon.

La desesperación comenzó a apoderarse de él y no sabía qué hacer con exactitud. Pensó en llamar a NamJoon para preguntarle también por su novio, pero la cafetería estaba un poco lejos de la casa y sería extraño que JiMin haya ido hasta allí sin su teléfono.

El alma le volvió al cuerpo cuando escuchó la puerta principal del departamento abrirse. Corrió hacia ella y vio a Park entrando con toda la tranquilidad del mundo.

—¡¿Dónde demonios estabas?!—le interrogó con seriedad.

—Bajé a comprar unas cosas antes de que el supermercado cierre—agitó una bolsa frente a Yoon—¿Me necesitabas para algo?—dijo sin importancia.

YoonGi lo miró incrédulo. Mientras el peliazul se sacaba su abrigo, Min tenía el Jesús en la boca por la repentina desaparición de Park. Por un momento tuvo miedo, y pensó que tal vez el padre de JiMin tendría algo que ver, pero para su buena suerte no fue así.

—Solo... Avísame cuando vas a salir. No me importa que sean unos minutos, segundos, lo que sea. Pero hazme saber ¿Está bien?—mas calmado.

Park asintió con extrañeza la petición del mayor y entró en la cocina para guardar los productos que había comprado. Una vez terminó volvió a su habitación para seguir ordenando su armario.

YoonGi se tiró sobre el sofá a mirar su celular y Holly llegó rápidamente para posicionarse sobre su dueño y se acostó sobre su regazo.

Revisando las redes sociales, Min se encontró con una noticia que le dejó un mal sabor de boca. Era sobre su padre. El título del artículo decía:

“Sigue sin haber culpables por el homicidio del policía encontrado muerto en la comisaría del distrito. La justicia y los forenses aún tratan de hallar pistas en la escena del crimen.”

YoonGi pasó de largo la noticia, era de ayer. No tenía ganas de amargarse lo que quedaba del día al ver que el caso del señor Min aún seguía impune.

Las gotas que se deslizaban por el cristal de la ventana lograban calmarlo de alguna forma. Bloqueó el teléfono y lo dejó a su lado. Ya se le habían quitado las ganas de seguir mirando.

Dio un bostezo bastante largo y se estiró en el sillón, dispuesto a dormir un rato. Pero los planetas se habían alineado para ocasionarle disgustos a YoonGi. El timbre sonó en toda la casa.

El castaño se levantó casi a regañadientes de su cómodo sofá, dejando a Holly con cuidado. Al abrir la puerta se encontró con la persona que menos esperaba en ese momento.
La última persona que se le habría pasado por la cabeza.

—¡¿HoSeok?! ¿Qué haces aquí?—diji con sorpresa—Ven, pasa.

Jung ingresó al apartamento y se quedó estático en el medio de la sala.

—¿Qué ocurre?—inquirió Min aún desde la puerta—¿Porqué te liberaron?

—Hallaron al asesino de tu padre—mirando al suelo. Por una parte se sentia aliviado de estar libre de nuevo, y por otra sentía culpa que no tenía.

YoonGi lo miró fijamente. Casi se cae al suelo y la preocupación en su rostro era evidente. Se sostuvo fuerte de la puerta que seguía abierta. No esperaba algo como eso.

—Hyung...—lo llamaron desde atrás. Al reconocer la voz apretó con fuerza los ojos. JungKook. Sabía las palabras que diría y se negaba a oírlas, no quería, no estaba listo—Acaban de meter preso a papá.

"Oye Tú!" | Yoonmin 3° TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora