- Capítulo 30 -

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(T/N) sitio ingresada el resto del día para poder descansar y recuperarse. La habían mantenido en observación hasta el día siguiente, pero Wolf temía que la locura mediática sólo fuera a más si no le daban pronto el alta.

La dirección del hospital les dio permiso para que abandonar el hospital por la noche y que usara para ella una puerta lateral, donde le esperaba una limusina.

- ¿No me llevas a casa? - preguntó luego al ver que el coche iba hacia el sur.

- No con todos esos buitres planeando sobre tu casa.

- Pero necesito mi ropa. O al menos un pijama y un cepillo de dientes.

- Puedes sobrevivir una noche sin esas cosas.

Iba a protestar, pero se calló. Ella se había metido en ese lío.

La casa de Wolf en Malibú estaba entre otras casas de famosos, toda rodeada de muros, vallas y altos arbusto. No vio la casa hasta que pasaron la puerta de hierro y una arboleda.

Era un edificio moderno, pon especie de cubo con enormes cristaleras que daban al océano.

Wolf abrió la puerta y se apartó para dejarla pasar.

La decoración era también moderna con superficie fría y suaves como el mármol y el metal. Los ojos eran bajos y blancos. Las paredes también eran blancas. Había unas cuantas obras de arte de conocidos autores.

Fueron hasta el pasillo y él abrió una puerta.

- Tu dormitorio - le dijo -. Y puedes usar esto para dormir - añadió, dándole una camiseta gris bastante grande.

- Esto ya lo has hecho antes - contestó ella.

Él hizo como si no la hubiera oído.

- Hay un cepillo de dientes nuevo en tu baño. La pasta de dientes está en el cajón. También hay toallas limpias en la santería.

Entró en el baño y se ducho. Después se puso la camiseta y cepilló los dientes. Cuando salió del lavabo vio que Wolf había cerrado la puerta de su dormitorio. Lo que hablando bajito por teléfono. Escucha parte de una conversación. Frases como «Pronto estaré allí» y «Habrá tiempo de sobra en África». Se imaginó que hablaba con Neyleth.

Iba a ir pronto a África a rodar su película. Por algún motivo sintió celos. Wolf le había dicho que no había nada entre ellos, que sólo eran amigos, pero esa relación hacía que se sintiera insegura, como alguien diferente.

Wolf y Neyleth eran los dos actores, famosos y atractivos. Pensaba que ella era sólo normal.

Suspirando, volvió a su dormitorio y se metió en la cama, que era enorme.

Intentó relajarse y dormir, pero le costó mucho; se había pasado demasiado tiempo en cama en las últimas horas. Se quedó tumbada y pensando, con un nudo en el estómago. Estaba enfadada consigo misma por pensar que podía competir con Neyleth, vivir la vida de Wolf sin salir mal parada.

Wolf a veces le recordaba al vaquero con el que soñaba de pequeña. Igual de opuesto y fuerte, capaz de cuidar de ella sin pretender cambiarla. Pensó que ojalá él fuera ese héroe. Pero eso era un final feliz de Hollywood, y no siempre se hacían realidad.

Bastaba con llegar a Los Ángeles para darse cuenta de lo falso e irreal que era todo.

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Continuará........

ᴘᴀsɪᴏ́ɴ ᴅᴇ ᴄɪɴᴇ (ᴋᴀʀᴍᴀ ᴀᴋᴀʙᴀɴᴇ x ʀᴇᴀᴅᴇʀ) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora