Juntos en la oscuridad *slenderman y tu*

Capítulo 8

-¿Sabes caminar en tacones?

Dios mío, Dios mío, me va matar con esos zapatos de tacón, cuando veo que los saca son de diez centímetros y yo con apenas de uno ya tengo la cara pegada al piso.

-Me rehúso a utilizar esos, además, ¿Para qué quieres qué los use?

-Es parte de tu enseñanza, debes ponértelos -dice firme.

Luego de la tortura con Offender, tenía mi rodilla, costillas y cabeza lastimada; me fui acostar, tal vez eso calme el dolor.

~*~

-Ponte a trabajar -grita Offender entrando a mi despacho como si nada votando los papeles que acaba de escribir y votando la tinta.

-Tranquilo.

Limpié tinta de mi traje, pero es casi imposible quitarla completa, tendré que botarlo.

-Ella duerme. -aclara con cara de pervertido, se va de la habitación. Me relajo en mi asiento, esta todo en blanco, es momento de crear.

Estamos en un restaurante, en una zona privada el cual es un balcón y la vista es la torre Eiffel iluminada por luces artificiales y nuestro satélite natural. Yo voy de traje gris algo no muy típico en mí y ella está perfecta con un vestido negro ceñido y unos tacones rojos.

-Tienes que admitirlo, me deseas. -le digo lentamente, ella ahoga un gemido y sé que la tengo comiendo en la palma de mi tentáculo. Llega un camarero para tomarnos la orden, yo deslizo mi extremidad superior por debajo de la mesa, acaricio su muslo y la noto tensarse.

-Qui-quiero vi-vino -tartamudea y subo cada vez más mi tentáculo.

-¿Le pasa algo señorita?

Ella niega, no me vuelve a ver de la vergüenza.

-¿Cuál tipo quiere?

-Cualquiera, cualquiera -aclara rápidamente para no parecer nerviosa. El mesero se retira y yo sonrió maliciosamente, por eso la dejé pedir la orden.

Deslizo mi tentáculo aún más adentro llegando a su braga, acaricio la tela y se encuentra mojada, se remueve incómoda en su asiento, pero no aparta mi mano. Mueve su cabeza hacia atrás dejando su boca levemente abierta, esta jadeando suavemente.

Todo se quiebra de nuevo, ella volvió a despertarse antes de la acción, tendré que castigar a alguien en el próximo encuentro.